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¿Por qué Hollywood no graba sus películas en Chile?

Por paisajes y otros atributos, Chile podría estar entre las diez mejores locaciones cinematográficas del mundo, pero la falta de incentivos ha frenado ese despegue. Este año podría haber novedades al respecto.

Por: Jéssica Esturillo O. | Publicado: Viernes 26 de agosto de 2016 a las 04:00 hrs.
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Con un presupuesto de US$ 150 millones, una recaudación que duplicó ese monto y nada menos que seis estatuillas en la última entrega de los premios Óscar, la cuarta parte de la saga post apocalíptica Mad Max estuvo a un tris de ser filmada íntegramente en el desierto chileno, según reconoció el propio director de la cinta, George Miller.

Pese a que los productores del filme estrenado el año pasado visitaron el país y tras 18 meses de análisis se convencieron de las ventajas logísticas y de servicios que ofrecía, finalmente la diferencia en costos equilibró la balanza a favor de Namibia.

Este es sólo un ejemplo de cómo la falta de incentivos, tributarios y administrativos, ha impedido el despegue de Chile como locación cinematográfica, pese a que en la industria audiovisual , inclusive a nivel de Hollywood, hay consenso en que por paisajes y otros atributos logísticos y de seguridad, el país perfectamente podría estar entre los diez mejores destinos para filmación.

La buena noticia es que para este año se espera un resultado concreto del trabajo que los ministerios de Hacienda y Economía están haciendo en conjunto con la Film Commission Chile (FCCh), organismo dependiente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y Corfo, con el objetivo de articular un paquete de beneficios que pueda dinamizar esta actividad.

“Chile tiene todas las condiciones y atributos para transformarse en un territorio atractivo para filmar grandes producciones audiovisuales internacionales. Comenzamos este camino produciendo comerciales extranjeros, luego series de televisión, y ya en los últimos años películas que han tenido excelentes resultados. Para dar el último gran empuje que permita instalar a Chile y posicionarlo como destino de mega producciones audiovisuales, hemos establecido una alianza de trabajo liderada por el CNCA y Corfo, y apoyada por los Ministerios de Economía y Hacienda, para poder llevar a nuestro país a un plano de competitividad. Esperamos tener noticias pronto”, explica el ministro de Cultura, Ernesto Ottone.

El ejemplo colombiano

La titular de la FCCh, Joyce Zylberberg, pone el ejemplo del mecanismo que hace cuatro años se aplica en Colombia y que les ha dado tan buenos resultados que incluso le arrebató a Chile parte de una importante producción hollywoodense: “Los 33”, cuyas escenas en interiores se rodaron en estudios y en una mina de sal en ese país.

En la nación cafetera a las productoras se les devuelve el 40% de la inversión en materia de servicios cinematográficos locales que ejecutan y el 20% del desembolso que hacen en hotelería, alimentación y transporte en el país.

Hasta ahora, 22 producciones, entre ellas el drama basado en el accidente de la mina San José en Atacama, se han acogido a esta ley y le han generado a ese país

US$ 30 millones en ingresos, cifra que triplica el monto invertido por el Estado. Además, se cuentan en más de 10 mil los empleos asociados a estas actividades.

En Chile se graba la mayor cantidad de spot publicitarios de autos en el mundo, cuentan en la FCCh, lo que evidencia que la producción de comerciales internacionales es una categoría que está ampliamente desarrollada, con más de 80 por año, lo mismo que los rodajes para la televisión, de ficción y también de corte documental, todos los cuales utilizan equipos chilenos.

De esta forma, la industria audiovisual mueve anualmente US$ 34,5 millones y genera más de 65 mil empleos directos en las áreas de hotelería, transportes, catering y otros en las zonas escogidas como locaciones, las que según se ha establecido reciben directamente del orden del 30% de la inversión de una producción audiovisual

“Por ejemplo, una producción audiovisual de un presupuesto de US$ 4 millones, que es la media para la Unión Europea, dejaría US$ 1,3 millones en gastos directos, a los que habría que sumar otros US$ 2 millones como impacto económico indirecto, inducido, mediático y turístico”, precisa la titular de la FCC.

Una película de tamaño medio puede dar empleo a un promedio de 233 artistas y técnicos, mientras que una película televisiva puede dar empleo a un promedio de 106 personas y un spot publicitario a 86.

Otra estadística indica que durante el rodaje de una película para televisión o una pequeña producción cinematográfica, se demanda en promedio 50 plazas hoteleras durante 45 noches, lo que equivale a unos US$ 225 mil, todo esto según datos de la International Film Commission.

Seguros y amigables

El Alto Biobío cautivó al productor estadounidense de Radar Pictures, Tom van Dell, responsable de películas como “El último samurái”, y lo motivó a reunirse a principios de mes con autoridades para analizar la posibilidad de acceder a incentivos económicos. Su objetivo es filmar íntegramente en Chile la historia de “Leftraro” (Lautaro), producción que narrará la historia del líder mapuche y que apuesta a ser un blockbuster, alcanzando la popularidad que tuvo, por ejemplo, la historia de “Pocahontas”.

Sin embargo, los paisajes no son el único atributo de Chile como escenario cinematográfico. La amplia gama geográfica, se suma la riqueza cultural de cada zona del país, permite acceder a locaciones muy distintas en sólo un par de horas, lo que se traduce en economía de tiempo y de costos.

También hay ventajas aduaneras que simplifican los trámites, como el Carnet ATA, que permite la libre admisión temporal de mercancías, como equipos o vehículos, exenta de derechos de importación y otros impuestos como el IVA.

Además, la FCCh, que les ayuda a las productoras a gestionar los permisos y trámites asociados a una filmación, busca aumentar el número de comunas en el país que cuentan con protocolos “Film Friendly”, que homologan el tratamiento, los cánones y requisitos que deben cumplir estas producciones.

La seguridad (la más alta de Latinoamérica, según cifras de la ONU), la infraestructura de servicios y la estabilidad social son otros atributos que se valoran, al igual que la especialización que ha desarrollado esta industria a nivel local, disponiendo de mano de obra y una oferta de tecnología de producción y post producción, que está a la altura de la industria estadounidense.

En este sentido, Joyce Zylberberg comenta que el contar con un paquete de incentivos económicos sería el dinamizador que permitirá avanzar en los aspectos que aún están pendientes, como estudios con características (como la altura) adecuadas para las grandes producciones del cine.

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