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Indicaciones a la Ley de Fármacos dejan en evidencia su cumplimiento parcial

DF sondeó ocho farmacias ubicadas en Santiago y constató ausencia de genéricos, cajas sin precios y publicidad de descuentos en medicamentos en determinados días de la semana.

Por: Fabiola Venegas Ó. | Publicado: Miércoles 23 de mayo de 2018 a las 04:00 hrs.
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Luego de que el gobierno anunciara nuevas indicaciones al proyecto de Ley de Fármacos II, entre ellas, permitir la venta de medicamentos en supermercados, se han reactivado las críticas respecto a si se cumple o no la actual normativa vigente desde febrero de 2014, y que prohíbe, por ejemplo, incentivos de cualquier índole que induzcan a privilegiar el uso de determinado producto por sobre otro.

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Además obliga a las farmacias a tener un listado de precios, ya sea impreso o digitalizado y los productos dispuestos para su comercialización deben estar rotulados y el precio debe aparecer en la cara frontal de la caja.

Según explica el diputado Jorge Durán (RN), miembro de la Comisión de Salud de la cámara baja, las farmacias solamente están obligadas a tener el petitorio mínimo de medicamentos, que es un listado de cerca de 200 fármacos, y éstos siempre tienen que estar con stock. “Si una persona pide uno de esos medicamentos y la farmacia no lo tiene puede quejarse al Instituto de Salud Pública o la Seremi que debe fiscalizar esos 200 medicamentos y hacer control de stock. Si no los tiene, se puede fiscalizar con cartas que envían los laboratorios. Si no se pueden justificar, es una multa”, afirma.

La ley estipula que para cada medicamento que se ofrezca al público con nombre de fantasía, se deberá informar la existencia de un medicamento genérico (según su Denominación Común Internacional -DCI-) , si estuviese comercialmente disponible.

Existen medicamentos de marcas, entre los cuales está el innovador u original, cuyo laboratorio desarrolló, y están los genéricos, que no poseen un nombre comercial. Los bioquivalentes son aquellos fármacos que pueden ser de marca o genéricos, y que demostraron su intercambiabilidad con el innovador.

En este sentido, si el fármaco tiene alternativas bioequivalentes, el químico farmacéutico podría recomendar su cambio, tomando en cuenta su relación costo/efectividad.

“Este artículo es el menos fiscalizado porque los médicos aún prescriben marcas comerciales y la ciudadanía llega pidiendo el genérico (si existe), porque es más barato, pero que puristamente diferiría en su eficacia farmacológica”, repara el parlamentario.  

Hallazgos

Con el objeto de constatar si se cumplen algunos de los principales reglamentos de la Ley N° 20.724 Diario Financiero visitó ocho farmacias de la comuna de Santiago: dos locales de Farmacias Ahumada, dos de Salcobrand, dos de Cruz Verde y dos independientes (Farmacia Reccius y Farmacias del Dr. Simi), todas parte del universo de fiscalización del Instituto de Salud Pública (ISP).

Todas las farmacias contaron con su listado de precios y rotulado de productos, pero al momento de consultar por el Denominador Común Internacional (DCI) de medicamentos para enfermedades crónicas como hipertensión (Olmesartan de 20 mg), diabetes (Metformina 1000 mg LP) e insuficiencia cardíaca (Bisoprolol 1,25 mg), hubo algunas diferencias. De las ocho farmacias consultadas, ambos locales de Cruz Verde, uno de Farmacias Ahumada y Farmacias del Dr. Simi tenían especificados sus genéricos o bioequivalentes en sus listados al consultárseles por la información requerida.

Al preguntar en el mesón de Cruz Verde por el primer y segundo medicamento el vendedor informó las opciones de marca y bioequivalentes, señalando que no tenían la versión genérica.

En Farmacias Ahumada también respondieron que no tenían genéricos pero sí bioequivalentes de otras marcas de Olmesartan y de Bisoprolol. En los locales de Salcobrand, la situación era similar para la Metformina al igual que la Farmacia del Dr. Simi al contestar que trabajaban con el bioequivalente de Laboratorio Chile. En Farmacias Reccius también ofrecieron el mismo bioequivalente mencionado en Farmacias Ahumada.

Según la actual ley de medicamentos, es obligación que las farmacias tengan en todo momento los principios activos disponibles de los fármacos del petitorio mínimo que estipula el artículo 93 del reglamento, independiente si es genérico, bioequivalente o de marca. “Por eso lo importante del proyecto de Ley de Fármacos II es que obliga a los dueños de farmacias a que este petitorio mínimo sea en base a genéricos. La farmacia podría tener la alternativa comercial pero tendrá que tener a la vez el genérico”, explica el médico y presidente de Fundación Equidad, Tomás Lagomarsino.

Asimismo, de cuatro farmacias consultadas por paracetamol, tres ofrecieron el más económico, mientras Cruz Verde ofreció uno de marca que estaba en oferta. De las cuatro cajas de paracetamol adquiridas, solo una tenía el precio en su presentación, pero no estaba ubicado en la parte frontal de la caja como ordena la ley.

Sobre la publicidad al interior de las farmacias, si bien no se constató alguna promoción de medicamentos con receta, sí en seis de ellas se promocionaban los días de descuentos en medicamentos en alguna parte del local o en un catálogo de productos.

Para la Federación Nacional de Trabajadores de Farmacias (Fenatrafar) las llamadas “canelas” o incentivos variables por venta de remedios continúan pese a la ley que las prohíbe. Por ello el gremio interpuso una denuncia apoyada en pruebas en la Fiscalía Nacional Económica (FNE) junto al senador Guido Girardi (PPD).

El presidente de la Federación, Mauricio Acevedo, dice que Salcobrand tiene un sistema llamado Procuidado, supuestamente de descuentos, que consiste en que el médico receta medicamentos de marca sin sugerir los genéricos y si son adquiridos, el auxiliar se gana $ 300.

En Cruz Verde y Farmacias Ahumada es más simple, describe, ya que les pagan bonos a los auxiliares por cumplir metas de ventas, lo que lleva a que ofrezcan los medicamentos más costosos.

“Esconden el genérico y en vez de vender atorvastatina que vale $ 1.200 venden Lipox que es la misma atorvastatina solo que le pusieron un envase distinto y vale $ 12.000”, ejemplifica Girardi.

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