Reportajes

Los graves efectos económicos de la pandemia, lo que más preocupa a los chilenos

La gente está inquieta por las consecuencias del coronavirus. Disponer de dinero para pagar las cuentas es hoy una de las máximas inquietudes. Jorge López, gerente general de Ipsos Chile, advierte aquí sobre la sensación de “enorme fragilidad” que está golpeando el optimismo y la confianza en el país.

Por: Claudia Rivas A. | Publicado: Viernes 26 de junio de 2020 a las 04:00 hrs.
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Jorge López, country manager de Ipsos Chile
Jorge López, country manager de Ipsos Chile

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Comienza esta entrevista telefónica advirtiendo que "no es nada original decir que el panorama en Chile se ve muy mal"; pero que lo diga Jorge López Santander (61), country manager de Ipsos Chile, genera más preocupación. Sobre todo cuando asegura que todas las encuestas convergen no sólo en la percepción de gravedad de la pandemia, sino también -y más importante- en la "apreciación de una enorme fragilidad que lo atraviesa todo": un 80% de la población laboral está angustiada ante la posibilidad de disminución de su jornada laboral, de la renta o de ser despedida, dice.

"Tenemos porcentajes altísimos de gente que declara que sus preocupaciones son disponer de dinero para pagar las cuentas –entre un 60% y un 70%-, hasta los temas de salud mental. Pero por otro lado, tenemos una irresponsabilidad enorme todavía, desde el punto de la movilidad", advierte.

Los estudios que ha realizado Ipsos, también dan cuenta de que las grandes empresas tienen muy bajos niveles de confianza respecto de la ciudadanía. Aunque el fenómeno es global, López detalla que en ello también influye que la gente no entiende cuánto empleo hay detrás o cuán estratégicas podrían ser algunas compañías para el país.

A eso, se le suma la alta desconfianza que existe. "Somos el país con las cifras más bajas, 19%, de confianza u optimismo respecto de la recuperación económica en los próximos seis meses.

Es el porcentaje más bajo en Latinoamérica, que tiene un promedio de 24%, el mundo tiene 32%. El optimismo en Chile está por los suelos".

-¿Cómo deberían actuar las empresas en este escenario?

-Para muchas empresas la capacidad de sobrevivencia se traduce en la necesidad de suspender un costo de estructura que no pueden sostener. Habrá que enfrentar altas cifras de desempleo y aceptar que las empresas necesitan reducir personal, el tema es su capacidad para recuperar empleos en los meses que vienen. El primer desafío es recuperar la confianza, la empatía y la sintonía con sus consumidores. Hoy las grandes empresas –y este es un fenómeno mundial no sólo chileno- tienen muy bajos niveles de confianza respecto de la ciudadanía. Nuestro indicador de reputación corporativa, medido a fines del año pasado, mostraba una tremenda caída de confianza previo a la crisis y después cae más, pero la tendencia ya venía por varios años.

Alzas y bajas

-¿Qué sectores la gente mira con más desconfianza?

-En nuestro ranking, que va hasta los mil puntos, los sectores que están más bajos son los mismos que ya venían muy bajos. Las AFP son últimas con 450 puntos; las Isapres con 490 puntos; las cajas de compensación también aparecen con bajos niveles de reputación. Las farmacias aparecen bajas, los bancos y los servicios financieros.

-Todas relacionadas a reclamos sociales...

-Todas esas compañías han tenido un desgaste tremendo. Lo que resulta novedoso es que hay algunas empresas que han recuperado la confianza, en indicadores de reputación, por ejemplo las farmacias, los supermercados, porque la gente las ha visto siempre presentes en la crisis.

La crisis de pandemia ofrece una oportunidad para volver a construir confianzas, aunque algunas industrias no la están aprovechando, como los bancos. Pero los supermercados, Fonasa, las farmacias, el Transantiago, que venían muy golpeados, mejoran.

-¿Y cuáles son las mejor evaluadas?

-Ahí hay cosas estructurales, porque las empresas de tecnología aparecen muy bien calificadas; el sector automotriz en general tiene buena reputación en nuestro país; los supermercados, con algunas variaciones, tienen buenos indicadores de reputación; las industrias de alimentos lo mismo. Y, muy interesante, algunas instituciones públicas, como la PDI muestra mejor reputación, mientras Carabineros ha bajado. Y las tiendas de hogar o construcción, como Sodimac o Easy, muestran adecuados niveles de reputación corporativa.

-¿Y cómo le va a la política en este escenario?

-El desanclaje de la política es tremendo. Sólo un 25% declara cercanía a algún partido político, un 75% se declara desanclado de cualquier partido. Pero la situación actual obliga a los acuerdos y al sentido colectivo.

-¿Están mejor evaluados los alcaldes? Pareciera que la gente les tiene más confianza.

-Siempre ha sido así. Según las curvas históricas, mientras más cercano a la gente es el estamento de poder, más posibilidades tiene de estar bien evaluado; sobre todo cuando ese estamento está vinculado a la acción, a los cambios más inmediatos. Por lo tanto, en general los alcaldes siempre vienen mejor calificados que los diputados, senadores, o incluso que los ministros y en este período eso se refuerza.

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