CAMBIO DE MANDO EN ARGENTINA

Rosanna Costa: “Hay riesgos de que la recuperación de la inversión sea un poco más lenta”

La consejera del Banco Central aseguró en entrevista con DF que “si consideramos que se dan las condiciones del escenario base, es muy probable que no sea necesario bajar más la tasa”.

Por: R. Lucero y S. Valdenegro | Publicado: Viernes 21 de junio de 2019 a las 04:00 hrs.
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Foto: Rodolfo Jara
Foto: Rodolfo Jara

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Dos semanas han pasado desde que el Banco Central remeció al mercado con su sorpresivo recorte de la tasa de interés a 2,5%. Y, desde entonces, la entidad no ha cejado en su intento de explicar las razones detrás de la baja de 50 puntos base que nadie esperaba, al menos, en ese momento.

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Quizás, por lo mismo, luego de la caída inicial, los intereses de los instrumentos financieros tendieron a estabilizarse y tanto el dólar como la bolsa volvieron a moverse más bien al son de la economía internacional.

“Lo que sucedió en los mercados es más menos lo que uno hubiese anticipado”, afirma la consejera del Banco Central, Rosanna Costa.

“El relato completo era difícil de entregar en un comunicado y un día viernes. Por cierto, ese era un desafío”, dice antes de enumerar los factores que motivaron la “recalibración”: un escenario externo que sugiere menor impulso y mayor riesgo; un primer trimestre más débil de lo proyectado; y un cambio en los supuestos estructurales de PIB -consecuencia del efecto positivo de la migración en la economía- y tasa neutral. “Había un riesgo asociado a la complejidad de comunicar la rebaja sorpresiva de tasa con caída de proyección de crecimiento en el año a 2,75%-3,5% en el año, mayor crecimiento hacia adelante”, sostiene.

Eso sí, Costa enfatiza que el repunte de la inversión fue bajo lo esperado por menores importaciones de maquinaria y por la evolución de los inventarios, aunque con los grandes proyectos en línea con lo previsto.

- ¿Puede ser más generalizada la desaceleración entonces?

- Nuestro escenario base considera una recuperación hacia adelante, pero hay riesgos relevantes.

- ¿Cómo afecta la inflación?

- Uno de los cambios relevantes es una corrección en el crecimiento tendencial –a 3,25%/3,75%-. ¿Qué significa esto? Con la migración tenemos más gente dispuesta a trabajar, por lo tanto más posibilidades de crecer. Esto también ha arrastrado al alza al crecimiento tendencial y, con ello, al potencial. Pero el primer trimestre crecimos menos. Entonces, se nos está produciendo una brecha mayor y que pareciera tener una persistencia algo mayor en el tiempo. Esto nos lleva a concluir que la inflación converge un poco más tarde.

Además, revisamos la tasa neutral. Eso nos dice que el impulso que creíamos estar dando es un poco menor de lo que pensábamos. Entonces, hay un conjunto de elementos que nos lleva a tomar la decisión de bajar la tasa.

Es decir, la rebaja obedece tanto a los cambios a parámetros estructurales como a una revisión del escenario macroeconómico.

- ¿Había un riesgo de que la baja de tasas se entendiera como que la economía estaba peor de lo esperado?

- Efectivamente, fue un riesgo que evaluamos y buscamos mitigar con un comunicado más extenso que adelantó algunas cifras del IPoM. Podía haber una lectura excesiva, y esa fue la primera reacción de algunos analistas, porque el recorte de tasas fue sorpresivo. Hoy, sin embargo, se entiende que no fue el fundamento. Estábamos bajando la proyección del año, pero hacia adelante prevemos que la economía tiene un tracking de convergencia a este nuevo crecimiento potencial. Pero es un escenario que tiene riesgos.

- ¿Estaba en riesgo la credibilidad del banco si no actuaban ahora?

- No, no creo que uno se juegue la credibilidad en una decisión particular. La credibilidad del banco se cimienta en sus decisiones, en su análisis, en su consistencia, y en su trayectoria.

- Actores del mercado cuestionaron que en octubre y enero se aumentara la tasa de interés y que hoy se reconociera un escenario completamente distinto.

- La economía siempre va evolucionando y el banco va revisando el escenario económico. Es una tarea permanente, por eso hay reuniones de política monetaria en forma sistemática. Ahora, efectivamente el escenario cambió. Cuando una revisa el escenario sobre el cual se tomaron decisiones en octubre y en enero, con la información que había en ese momento, lo que analizábamos era un sector externo volátil, con tensiones, pero con condiciones financieras favorables, mientras que internamente mirábamos una economía que se había recuperado después de años de bajo crecimiento, y con señales positivas en la inversión. Veíamos un mercado laboral que era difícil de leer, pero nos indicaba que se estaba absorbiendo un importante shock de oferta laboral, con salarios algo más contenidos, y sin efectos relevantes en el desempleo. Entonces, el mercado laboral mostraba capacidad para absorber esa fuerza de trabajo.

- Pero la inflación estaba baja.

- Estaba convergiendo a 3%. La inflación subyacente estaba un poco más baja, pero con indicadores de tendencia que también apuntaban hacia arriba. No es sino hasta febrero que cambia la canasta del IPC y nos entrega mejor información, pero era información que no teníamos. La nueva canasta devela una inflación más baja, que nos lleva a un análisis diferente. Ahí es donde hablamos sobre factores como un menor traspaso cambiario, algunos elementos de oferta como mayor competencia en algunos sectores que la canasta anterior no estaba capturando. Además, vimos algo más de brechas.

- Hoy parece que estamos ante un escenario macro muy nuevo.

- Es una mezcla de varias cosas. Al final, la tensión comercial afuera permanece y sube de tono, afecta crecientemente las expectativas, el comercio global comienza a declinar, e incluso se ven caídas en algunos meses. Tenemos una actividad más débil, principalmente por sectores como minería y recursos naturales, pero no exclusivamente, menor fuerza en la inversión y las exportaciones por el lado de la demanda. Tenemos una economía en la que rebajamos la proyección de crecimiento para este año, pero que seguimos pensando que hacia adelante recupera su camino hacia el potencial, que es lo que está en el escenario base. Y es importante subrayar también: con un escenario de riesgo externo e interno a la baja.

En algún momento debiera tomar más fuerza la inversión, que haya un shock migratorio implica que se requiere más capital en la economía y esa fuerza debe tomarse. Entonces, hacia adelante esperamos que esas fuerzas repunten, pero hay riesgos de que el ritmo de recuperación de la inversión sea un poco más lento.

- ¿Qué pasa si la economía no es capaz de absorber el shock migratorio?

- La evidencia empírica de casos similares al shock migratorio en Chile no es mucha, no hay respuestas categóricas. Lo que sí sabemos es que esto toma tiempo y hemos realizado un importante esfuerzo para incorporar este efecto.

Al inicio, la llegada genera un incremento de la oferta y una caída en la productividad. Se ubican en empleos donde sus capacidades están subutilizadas. Poco a poco los inmigrantes van a ir cambiando de empleo, encontrando trabajos donde tendrán una mejor remuneración y más afín a sus capacidades, pero eso tomará un tiempo. En la medida que eso se produce, aumenta la productividad del empleo y la economía irá ajustando el capital. Eso va generando un mayor crecimiento de la economía hasta que después se estabilice (...)

- ¿Cuánto pesa en ese escenario el ruido por el retraso en las reformas?

- Ese es un elemento muy difícil de modelar. Sin embargo, sabemos que la incertidumbre es negativa. En lo que respecta a nuestro escenario base, no incorporamos cambios en estas materias. No obstante, toda reforma que apunte a temas estructurales busca aumentar crecimiento de mediano plazo y fortalecer la productividad.

En nuestras estimaciones la productividad tiene un crecimiento promedio de 1% con las Cuentas Nacionales revisadas. Pero es una variable que en el último tiempo ha subido bastante por debajo de ese valor, por lo tanto no puedo descartar la hipótesis que su crecimiento sea más bajo.

- Hay gente que prevé un PIB de 2,5% para este año e incluso de 2%. ¿Cómo interpretan ese pesimismo?

- Habría que ver cada caso. En parte, es posible que lo que tenemos como escenario de riesgo, que es algo que estamos monitoreando, ellos lo tengan internalizado como escenario base. Habría que analizar el escenario de ellos.

- Ustedes dijeron que no usan palabras como “descartar” en referencia a la baja de tasas. ¿No quieren volver a sorprender al mercado?

- No, no usamos esos términos. Si consideramos que se dan las condiciones del escenario base, es muy probable que no sea necesario bajar más la tasa. Pero si cambia, tendremos que tomar otra decisión. Lo ideal es que vayamos revisándolo reunión a reunión y dando la información.

No podemos descartar una baja de tasas, porque no podemos asegurar lo que va a pasar mañana. El escenario base se construye sobre ciertos supuestos que debemos monitorear.

- ¿Está jugado el 2019?

- Nosotros damos un rango de crecimiento (2,75%-3,5%), que esta vez correspondía reducirlo respecto del que teníamos en marzo. Y damos escenarios de riesgo que están sesgados a la baja.

- ¿Ayuda a las expectativas un cambio de gabinete y el relanzamiento de la agenda económica del gobierno?

- No me corresponde hablar de las medidas y menos del cambio de gabinete. Sobre las medidas fiscales, el Ministro ha enfatizado que se enmarcan en la regla fiscal, que es lo central para la política monetaria. En ese contexto que busque hacer eficiente el gasto, reasignando y evitando subejecuciones es positivo.

¿Próxima presidenta del Banco Central? "No, no lo he pensado"

Durante la segunda parte del año y, en particular hacia diciembre, el nombre de Rosanna Costa probablemente será parte de más de alguna conversación en círculos de gobierno y de oposición. A esas alturas aparecerá en el horizonte el análisis de su continuidad o reemplazo en el consejo del Banco Central, donde llegó a fines de 2016 a reemplazar a quien fuera su presidente Rodrigo Vergara.
Como se acostumbra, será decisión del Presidente de la República, en este caso Sebastián Piñera, decidir el nombre entre una terna que le presente el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, para luego proponerlo al Senado.
Nombres de candidatos no faltarán, en especial porque las cuentas sugieren que quien llegue a la instancia –se asume de sensibilidad de derecha- podría ser el sucesor de Mario Marcel, cuyo período a la cabeza del banco termina a fines de 2021.
Costa sólo sonríe. Poco o nada pareciera inquietarla el tema a estas alturas.
- ¿Cómo se ha sentido en estos tres años en el banco?
- Estoy contenta en el banco. Uno se adecúa, uno sabe a lo que viene, tiene un área más circunscrita a la política monetaria y financiera y no a otros temas. Pero la política monetaria es un temazo, es entretenida y me ha gustado.
- ¿Se ha planteado la posibilidad de ser presidenta del banco? A fin de año está la posibilidad de que renueven su cupo por 10 años más.
- No, no lo he pensado. No me he planteado ningún escenario ni decisión. Estoy feliz haciendo lo que estoy haciendo y hoy no me he proyectado.

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