Editorial

Un Congreso fragmentado

  • T+
  • T-

Compartir

Entre las múltiples repercusiones que tendrán las elecciones presidencial y parlamentaria del domingo, hay una de gran trascendencia: la alta fragmentación del renovado Congreso y el impacto que eso tendrá en la forma de tramitar y negociar los proyectos de ley.

Independiente de quién sea elegido el próximo 17 de diciembre, varios analistas han destacado que el futuro mandatario y su gabinete deberán hacer frente a un Senado y una Cámara de Diputados mucho más diversa en su composición, y más proclive a actuar por fuera de órdenes de partido.

En la Cámara, Chile Vamos obtuvo una mayoría relativa de 73 escaños, mientras que la suma de la Fuerza de la Mayoría (43), Convergencia Democrática (13) y Frente Amplio (20) totaliza 76 plazas.

En el Senado, el oficialismo más el Frente Amplio totalizan 22 cupos, contra los 19 de la actual oposición.

Hay proyectos de ley en actual tramitación, como el de pensiones, que requieren altos quórum para ser aprobados y para llegar a ellos, las distintas coaliciones no tendrán más opción que buscar acuerdos con otras fuerzas políticas. Si el elegido es Sebastián Piñera, muy probablemente también necesitará sumar a otros sectores para avanzar en sus anunciadas reformas en impuestos y en la ley laboral.

Otro factor que podría obligar a buscar consensos es lo estrecho que pueda ser el resultado. Según la evaluación que hace la clasificadora de riesgo Moody’s, la segunda vuelta de la presidencial será una carrera apretada y el ganador, por lo tanto, carecerá de un mandato fuerte para impulsar una agenda política agresiva.

Lo más leído