Editorial

Una apuesta arriesgada en descentralización

  • T+
  • T-

Compartir

 Imagen foto_00000003omo parte de la agenda de descentralización que busca seguir impulsando el actual gobierno, la Dirección de Presupuestos (Dipres) y la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) están trabajando en un proyecto de ley que faculte a los gobiernos regionales para manejar con más autonomía los recursos que reciben del Ejecutivo en el presupuesto nacional. Ello podría incluir la posibilidad de que las regiones contraigan deudas, en función de ciertos criterios de solvencia.

El alto nivel de centralismo en Chile genera problemas de todo tipo —no sólo presupuestario— que son bien conocidos y que sucesivos gobiernos se han propuesto encarar, con mayor o menor energía, con mayor o menor buen tino. El debate al respecto ha permitido poner sobre el tapete lo que ya cabe calificar como una debilidad estructural de nuestro sistema institucional, pero también ha dado pie a propuestas y decisiones cuyos potenciales beneficios aún están por verse, muchas veces surgidas de un enfoque politizado poco propicio a la reflexión ponderada que una materia como esta obviamente necesita.

Así ocurrió con la apresurada discusión y aprobación de convertir a los intendentes en autoridades electas por votación popular a partir de 2020. Lo cierto es que hay buenos argumentos a favor y en contra de una medida como ésa, pero no es claro que se hayan discutido en profundidad ni que se hayan extraído las conclusiones correctas.

En un contexto en que los gobiernos regionales ya hoy en día comprometen más recursos que los que el presupuesto les entrega, la combinación de intendente electo y capacidad de endeudamiento autónoma parece, al menos, una apuesta muy arriesgada. Antes de ponerla sobre la mesa, tal vez convendría esperar a ver cómo se comportan en términos fiscales los intendentes elegidos. Sólo si esa figura resulta en general exitosa, cabría contemplar dotarla de más facultades, entre ellas la de contraer deuda.

Esta una ocasión para recordar que no todo lo que se presente como “descentralización” es, sólo por eso, una buena idea.

Lo más leído