Editorial

Salto tecnológico en el Transantiago

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Por uno u otro motivo, en los últimos años el Transantiago siempre ha estado en la lista de los asuntos pendientes de los gobiernos.

A la segunda administración del Presidente Sebastián Piñera le corresponderá llevar a cabo la compleja y postergada licitación de vías y contratos con los operadores del sistema, un proceso que muy probablemente tomará gran parte de este año y, quizá, también parte del próximo.

El mandatario, según contó a DF la ministra de Transportes, Gloria Hutt, está especialmente interesado en que durante su gobierno el Transantiago avance en forma significativa en calidad de servicio y dé, además, un salto tecnológico que haga visible ante la ciudadanía que se trata de mejoras importantes. La idea es que sean cambios tan relevantes, que se perciba que el sistema se ha tornado, por fin, una operación eficaz y conveniente para la población.

El encargo es a todas luces positivo. Una mejor gestión, con contratos que promuevan un servicio oportuno y eficiente y que además tenga asociadas facilidades tecnológicas para los usuarios, es claramente beneficiosa. Pero no es, ni de lejos, el único desafío. Lograr un sistema sano en lo financiero y que reduzca la evasión, que hoy lo vuelve ineficiente e injusto, son retos que continúan en la lista de tareas por desarrollar.

Un desafío que tampoco debería subestimarse es avanzar hacia una flota más amistosa con el medio ambiente. Una opción que se ha considerado es promover el uso de buses eléctricos. Esa u otra alternativa debe tomar los resguardos tecnológicos que sean necesarios, así como evaluar los costos que tenga asociados.

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