Reportajes

Cómo los bonos de la mafia italiana terminaron en manos de inversionistas globales

Los instrumentos estaban respaldados por empresas fachada acusadas de trabajar para el grupo mafioso Ndrangheta de Calabria.

Por: | Publicado: Viernes 10 de julio de 2020 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Por Miles johnson, romaInversionistas internacionales compraron bonos respaldados por los ingresos delictuales de la mafia más poderosa de Italia, según documentos financieros y legales vistos por Financial Times.

En un caso, los bonos -respaldados en parte por empresas fachada acusadas de trabajar para el grupo mafioso Ndrangheta de Calabria- fueron adquiridos por uno de los bancos privados más grandes de Europa, Banca Generali, en una transacción en la que los servicios de consultoría fueron proporcionados por EY.

Se vendieron cerca de 1.000 millones de euros de estos bonos privados a inversionistas internacionales entre 2015 y 2019, según participantes del mercado. Algunos de los bonos estaban vinculados a activos que luego se reveló que fueron creados por compañías fachada del grupo 'Ndrangheta.

'Ndrangheta es menos conocida fuera de Italia que la mafia siciliana, pero ha crecido en las últimas dos décadas para convertirse en uno de los grupos criminales más ricos y temidos del mundo occidental, cometiendo delitos que van desde el tráfico de cocaína a escala industrial hasta el lavado de dinero, extorsión y contrabando de armas.

Europol, la agencia antidelincuencia de la UE, estima que las actividades de Ndrangheta, que no está compuesta por una organización centralizada sino por cientos de clanes autónomos, generan una facturación combinada de 44 mil millones de euros al año.

Otros inversionistas en los bonos incluyeron fondos de pensiones, hedge funds y family offices, todos buscando formas exóticas de obtener altos rendimientos en un momento de tasas de interés en mínimos récord, según las personas involucradas en los acuerdos.

Los bonos se crearon a partir de facturas impagas a las autoridades de salud pública italianas por parte de compañías que les brindaban servicios médicos.

Según la legislación de la UE, las facturas vencidas adeudadas por entidades conectadas con el Estado incurren en una tasa de interés de penalización garantizada. Esto las hace atractivas para vehículos de propósito especial, que las colocan en un gran pool de activos y emiten bonos respaldados por los flujos de efectivo esperados de la liquidación futura de las facturas.

La mayoría de los activos securitizados en los acuerdos eran legítimos, pero algunos provenían de compañías que luego se reveló que estaban controladas por ciertos clanes 'Ndrangheta, que habían logrado evadir los controles contra el lavado de dinero para aprovechar la demanda de los inversionistas internacionales por instrumentos de deuda exóticos.

Un acuerdo de bonos comprado por inversionistas institucionales contenía activos vendidos por un campo de refugiados en Calabria que había sido adquirido por delincuentes organizados. Más tarde fueron condenados por robar decenas de millones de euros de fondos de la UE.

Casi todos eran negocios privados no calificados por ninguna agencia crediticia o negociados en los mercados financieros. CFE, un banco de inversión boutique con sede en Ginebra, construyó el vehículo que vendía bonos a inversionistas como Banca Generali.

Consultada por FT, Banca Generali dijo que no tenía conocimiento de ningún problema con los activos subyacentes que respaldaban los bonos que había comprado para sus clientes y que había confiado en otros intermediarios para realizar controles contra el lavado de dinero en los portafolios subyacentes.

"Banca Generali y Banca Generali Fund Management Luxembourg están conociendo en este momento las malas noticias mencionadas", dijo la compañía. "Se basó en la noción de que la transacción era elegible cuando [ingresaron] en el portafolio securitizado", agregó en un comunicado enviado por correo electrónico.

CFE dijo que nunca había comprado a sabiendas ningún activo relacionado con actividades delictivas. Agregó que realizó un due diligence significativo sobre todos los activos sanitarios que manejó como intermediario financiero, y que también se basó en los controles de otros profesionales regulados que manejaron las facturas después de su creación en Calabria.

Ambas compañías dijeron que cualquier problema legal que surgiera después de que se hubieran adquirido las facturas se informó inmediatamente a las autoridades italianas. CFE dijo que la cantidad total de facturas que luego se reveló que estaban vinculadas al crimen organizado constituía una proporción muy pequeña de la cantidad total de activos que había manejado en conexión con los sistemas de salud italianos.

EY, que no estaba obligada a realizar due diligence a los activos en la securitización al proporcionar servicios de consultoría para la estructuración de uno de los vehículos comprados por Banca Generali, declinó hacer comentarios.

Lo más leído