Reportajes

El papel de Romano

Con el papel higiénico convertido en un bien escaso por el miedo al coronavirus, una PYME que lo fabrica en Quilicura se amplía. Uno de sus socios, el piloto comercial que trabaja en Shanghai, Gustavo de la Cruz, habla aquí de su apuesta por crecer en medio de la crisis.

Por: Fernando Vega | Publicado: Lunes 13 de abril de 2020 a las 04:00 hrs.
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"Llegué a Chile en febrero e hice cuarentena en casa. Todos me miraban muy raro, porque no salía, usaba alcohol gel y cumplía medidas de seguridad. Estando aquí, a veces, uno siente que está en el futuro: todo lo que pasó en China se está repitiendo en cierta forma del mismo modo, en todo el mundo", relata desde Shanghai, Gustavo de la Cruz, un piloto comercial que creó Papeles Romano, una PYME que fabrica papel higiénico y que en estos días de coronavirus no para de vender. Tanto, que decidió ampliarse para responder ante la mayor demanda.

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El frenesí por los rollos de papel higiénico ha trascendido las barreras culturales en esta pandemia. Partió en China y se replicó en Estados Unidos, India, Chile, en todas partes. Casi todo tipo de toalla de papel tisú desapareció de los estantes de los supermercados, apenas los gobiernos anunciaron las restricciones de movimiento y el confinamiento de sus ciudadanos, para poder controlar el virus.

En medio de ese escenario, De la Cruz decidió invertir en maquinaria para ampliar su capacidad de producción, en Quilicura, donde se ubica la planta de Papeles Romano. En la misma China donde trabaja hace más de 10 años -ahora para la aerolínea local Loong Air- hizo la compra con la idea de aprovechar el impulso en las ventas. "Vamos a aumentar la producción en dos meses más. Estamos haciendo papel higiénico, toallas y ahora también servilletas", cuenta por llamada web. La maquinaria llegará en barco.

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Por su contrato, De la Cruz pasa un tiempo en China y otro en Chile. Cuando estuvo aquí en febrero, el país asiático ya había comenzado con las restricciones y ahora, está regresando a la normalidad. Lentamente, China levanta las prohibiciones de movimiento y pone a su colosal economía en marcha de nuevo. Él ya, de hecho, está volando. Explica que las autoridades aeroportuarias obligan a chequear la temperatura de los pasajeros al entrar y salir del avión y que las flotas locales muestran en promedio una ocupación del 80%. Casi no hay vuelos internacionales y quienes llegan del extranjero deben pasar obligatoriamente 14 días en un hotel en cuarentena.

"El comercio, los restaurantes, malls están todos abiertos. Hoy en día todo se está normalizando, las oficinas, las terminales, todo está operando, pero hay que andar siempre con mascarilla y usar una aplicación del teléfono que genera un código de color verde, naranjo o rojo, basado en donde has estado y el riesgo de contagio. Ese código lo muestras en todos lados, antes del control de temperatura y ahí recién se puede entrar", narra.

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El impulso de la colusión

En enero de 2015, De la Cruz junto a su padre -también de nombre Gustavo- apostaron por levantar un negocio familiar y crearon Papel Romano. El piloto llevaba algunos años en China, a donde llegó a trabajar en Chengdu Airlines tras haber pasado varios años en Latam y después en Etihad Airlines. Con parte de sus ahorros y crédito instaló la fábrica.

Al principio, fue difícil. En Chile no es llegar y vender papel higiénico, sobre todo cuando el producto se conoce popularmente como "confort", que es una marca de CMPC.

Y cuando trataron de entrar a las grandes cadenas supermercadistas se encontraron de golpe con una realidad que jamás imaginaron: les cobraban por reponer y estar en las góndolas, tenían que esperar 60 días para que les cancelaran la factura o llevarla a un factoring, que además les descontaba un porcentaje a cambio de efectivo. Y por si fuera poco, debían colaborar en las promociones.

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Así no podían. Entonces, optaron por enfocarse en almacenes de barrios, ferias libres o ventas puntuales. Durante unos meses Papeles Romano circuló en el "underground" de las marcas hasta que a fines de octubre de 2015 estalló el escándalo de la colusión del papel tisú, protagonizado por CMPC y SCA Chile (ex Pisa, hoy Essity). Y eso, les dio un respiro. La gente, indignada por el abuso, buscó otros productores, se hicieron conocidos y sus papeles empezaron a llegar a regiones.

Después, los coquetearon de los supermercados y las distribuidoras mayoristas. Hoy fabrican para algunas marcas propias y producen 30 toneladas de papel higiénico a la semana, dando empleo a 25 personas. "Estos años han sido muy difíciles, por querer entrar en mercados muy estructurados, pero con el tiempo y con un trabajo lento, pero seguro, logramos llegar a muchos lugares. Estamos aplicando el mismo concepto de las aerolíneas low cost y hemos podido lograr y superar las metas que nos propusimos. Ahora ya estamos vendiendo desde Coquimbo hasta Ñuble y con el cierre de fronteras se nos abre la oportunidad de llegar al norte de Chile, que en nuestro segmento es abastecido principalmente por productores peruanos", explicita desde Shanghai.

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