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Un nuevo reto para la tecnología en la sala de clases: los aparatos por sí solos no dan resultado

El desafío es lograr el denominado "salón invertido".

Por: | Publicado: Jueves 7 de diciembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Un profesor entra a la sala de clases y le pide a sus alumnos que inmediatamente guarden sus teléfonos celulares. Otro, en cambio, les pide que investiguen, móvil en mano, un tema durante un lapso de tiempo para luego debatir los datos que cada uno haya encontrado en Internet.

Esta es una de las paradojas sobre el uso de la tecnología en los colegios y trae implícita con ella un cambio de paradigma en el modelo educacional. Así al menos lo grafica Alessio Hagen, director de Innovación y Educación de Dell EMC para Latinoamérica.

A lo que hay que apuntar, según expone, es al desafío que implica el denominado “salón invertido”, que significa empezar a hacer las clases de manera distinta, en este caso, ayudadas por nuevas herramientas. “Primero, los niños aprenden mucho más por retos, diversión y acciones. Tenemos que pasar de hacer la educación donde el profesor dictaba algo y el alumno anotaba en su cuaderno, a que el maestro ponga un reto y el alumno experimente durante la hora de clases y termine aprendiendo y reconociendo el conocimiento a partir de una acción”, propone.

Según Hagen, la idea es darles a los estudiantes un conocimiento básico para dedicar la clase a experimentar.

Sin embargo, el mexicano plantea aquí su primera aprensión con una práctica más que extendida, especialmente en Latinoamérica. “Hubo un boom de regalar tablets o computadores a los alumnos, pero creo que no se cumplió el tema de que hubiera una plataforma educativa que fuera como una red social”, diagnosticó.

¿Cómo avanzar? Hagen asegura que la tecnología cumple un rol importante siempre y cuando tenga una plataforma educativa detrás, que, entre otros objetivos, permita hacer un seguimiento personalizado a cada uno de los estudiantes.

La experiencia implantada por Dell EMC apunta a asegurar, por múltiples motivos, una red social que sea tanto cargada de buenos contenidos, como privada. En primer lugar, porque los padres de familia quieren garantizar la seguridad de sus hijos, y por otra, porque los profesores quieren asegurar que el contenido de esa red social sea verdadero.

“Se crean estas redes seguras en que los padres pueden saber cómo avanzó su hijo, el director de la escuela puede saber cómo va cada salón y el ministerio de educación podría tener un mapa de todo”, argumenta.

Respecto a su funcionamiento, a los colegios se les entrega un pequeño servidor escolar con la plataforma, con los contenidos y videos precargados.

Los establecimientos también pueden ir agregando contenidos adicionales.

Profesores con Facebook

Los profesores deben ser protagonistas en la adopción de nuevas herramientas.

Acá, la postura de Hagen es clara. “Muchos profesores, tal vez, podían ver que había dificultad en el tema de la tecnología, pero manejan redes sociales, entonces pueden manejar esta que es educativa. Que se hayan masificado este tipo de plataformas facilita que sea mucho más sencillo manejar este tipo de cosas”, aclara.

Pero un punto más importante todavía es cómo se le enseña al maestro a adoptar prácticas metodológicas para sacarle provecho a la tecnología. “Hay que trabajar con ellos para esta información del cambio y acompañarlos en el proceso de cómo cambiar la práctica en el salón de clase”, propone.

Experiencia para Chile

La experiencia regional de Dell EMC apunta a ser un ejemplo para Chile. En Brasil por ejemplo, ganaron un proyecto para un piloto en 25 escuelas de Sao Paulo, inmersas en zonas de constantes conflictos sociales y se terminó implementando un proyecto a nivel nacional.

En Ciudad de México, en tanto, concretaron un proyecto con 780 escuelas donde enseñaron pensamiento crítico y robótica para niños.

A Chile, Hagen vino este mes a identificar cuáles han sido los avances en el uso de tecnología en la educación básica, media y superior. La idea es volver en enero para afinar los detalles de un proyecto para búsqueda de talentos .

“Corfo tiene un proyecto de Chile 2030 que tiene que ver con el tema del talento y hay varios países en América Latina donde hemos implementado una red. Si alguien, dice Alessio, es un ingeniero y tiene habilidades en tales temas, voy guardando evidencia de esas habilidades, como los idiomas que domino y subo videos de 1 o 2 minutos hablando en esos idiomas. Queda registrada la evidencia de las habilidades y si una empresa llega a Chile y quiere invertir, solo busca en esta red a la gente que tenga los niveles adecuados a la vacante”, explica.

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