Tensión internacional impacta riesgos geopolíticos
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Si bien era un tema que estaba en el radar de los analistas internacionales, en las últimas jornadas la expectativa de que en 2017 escalaran los riesgos geopolíticos a nivel internacional ha tomado forma tangible, y lejos de hacerlo en la forma de resultados electorales, lo ha hecho en áreas de evidente fricción, en Medio Oriente y el Mar de China.
En efecto, el gobierno norteamericano, por la vía de los hechos, ha instalado nuevos paradigmas en su aproximación a ambos focos de conflicto histórico, que pone en una encrucijada su relación con dos de las dos mayores potencias económicas y militares del mundo: Rusia y China.
Si bien se trata de movimientos que se presume han sido cuidadosamente calibrados, en ambos casos Estados Unidos ha terminado moviendo el cerco con que deslindaba su aproximación previa en estos temas sensibles y potencialmente explosivos, así como también en otros como lo son Afganistán y Ucrania. La prueba de fuego que esta estrategia representa para el secretario de Estado Rex Tillerson es de gran calado, un nombre que no obstante tener antecedentes de buenas relaciones con Rusia, debe demostrar que sabe desenvolverse en los entreverados códigos de la diplomacia.
