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Las seis claves del exitoso ecosistema de emprendimiento israelí

Los tomates cherry, waze, firewall y una cámara dentro de una píldora están entre las revolucionarias invenciones que se han creado en ese país. Aquí, los secretos del milagro israelí.

Por: Magdalena Winter | Publicado: Lunes 3 de diciembre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Desde Jerusalén

Mientras sale el sol en la milenaria ciudad de Jerusalén y sus piedras ancestrales evocan el pasado, miles de emprendedores escrutan y desafían ávidamente el futuro. Inventan esqueletos externos para que los parapléjicos puedan caminar, como ReWalk de Amit Goffer, crean anteojos con mini cámaras que le leen al oído a los ciegos, como los fundadores de Orcam, y trabajan contra el tiempo para imprimir retinas celulares en 3D para curar enfermedades oculares, como los de Cellcure.

Cada año se crean 80 nuevas empresas tecnológicas en Israel, un país de sólo 7 millones de habitantes. En 2017 las firmas de ese sector levantaron capital por más de US$ 5 mil millones. Tanto ha crecido esta industria, que ya es uno de los cuatro países con más empresas listadas en el Nasdaq -detrás de EEUU, Canadá y China-.

Una muestra más: el año pasado Intel compró la startup israelí MobilEye por US$ 15 mil millones, el mayor “exit” o venta de un emprendimiento en la historia del país.

¿Qué los llevó a convertirse -con sólo 70 años desde su fundación- en “The Startup Nation” como lo bautizara Saul Singer en su reconocido libro de 2009? “Una multiplicidad de factores”, explica Ran Natanzon, Jefe de Innovación del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, que pueden resumirse en seis:

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La educación sí importa: Israel no cuenta con una, ni dos, sino con ocho universidades rankeadas entre las mejores del mundo, además de 57 colleges, 12 premios nobel e investigación de nivel mundial. Todas ellas tienen incubadoras y han puesto énfasis en carreras de ciencias, ingenierías, biológicas y programación. La Universidad Hebrea, por ejemplo, cuenta con emprendedores instalados en su recinto. Tal es el caso de Lightricks (creadores de la aplicación para editar fotos, Facetune), una incubadora (HUstart), programas de apoyo y un centro de impresión 3D que les permite a sus alumnos e investigadores testear e imprimir prototipos en distintos materiales, inclusive en madera.

En todo Israel hay 19 incubadoras tecnológicas que financian hasta el 85% de los costos de un proyecto en etapa temprana, los dos primeros años.

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El ejército: El fundador de Facetune -con 100 millones de usuarios en el mundo- cuenta que a sus socios los conoció en el ejército. “Eran mis mejores amigos ahí. Uno aprende a confiar totalmente en el otro, de eso depende tu vida”, explica. Pero no sólo se aprende a confiar a ciegas, sino también “a trabajar en equipo, se desarrolla el liderazgo, se crean lazos y redes de contacto”, agrega Ran Natanzon, del ministerio de Relaciones Exteriores. Los cofundadores de MobilEye también se conocieron en el “army”, así como los socios de Checkpoint, firma de seguridad informática creadora de Firewall. Todos los israelíes deben realizar el servicio militar tras salir del colegio. Tres años los hombres y dos años las mujeres. “La Fuerza de Defensa Israelí (IDF por su sigla en inglés) es una de las principales vías por la que los israelíes llegan al sector tecnológico. Unidades de inteligencia de elite, por ejemplo, proveen el entrenamiento de habilidades tecnológicas excepcionales, junto con una preparación altamente especializada y una camaradería que ayuda a crear redes sociales muy fuertes”, afirma Avi Jorisch en su libro titulado “You Shalt Innovate”. En Estados Unidos, agrega, “el colegio al que fue una persona es importante. Pero en Israel es la unidad militar a la que fue, lo que se considera decisivo”.

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Yo sí puedo: los israelíes tienen una palabra para definir la característica que los ha convertido en un país de emprendedores: chutzpa (que en español se pronuncia jutzpa), que significa audacia, coraje. Ran Natanzon, del ministerio de Relaciones Exteriores de ese país explica que esa actitud tiene varios ingredientes: confianza en las propias capacidades, habilidad de desafiar a la autoridad y no temerle al fracaso. Todo esto ha redundado en una mentalidad emprendedora que impregna a toda la sociedad y que ha puesto a la innovación en el centro.

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Apoyo del gobierno: Israel invierte cerca de 4,3% de su Producto Interno Bruto (PIB) en Investigación y Desarrollo (I+D), uno de los más altos del mundo. La Autoridad de Innovación, organización estatal que hace tres años conquistó su autonomía del Ministerio de Economía, provee financiamiento para proyectos, tal como Corfo en Chile. Así como el capital semilla local, ellos cuentan con el programa Tnufa. También tienen el programa Magnet que incentiva la cooperación entre la industria y el mundo científico-académico. Y una reforma tributaria que bajó los impuestos corporativos a 23% e incentivos tributarios para empresas tecnológicas (si está en zona periférica puede llegar a 6%).

El apoyo del gobierno israelí al sector ha sido constante en el tiempo: En 1993 fundó la industria de Venture Capital cuando creó el fondo estatal Yozma. Hoy el rubro está compuesto por unos 70 fondos activos.

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DI y AD versidad: Como es de esperar para un país fundado hace tan poco, la población de Israel está formada básicamente por inmigrantes. Una buena forma de ilustrarlo, dice Ran Natanzon, es que la mayoría nació en el extranjero o es la primera generación en Israel. En el caso de Natanzon, su madre nació y creció en Rumania, su padre en Reino Unido, su suegra es de Uzbequistán y su suegro de Yemen. Todos emigraron a Israel durante el siglo pasado.

Además de la constante inmigración judía, que empezó en el siglo XIX y que continúa hasta hoy, el país cuenta con una población árabe importante (20% del total) y otros grupos minoritarios como los nómadas beduinos.

A la gran diversidad demográfica se suma la ad-versidad geográfica: gran parte del país es desierto; adversidad comercial: un mercado local pequeño, de sólo 7 millones de personas; adversidad en términos de recursos: no tienen riquezas naturales. La única opción, innovar, pensar en grande y poner foco en las exportaciones; y adversidad vecinal: amenaza constante de guerra con sus vecinos. Esto los ha llevado a prepararse para enfrentar situaciones extremas y desarrollar tecnología de punta en materia militar (como el Iron Dome que intercepta cohetes enemigos en el aire y los hace explotar antes caer), de aviación (sistemas especiales de detección), de energía (son los creadores de los paneles solares) y alimentación (han inventado sistemas especiales de mantención de alimentos a la intemperie como Grain Cocoon).

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Multinacionales bienvenidas: El gobierno ha promovido la instalación de grandes compañías tecnológicas. Así es como Apple tiene su segundo centro mundial de I+D en Israel, como también Microsoft, Intel y Google. En la actualidad funcionan unos 450 centros de multinacionales que emplean a un 50% de la fuerza laboral del sector hitech.

Las grandes firmas se ven atraídas por una mano de obra especializada, altamente preparada y habituada a poner el énfasis en el mercado global, explica Heidi Zaidel, del fondo de Venture Capital israelí OurCrowd.

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