Reforma al Sename y niños invisibles

La presidenta Michelle Bachelet ha dispuesto un conjunto de medidas económicas, administrativas y legales destinadas al sistema de protección de los niños y adolescentes vulnerables a cargo del Estado. Lo ha hecho en respuesta a la alarma pública que ha generado el conocimiento de la grave crisis que enfrenta el Servicio Nacional de Menores (Sename) y que en la última década ha significado la muerte de cientos de ellos en la invisibilidad total.

Entre las disposiciones anunciadas se cuentan un reforzamiento económico de $ 2.500 millones este año para mejorar infraestructura, atención de salud y otras necesidades básicas en los hogares del servicio, además de una reforma institucional, que en lo grueso ya había sido planteada en el gobierno anterior, para dividir en dos instituciones las responsabilidades de cuidado de los niños vulnerables y la penal adolescente. También se comprometió la asistencia técnica de la Unicef al Sename y la focalización de las políticas de los ministerios relacionados con la problemática de los niños en estos centros.

En la oposición y en algunos organismos especializados han cuestionado estas medidas por considerarlas insuficientes y tardías. Además se ha planteado una razonable duda respecto de la idoneidad del actual aparato estatal para enfrentar el desafío de sacar a este servicio de la crisis que ha vivido por años.

Más allá de las aptitudes y las convicciones involucradas, evitar que la tragedia que han vivido y siguen viviendo los niños del Sename y otros que están incluso fuera de la institucionalidad más básica no resiste más tardanza y debe ser una prioridad ahora y en el largo plazo.