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La gran obra de construcción

Alemania se anima: El cambio hacia una energía verde es viable, pero es caro y ambicioso.

Por: | Publicado: Martes 17 de noviembre de 2015 a las 23:00 hrs.
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Jürgen Flauger (@Juergen_Flauger ), Klaus Stratmann
Düsseldorf, Berlín

El 25 de julio de 2015 fue para muchos alemanes un lindo día de verano. En el sur brillaba el sol, pero en el norte azotaba el huracán Zeljko. Sin embargo, para el cambio energético en Alemania fue un día para celebrar: El 78 % de la demanda energética fue cubierto por fuentes de energía renovable, algo que no había sucedido nunca. En el norte, el huracán hizo que las turbinas eólicas en la costa giraran a toda marcha; en el sur, el sol permitió que las múltiples celdas solares instaladas se llenaran a tope. Al final, las energías renovables alcanzaron una potencia de casi 48 giga vatios. Eso a duras penas lo logran 50 centrales energéticas de carbón con mucho esfuerzo.

El cambio energético alemán se está produciendo de manera inexorable. Apenas un mes antes, en la noche del 27 al 28 de junio, la central nuclear bávara Grafenrheinfeld abandonaba para siempre la red exactamente a las 23:59 horas.. El reactor estuvo en funcionamiento durante 33 años y, técnicamente hablando, habría podido producir electricidad por dos décadas más. Sin embargo, la instalación fue la víctima de turno de la decisión gubernamental de la canciller Angela Merkel de eliminar completamente la energía nuclear. "Desde hace décadas estamos fomentando la eliminación de la letal tecnología atómica. El cierre final de Grafenrheinfeld es un éxito y motivo de alegría", señaló Hubert Weiger, presidente de la Alianza alemana para la protección del medio ambiente y la naturaleza.

Alemania demuestra que una de las principales economías del mundo también puede lograr el cambio a energías renovables. El ejemplo de Alemania pone de manifiesto también cuán complicado y complejo es el cambio energético. Los costos se salen de control y las redes llegan al límite.

Las energías eólica, solar, hidroeléctrica y de biomasa abastecían ya en 2014 un 28 % del consumo energético alemán con electricidad proveniente de fuentes renovables. Por lo tanto, es una visión completamente realizable el objetivo del gobierno federal de que esta proporción alcance el 35 % para el año 2020 En el año 2000, cuando entró en vigencia la Ley de energías renovables (EEG por su sigla en alemán) y se puso en marcha el cambio energético, no cubrían ni siquiera el siete por ciento. La ley de energías renovables fomenta la energía eólica y solar, ya que garantiza que aquellos quienes inviertan en la generación de electricidad alternativa, reciban una compensación por cada kilovatio/hora de electricidad verde, lo que debería cubrir con holgura los costos. Los proveedores de electricidad no sólo construyeron turbinas eólicas a gran escala, sino que también cientos de hogares hicieron instalar paneles solares.
Pero Alemania aún puede impulsar el auge de la energía eólica y solar. Se calcula que los cortes de suministro eléctrico a todos los usuarios durante el año 2014 se extendieron en promedio apenas a 12,28 minutos. "La confiabilidad de la energía eléctrica sigue teniendo un nivel muy alto en Alemania, en comparación con otros países europeos", destaca Jochen Homann, presidente del organismo federal encargado de las redes energéticas. Para efectos de comparación: En Gran Bretaña, en promedio es de más de 80 minutos; en Francia es más de 100 y en Italia incluso más de 150 minutos.

Al respecto, el temor a los apagones es grande, por lo que Alemania aceleró el cambio energético en el año 2011 después de la catástrofe del reactor de Fukushima y sacó inmediatamente de la red ocho instalaciones de los restantes 17 reactores nucleares. Entretanto, la canciller Merkel advierte: "en estos momentos estamos en una fase crucial, en la que el porcentaje de las energías renovables de nicho se convirtieron en los pilares de nuestro suministro de energía". Su preocupación particular es el aumento de los costos de la energía.
Alemania se permite algunos costos para el cambio energético y debe realizar un enorme esfuerzo para mantener estable la red eléctrica, lo cual es pagado por los usuarios. La diferencia entre los altos pagos para establecer la electricidad verde y su precio, que se genera en el mercado mayorista, se transfiere de los operadores de redes a los usuarios. Y con la rápida expansión de las instalaciones se ha respaldado este recargo por la EEG: a todos los usuarios de electricidad se les debe traspasar el recargo por la EGG de 6,17 centavos de euro por cada kilovatio/hora: lo cual es más de la cuarta parte del precio total de la electricidad. Incluidos todos los usuarios de electricidad, el recargo por la EEG ascendió este año a 21 800 millones de euros.
El rápido desarrollo de la energía eólica y solar también presenta para los operadores de las redes un reto formidable. En horas punta, las energías renovables ya cubren más del 70 % de la demanda, como sucedió el 25 de julio pasado. Durante los días nublados de invierno, cuando el cielo está cubierto y el viento apenas sopla, cae el rendimiento a tal punto de poderse contar su porcentaje con los dedos de una mano. Y cuanto más varíe la oferta de electricidad a causa del clima, más difícil será evitar los cortes de energía. Al mismo tiempo, los operadores de las redes eléctricas deben realizar una nueva distribución del servicio de electricidad. Mientras que en el sur de Alemania, donde la industria consume mucha electricidad, se desmantelan las centrales nucleares de la red; en el norte, por su parte, se construyen parques eólicos en las costas.

En total deben construirse 4 000 kilómetros de nuevas líneas de alta tensión en los próximos diez años. Para ello, se necesitan unos 20 mil millones de euros. A fin de distribuir la electricidad por todo el país, están previstos tres grandes trazados. El más grande, Südlink, atraviesa Alemania de norte a sur y tiene una longitud de 800 km. El diseño y la construcción van a tomar casi una década. Sin embargo, la construcción de la red está detenida: iniciativas ciudadanas locales se oponen a que los trazados pasen por sus vecindarios. "El 2015 será un año decisivo para el éxito del cambio energético", advierte Hans-Jürgen Brick, gerente general del gran operador de red Amprion. "Si no se acelera la construcción de la red ahora, entonces se llevará el cambio energético a un punto muerto".

El gobierno federal tiene que esforzarse para llevar a cabo con éxito su proyecto de cambio energético. Por medio de nuevas leyes y reglamentos intenta equilibrar nuevamente el mercado energético. El año pasado se reformó la ley de energías renovables. Mediante la EEG 2.0 se redujeron las indemnizaciones para controlar el desarrollo desenfrenado de energías renovables. Actualmente el gobierno federal está trabajando en la protección de las centrales de gas, las cuales están siendo desplazadas del mercado debido al auge de la energía eólica y solar que ofrecen precios de consumo eléctrico a la baja, si bien permanecen en la red las instalaciones de carbón que polucionan. Finalmente, aún hay un problema especialmente grande por aclarar: ¿cómo se regulará el desmantelamiento y la eliminación segura de las centrales nucleares?
El cambio energético en Alemania está en el camino correcto, pero el camino aún es largo..

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