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Las primeras batallas de Andrés Couve

Enfrentará la titánica tarea de levantar desde cero una nueva institucionalidad con un presupuesto que sólo le alcanzará para echar a andar la operación en 2019, y con batallas anunciadas, como la integración de Conicyt y sumar una parte de Corfo.

Por: Alejandra Rivera | Publicado: Lunes 24 de diciembre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Hasta hace poco más de una semana, Andrés Couve (49) era director del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI), de la Universidad de Chile donde, además de liderarlo, llevaba unas cinco líneas de investigación científica en paralelo, desde el estudio de proteínas, neuronas y envejecimiento, hasta la relación entre cerebro y máquina.

Fuentes cercanas al proceso señalan que el biólogo de la Universidad Católica, con postgrados en Nueva York y Londres, tiene todos los ingredientes para haberse transformado en el primer ministro de Ciencia, Tecnología, Innovación y Conocimiento de Chile. Es un científico connotado que conoce las necesidades y dolores del sector, pero también es un gestor que levantó de cero un instituto milenio, es cercano al mundo empresarial por su rol de asesor científico de Sofofa, y sin duda, lo más relevante, conoce de muy cerca el proceso de gestación de la nueva cartera.

En 2015, bajo el mandato de la Presidenta Bachelet, integró la Comisión Presidencial “Ciencia para el desarrollo de Chile”, donde compartió conocimientos con figuras como Juan Asenjo, Juan Pablo de la Llera, Cristóbal Undurraga y Pedro Rosso, entre otros. Luego, cuando se inició en el Congreso la discusión sobre la nueva institucionalidad, fue uno de los invitados permanentes a las sesiones, a las que asistió en casi su totalidad.

Ingredientes que serán muy necesarios para enfrentar lo que viene: implementar un nuevo ministerio desde cero con un presupuesto 2019 que sólo le alcanzará para levantar la operación, pero sin mucho margen de maniobra, porque no podrá lanzar programas o nuevos instrumentos, explican fuentes cercanas. Además, el gran reto de su primer año de vida será pelear un incremento en el financiamiento para 2020.

Además de lo anterior, están las batallas ya conocidas durante el proceso: el nuevo domicilio de Conicyt (la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica), alojada en la cartera de Educación y que debe migrar al nuevo ministerio, y la fracción de Corfo que podría pasar a Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.

Conicyt

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Uno de los primeros retos que deberá enfrentar es el traspaso del 100% de Conicyt desde el Ministerio de Educación a la nueva cartera y constituir la Agencia Nacional de I+D (Investigación y Desarrollo) que también integraría una parte de Corfo. Si bien Conicyt vendrá con recursos bajo el brazo, algunos temen que, ante la necesidad, se desvíen parte de ellos para solventar algún aspecto de la implementación del ministerio. No obstante, ven como una buena señal que el domicilio de la cartera será en La Moneda, cerca del Presidente, quien se habría comprometido a dar recursos extra para financiar la operación.

Corfo

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Uno de los temas que se ha estado evaluando es la eliminación de la gerencia de Capacidades Tecnológicas de Corfo, que a la fecha sigue sin gerente tras la renuncia de Marcela Angulo.

Se señala que una buena parte de ella emigraría a la nueva cartera, específicamente, las áreas vinculadas a transferencia tecnológica, como las oficinas de transferencia y los hub; el resto lo absorbería la gerencia de innovación de la estatal, que lidera Rocío Fonseca.

Política Nacional de Ciencia y Tecnología

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Aún está pendiente la definición de autoridades clave para elaborar la PNCT. Una de ellas es la del Consejo Nacional de CTCI, en reemplazo del Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID), -cuya presidencia continúa vacante-, que es el que debe validar la Estrategia Nacional de CTCI. El problema es que sin estrategia no hay política, y sin política no hay instrumentos ni programas, lo que será un aspecto complejo a la hora de pedir recursos para 2020, pero también para lograr consensos, dada las diferentes visiones que existen frente a un tema crucial: ciencia por curiosidad v/s ciencia por misión.

Presupuesto

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Será la “madre de todas las batallas”. En primer lugar, el ministro tendrá recursos muy ajustados en 2019. Lo segundo, si la discusión presupuestaria siempre es dura, dice una exautoridad, más aún lo será para un ministerio en vías de implementación. Las primeras discusiones en torno a estos temas parten en marzo, por lo tanto, tendrá poco tiempo para generar evidencia de impacto que sustente un aumento presupuestario para 2020.

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María Teresa Ruiz
astrónoma y académica U. de Chile

"El aumento de científicos debe ir en paralelo al alza de recursos"

Dice que el primer gran desafío será "ponerle carne al chasis, hay que instalarlo y buscar gente, pues de la selección de las personas dependerá si va a funcionar bien o no", y otro reto inmediato es "articular las diferentes visiones y poner en contacto a quienes se dedican a la ciencia básica o por curiosidad, con los que realizan ciencia aplicada, porque nunca es la misma persona. Hay que pavimentar esa ruta", afirma.
En materia de recursos plantea que un desafío será financiar la instalación del ministerio. Más aún cuando "no hay una partida específica para hacerlo". Un tema complejo, porque los fondos existentes en Conicyt ya no estaban alcanzando para cubrir la masa creciente de científicos.
Respecto de los retos específicos que tendrá la Agencia Nacional de I+D, señala que el país ha hecho grandes esfuerzos a través de Becas Chile para formar investigadores. Dice que ellos tienen que volver y es natural que sea a los centros de excelencia de las universidades, los que deben "ser reforzados y aumentados". Por otro lado, comenta que los proyectos Fondecyt son la base para la investigación científica y la única fuente de financiamiento para la ciencia. "No han crecido, y el aumento de los científicos, cuyo número es bajo en comparación con el promedio OCDE, debe ir de la mano con un incremento de los recursos Fondecyt".

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Álvaro Ossa
director de Transferencia y Desarrollo de la Universidad Católica

"Sería un gran error dejar las universidades fuera de Corfo"

"Si se opta por eliminar la gerencia de capacidades tecnológicas y llevar una parte a otro ministerio, sería un gran error. Las universidades dejarían de ser atendidas por Corfo y se estaría haciendo una división ficticia entre la ciencia y la academia, por un lado y la innovación empresarial, por otro", dice Álvaro Ossa.
Plantea que el país debe ser capaz de completar la cadena de ciencia, tecnología, conocimiento e innovación, que va desde "la creación de un conocimiento puro en la academia, hasta que esos resultados estén en el mercado solucionando un problema". Aclara que esto no significa que todos estén en un solo ministerio, porque la cadena debería desarrollarse desde distintas instancias, por ejemplo, comenzar en el Ministerio de CTCI, probablemente para etapas más iniciales, y luego transitar hacia una innovación más empresarial hacia Corfo, afirma.
"Pero si las universidades sólo vamos a acceder a financiamientos del Ministerio de CTCI, va a quedar trunco el paso siguiente, porque la ciencia no llega por arte de magia al mercado, deben existir instrumentos –tanto del ministerio como de Corfo- que faciliten el tránsito de productos al mercado. Si no se hace nada, el CTCI será un ministerio de científicos y Corfo de empresarios, y eso es un error, deben dialogar".

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Patricio Feres
exgerente de innovación de Corfo

"El gran desafío será de coordinación"

Para el exgerente de innovación de Corfo y partner de Yuken, el desafío es cómo traspasar gobiernos manteniendo la estrategia y aumentando la inversión, "eso es lo prioritario".
En su opinión se requiere generar una política de Estado en ciencia, tecnología e innovación "que traspase los gobiernos de turno, que aborde los grandes desafíos para un desarrollo sustentable e inclusivo de Chile, que logre articularse con los distintos actores de este ecosistema y que tenga estándares internacionales de diseño, implementación, seguimiento y evaluación".
En segundo lugar, plantea que el aumento de la inversión pública en CTI en su conjunto, debe tener un compromiso y metas claras para los próximos años.
"La disminución para 2019 resulta muy contradictoria, porque hay gran evidencia del impacto de la innovación y el desarrollo tecnológico en el crecimiento de largo plazo de los países. Para ambos desafíos es fundamental una coordinación con otros ministerios y servicios, en particular con Corfo. Que se aclare qué programas se traspasarán desde Corfo, y que se definan espacios de trabajo conjunto".
Plantea que se necesita una Corfo y Agencia Nacional de I+D (nuevo Conicyt) "muy fuertes y coordinadas, mucho más de lo que son ahora".

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Pelayo Covarrubias
presidente Fundación País Digital

"Hay que lograr la integración con el mundo empresarial"

Desde la óptica de la tecnología, Covarrubias señala que el gran desafío para el nuevo ministro será la integración del mundo empresarial con el del desarrollo tecnológico, una tarea que hasta ahora no se ha logrado.
"Más allá de la lógica de instrumentos es necesario generar encuentros, hay que empujar el market pull (demanda desde el mercado) desde el science push (impulso desde la ciencia) para dejar de ser seguidores y transformarnos en desarrolladores tecnológicos", comenta.
Respecto de la visión del ministerio en relación al desarrollo tecnológico, señala que debe ser tan importante como el científico, ya que aporta al progreso económico y social del país.
En esa línea, plantea que "se deben impulsar las redes de integración con el sector empresarial para generar encuentros entre el mundo público y privado, que permitan que Chile deje de ser un mero consumidor y se transforme en desarrollador tecnológico".

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