El luchador que prometió derrotar a Cristiano Ronaldo como el deportista mejor pagado del mundo

Conor McGregor está tomado al mundo de los deportes de combate por asalto. El luchador irlandés, que hace sólo unos años estaba en la lista de desempleados cobrando seguro social, obtuvo en 2015 los títulos de campeón de la UFC para las categorías de peso pluma y peso ligero, convirtiéndose en el primero de la historia en unificar dos divisiones.

Y ahora, el exponente de las Artes Marciales Mixtas (MMA) va por Floyd Mayweather, el campeón invicto en cinco categorías de boxeo, en la que ha sido bautizada como la "pelea del siglo", este 26 de agosto, en Las Vegas.

A la caza de CR7

Pero McGregor no sólo se ha propuesto arrasar sobre el ring. También quiere convertirse en el líder indiscutido de los negocios ligados al deporte. Para ello se puso como meta alcanzar el primer puesto en el ranking Forbes de atletas mejor pagados del mundo. Y la pelea con Mayweather podría ayudarlo a conseguirlo.

En 2016 McGregor se convirtió en el primer luchador de MMA en ingresar al top 100 de Forbes, ubicándose en el puesto 85, con ingresos por US$ 22 millones, pero este año ya había escalado al lugar 24, con US$ 34 millones en ganancias.

"Pensaba que la lista de Forbes iba de enero a diciembre pero es de julio a julio. Yo quería alcanzar el primer lugar este año", señaló recientemente a los medios.

Pero el irlandés todavía está muy lejos del tope de la lista, que está encabezada por Cristiano Ronaldo, el delantero del Real Madrid, con US$ 93 millones, seguido por LeBron James, jugador de baloncesto de los Cleveland Cavaliers, con US$ 86 millones.

Fenómeno de audiencias

Según sus propias estimaciones, el combate con Mayweather le reportaría a McGregor más de US$ 100 millones, sólo por presentarse a pelear, sin importar el resultado. Y una victoria le abriría la puerta a otros lucrativos combates. De hecho, ya se baraja un posible enfrentamiento con el filipino Manny Pacquiao.

Los expertos estiman que la próxima pelea podría generar ingresos totales por más de US$ 600 millones. Si el irlandés consigue que su recién creada empresa McGregor Promotions sea autorizada, podría acceder a una parte de las ganancias por venta de entradas y derechos de transmisión. Y si logra excluirse de los acuerdos exclusivos de la UFC con Reebok podría embolsarse además parte de los auspicios.

Los tickets para la pelea comienzan en un precio de US$ 2.425 y llegan hasta US$ 98.500. A pesar de su elevado valor, se espera que el T-Mobile Arena cope completamente su capacidad de poco más de 20.000 personas, lo que podría arrojar una recaudación mayor a los US$ 72 millones.

Por otra parte, los especialistas señalan que los ingresos por patrocinadores podrían llegar hasta los US$ 10 millones.

Su agresivo estilo sobre el ring y sus polémicas fuera de las arenas deportivas han convertido a McGregor en un imán para las audiencias. Su pelea contra José Aldo, en 2015, produjo récords de taquilla, con ingresos por US$ 10,1 millones, y de público, con 16.516 asistentes. Y al año siguiente, su revancha contra Nate Díaz fue vista por 1,65 millón de clientes de servicios pay-per-view, el máximo en la historia de la UFC. Ahora, se estima que los usuarios podrían llegar a 4,75 millones, que generarían ingresos por US$ 495 millones solo por este concepto.

Líneas delgadas, gruesos insultos

Más allá del próximo combate, McGregor está aprovechando su fama deportiva para catapultarse al mundo de la moda. El irlandés, que siempre se destaca por su llamativo estilo de vestir, anunció su propia línea de ropa en colaboración con el diseñador californiano David Heil.

El luchador llegó este martes a la ceremonia de presentación del combate con un traje a rayas de tres piezas de su nueva línea.

"No serán solo trajes, sino todo tipo de ropa. Jeans, pantalones, de todo. Van a estar en tiendas reales y vamos a desarrollar un sitio de compras online que rivalice con Net-A-Porter, que genera ganancias por US$ 66 millones al año".

La curiosidad del terno es que las delgadas líneas estaban formadas por una hilera muy fina de insultos de grueso calibre, supuestamente dirigidos contra su rival. "Amo la moda y voy a diseñar ropa. Es como pelear, todo se trata de los pequeños detalles", dijo McGregor.