Industria

Dueños de Plásticos Mendoza: “La ley nos provocó una hecatombe”

Tras una fuerte reducción de su actividad y despido de trabajadores, socios analizan demanda contra el Estado.

Por: Magdalena Espinosa | Publicado: Miércoles 20 de febrero de 2019 a las 04:00 hrs.
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Mientras ambientalistas, parlamentarios y parte importante de la opinión pública celebran la ley que prohibió la entrega de bolsas plásticas en los supermercados, en la cara inversa de la medalla están los empresarios de este rubro que cuestionan el impacto provocado por la entrada en vigencia de esta normativa.

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En este escenario complejo destaca Plásticos Mendoza, firma que hasta ahora era la mayor productora de “bolsas camiseta” (el formato más usado en el retail). Tanto el fundador Fernando Mendoza, como su socio Claudio Morales, acusan que la ley puso en jaque años de trabajo y esfuerzo iniciados en 1986. Enfatizan que como consecuencia de las nuevas disposiciones que entraron en régimen en agosto pasado y terminaron de implementarse completamente durante este mes, el valor de su empresa “pasó de US$ 24 millones a cero”.

Los socios sitúan el inicio de la crisis de su compañía en septiembre de 2017, cuando la entonces presidenta Michelle Bachelet anunció el proyecto para poner fin a las bolsas plásticas en el borde costero en su intervención en Naciones Unidas momento en el cual Plásticos Mendoza inauguraba su máquina más moderna. Esa era la fase final de su proceso de reconversión iniciado en 2013 con la adquisición de dos equipos para aumentar la producción de bolsas para envolver alimentos, otra de sus líneas de negocio.

“Esto nos provocó una hecatombe, que nos pegó fuerte. Ahí empezó la debacle, que más que en las ventas, fue en la restricción de las líneas de los bancos”, señala Morales.

En los meses posteriores, la situación de la compañía entró en un rápido declive, recuerda el empresario, ya que las instituciones financieras fueron suspendiendo las operaciones con Plásticos Mendoza -que por largo tiempo operó con una línea de crédito de $ 500 millones- hasta que finalmente quedó sin capital de trabajo.

Morales añade que luego de cerraron las puertas de las aseguradoras, que restringieron las líneas con los proveedores, con lo cual se incrementó la asfixia económica.

Sin el apoyo de los bancos, los socios lograron sobrevivir un año comprando los insumos al contado y recurriendo a endeudamiento con altas tasas. Finalmente, el 31 de enero pasado pudieron optar a dar continuidad a la empresa con el plan de reorganización concursal de Integrar Chile. “Fue un año y medio durísimo desde el punto de vista físico y psicológico”, recuerda Mendoza, quien señala que el anuncio de la ley redujo las ventas de la empresa desde $1.200 millones a los actuales $ 500 millones.

En este marco, la firma tiene inactivas seis de sus ocho máquinas, y redujo las jornadas laborales desde tres turnos de ocho horas, a sólo dos de diez, lo cual implicó el despido de 30 trabajadores, de un total de 120 empleados. Y para los próximos dos meses está prevista la desvinculación de otra treintena de colaboradores, señala.

Si bien su actividad de treinta años le dan margen de maniobra para reenfocarse en otros rubros del negocio del plástico, Morales subraya que era en las bolsas camisetas donde tenían la mayor experiencia y capacidad.

Críticas a la ley

Los empresarios ponen en duda la discusión técnica en torno a la ley, argumentando que sólo transfirió el costo a los usuarios que ahora tendrán que financiar las bolsas que utilicen. Mendoza acusa que nunca fueron consultados durante la elaboración de la normativa “ni por alcaldes, ministros o el presidente”.

Desde esta experiencia, Mendoza advierte que “estamos pensando en demandar al Estado, porque coartaron nuestra libertad”.

Los orígenes de la empresa

Fernando Mendoza y Claudio Morales siempre han desarrollado su actividad empresarial en el rubro de los polímeros sintéticos, industria en el cual partieron en forma paralela a comienzos de los ochenta: el primero en Vigamil y luego en Poliplastic, mientras el segundo se desempeñó en Plásticos Unidos.
En 1982, el dueño de Poliplastic enfrentó la crisis que afectaba a la economía chilena rebajando los sueldos a la mitad y dando libertad de emprender, opción que Mendoza decidió desarrollar en el rubro de los plásticos.
En esta línea, cuatro años después nació Ferrari y Mendoza Ltda. -el primer nombre de su actual compañía- y que cuya principal línea de negocios inicial fue el reciclaje e inyección de plástico, donde le daban nueva vida a los mangos usados.
Afirmas que en esos años era mucho más sencillo emprender que en la actualidad: "Había muchas facilidades en crédito, máquinas que te las vendían en un plazo mayor y así nos acomodamos y crecimos". Una opinión que comparte Claudio Morales, quien se asoció a Mendoza en 2013. "Antes tenías la idea de un negocio y las posibilidades de ayuda en la banca para hacer un emprendimiento. Acá no hay grandes capitales, nosotros partimos endeudándonos". Producto de años de trabajo, recuerdan, fueron armando un nombre y reputación que les permitió sostener una relación fluida con los bancos que les abrieron líneas de crédito que les permitieron funcionar normalmente.
El negocio despegó a inicios de la década pasada basado en su línea principal: las bolsas camiseta, que representó el 90% de su producción. Luego vinieron los años dorados de Plásticos Mendoza, que creció al ritmo de la demanda de los supermercados, sus principales clientes. Ello, hasta que la nueva ley les cambió radicalmente el escenario.

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