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El talento oculto de las mujeres en ciencia y tecnología

La presencia del género femenino está centrada en disciplinas relacionadas a las ciencias naturales, quedando fuera las TIC.

Por: Carmen Gloria Solís | Publicado: Jueves 2 de agosto de 2018 a las 04:00 hrs.
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La “feminización” de la ciencia y la tecnología es un asunto primordial para las futuras generaciones, dado que todos los recursos humanos capaces de crear líneas de productos y procesos tecnológicos serán fundamentales para el desarrollo del planeta. Si las mujeres se apartan de las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) el problema será mayor en términos masivos de creatividad científica. Por alguna razón fundamental Google destinó US$ 50 millones para que las niñas estudien tecnologías de información. Facebook, Amazon, Microsoft y Twitter, por su parte, apoyan la iniciativa Girls Who Code, que imparte talleres de programación y lucha por visibilizar a las jóvenes que trabajan en el sector tecnológico. Algo está ocurriendo en el aire de las TIC y esta vez es femenino.

En el mundo hay una preocupación por estudiar las razones de la supuesta “masculinización” de la ciencia y tecnología. Aunque la primera médico de Sudamérica fue la chilena Eloísa Díaz, en 1886, el país está lejos de liderar nuevamente el ámbito.

Un estudio del BID ya alerta que la presencia del género femenino está solamente concentrada en disciplinas relacionadas a las ciencias naturales. En Chile, menos del 15% de los matriculados en doctorados de ciencias informáticas son mujeres. En el ámbito académico, el mapa tampoco es bueno. Aunque alrededor del 40% de los autores de revistas científicas son féminas, en Chile, por tres docentes varones sólo existe una mujer.

Entre los países participantes del estudio del BID, Chile, Colombia, México y Panamá, más del 40% de los investigadores son mujeres. Sin embargo, en el sector empresarial el porcentaje de profesionales femeninas se reduce a un espacio entre 18% y 28%. Ellas a menudo pueden terminar sus estudios en ciencia y tecnología, pero no siempre logran continuar su trayectoria profesional en el área o avanzar al mismo ritmo y a los mismos niveles de jerarquía que los hombres. Y la brecha salarial es más visible en Chile, donde ya es conocido que los sueldos promedios de los hombres en ocupaciones de ciencia y tecnología son casi 50% mayores que los de las mujeres.

Por su parte, la investigación “Mujeres en la Tecnología: los hechos”, del National Center for Woman Information Technology (NCWIT), asegura que estas profesionales no abandonan sus lugares de trabajo para dedicarse a sus familias, sino más bien por no tener posibilidades de desarrollos competitivos.

Motivación de los padres

El alejamiento femenino del mundo STEM tiene su génesis desde la niñez. La realidad empírica muestra que existe una primera evidencia de menos niñas interesadas en ciencia y tecnología, probablemente debido a los mensajes culturales que afectan sus capacidades como estudiantes y luego profesionales. Por lo general, incluso los padres animan a sus hijos varones a elegir carreras relacionadas a lo científico, mientras que ellas, sin importar lo inteligentes que sean, reciben menos motivación permanente.

El estudio “Diferencias de género en código abierto” destrona la idea de que los hombres, por ejemplo, programan más y mejor. Un grupo de investigadores recopilaron softwares para su evaluación, sin decir el sexo de sus autores y la sorpresa fue que los ganadores pertenecían al género femenino. Parece ser que otro gran detalle recae en la autovaloración de las habilidades.

La periodista Tara Sophia Mohr, en La Vanguardia, desarrolló su propia investigación, preguntando por qué ellas no se presentaban como candidatas para trabajar en tecnologías. Sus resultados fueron que sólo un 12,7% de los hombres tenía miedo de fallar durante las entrevistas previas, en tanto que el índice de las mujeres ascendía hasta el 21,7%. Detrás de esta realidad se encontraría la teoría psicológica del síndrome del impostor, un proceso mental que tiende a subvalorar las habilidades en cualquier ámbito.

En países europeos como España, la presencia femenina en la industria tecnológica desciende década a década, alcanzando sólo el 18%. En Silicon Valley, los emprendimientos de los hombres alcanzan al 61% y las mujeres el 39%.

Claramente existen representantes del género femenino que podrían estar interesadas en estudios STEM, pero que a veces optan por no perseguir grados en estos campos, o bien, deciden cambiar de carrera debido a los obstáculos reales percibidos en su carrera profesional. Esto constituye una pérdida importante para ellas mismas y para la sociedad. Las brechas pueden cerrarse con el diseño de políticas adecuadas en ciencias y tecnologías. La mirada es aprovechar plenamente el talento oculto de las mujeres. Su mayor protagonismo implicará mejores resultados en términos de lograr más innovación para colaborar en el desarrollo de los países.

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