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Artesanía y tecnología se unen para darle vida a Mapuguaquén

Altavoces de greda de alta fidelidad, creación del chileno Pablo Ocqueteau, tienen como uno de sus fines generar un puente entre ambos mundos.

Por: Pablo Aburto H. | Publicado: Lunes 27 de agosto de 2018 a las 04:00 hrs.
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Nueve años han pasado desde que el diseñador industrial chileno radicado en Alemania, Pablo Ocqueteau desarrolló el primer prototipo de Mapuhuaquén ("sonido de la tierra", en mapudungún), un altavoz de greda que combina la tradición de una actividad artesanal y la tecnología para dotarlo de alta fidelidad.

Recientemente lanzado al mercado, a través de la plataforma de crowdfunding Kickstarter, su éxito ha traspasado fronteras y las ventas compras llegan desde China, Canadá y Estados Unidos, además de Chile, su principal mercado... por el momento.

Todo comenzó cuando Ocqueteau estudiaba diseño y desafiando a sus profesores dijo que no existía una tendencia del diseño chileno. El desafío tuvo consecuencias y tras pedirle una muestra de lo que él podía hacer, para una evaluación, una lámpara de cochayuyo y un tubo fluorescente sorprendió a todos (y obtuvo un 7 de calificación).

"Me quedó dando vuelta que la parte interesante de esto es mezclar algo artesanal con tecnología. Pensé en un producto tecnológico pero que ocupe las manos de nuestra gente, ahí vi una tinaja fuera de una casa y pensé en un parlante", recuerda.

Sin tener idea de acústica, le pidió ayuda a un alfarero de Penco y con él desarrolló el primer prototipo. Con ese modelo -muy diferente al actual, según recuerda- participó en el concurso de Designboom, donde no ganó, pero donde su innovación se publicó en una revista.

Se fue a vivir a Berlín, sin tener idea que su altavoz daba la vuelta al mundo replicado por varios medios. Ya en la capital alemana un amigo de su pareja, Philine von Düszeln, con quien hoy trabaja mano a mano, le comentó que vio una publicación con su producto y a la par comenzó a recibir correos de gente que le pedía información.

En 2014 decidieron meterse en serio en el desarrollo del parlante con un nuevo prototipo y el trabajo de un alfarero que conoció en Portugal. Recién en 2017 ganaron una oportunidad de oro: exponer en el SaloneSatellite de Italia, con un éxito rotundo y como ganadores de una mención honrosa que les valió que más gente pidiera el producto en el mercado.

De vuelta de Milán vino el desarrollo acústico, con ingenieros alemanes, con quienes elaboraron un amplificador para sus tres modelos de altavoces. "Si nos hubieran dicho, esto no sirve para nada, seguramente no hubiese seguido, la idea era que sonara bien, que no fuera un suvenir, un chanchito de greda", expone.

Ganaron un Fondart de diseño y vinieron a producir la primera serie de prototipos a Chile y luego obtuvieron recursos de Corfo que sirvieron para pagar el desarrollo del amplificador.

Hoy, con todo este trabajo de ingeniería detrás y greda de Nacimiento, ya han logrado vender más de 60 parlantes. "La artesanía, la técnica y la tecnología son antagónicos por definición y nuestra definición es unirlos, generar un puente más armónico que permita que todas las manos sean útiles", resume Ocqueteau.

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