Editorial

Responsabilidad fiscal y gobernabilidad

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En el marco del último Encuentro Nacional de la Empresa, Enade, la presidenta de la República reforzó ante la audiencia de hombres de negocios presentes que su administración espera ser especialmente cuidadosa en lo que viene con enviar señales de responsabilidad fiscal, cuestión no solamente relevante somo señal económica, sino que sobre todo en términos de gobernabilidad. Al respecto, la mandataria subrayó que “seremos rigurosos en la mantención de la responsabilidad fiscal que caracteriza a Chile y a mi gobierno”, agregando que lo subraya porque “vamos a estar en un año electoral y no están las cosas para darse gustos”.

Imposible leer correctamente las palabras presidenciales sin tener a la vista lo ocurrido con ocasión de la negociación del reajuste salarial del sector público, en donde el país sufrió un prolongado y oneroso conflicto que muy probablemente se vio alentado por la forma en que actuaron transversalmente los representantes del poder Legislativo.

La ecuación económica y la nueva realidad social, en donde los grupos de presión han tomado mayor protagonismo, hace muy necesario aquilatar el mensaje del Ejecutivo, en un entorno de recursos escasos y múltiples necesidades.

Como dijo la mantaraia en Enade, gobernar no es para “darse un gusto”, ni tampoco puede ser visto como darle en el gusto a quienes más presionan en las calles, ya que en ese caso se parecería mucho a una suerte de tráfico de influencias con miras a favorecer a grupos relevantes electoralmente. La gestión del Estado debe ser responsable y equitativa de modo que los beneficios de la misma recaigan de manera justa sobre todos los chilenos.

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