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Acceso al crédito en la realidad actual de Chile

Jorge Camus, Gerente general Destacame.cl

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Jorge Camus

Hace algunas semanas la CCS informó del aumento del mercado del crédito informal en Chile, que pasó de 1,7% en 2007 a 10,3% de la población en 2012. Una realidad preocupante, porque además de que se pagan altísimas tasas con riesgos muy elevados, queda claro un problema evidente: en Chile hay una real necesidad de acceso a crédito que hoy no está siendo satisfecha. Y no es que el acceso a crédito deba ser para todos sin consideraciones, pero el actual ciclo económico a la baja, la reducción en la TMC, Basilea II y la nueva ley de Reemprendimiento e Insolvencia ha obligado a los bancos a ser más restrictivos, dejando fuera del sistema formal de créditos a personas responsables y esforzadas que necesitan de préstamos para acceder a mejores oportunidades.

Contrariamente a lo que se cree, el acceso a crédito, aun en su forma más básica; tarjetas de bancos o casas comerciales, llega solo al 23% de los jefes de hogar en los 3 quintiles más pobres del país (encuesta Casen 2013). Entonces, a pesar de que hay una gran cantidad de plásticos emitidos, estos pertenecen a un grupo minoritario de chilenos, los mismos que tienen menos barreras para acceder a otros tipos de créditos.

Más aún, la misma SBIF, en el primer reporte anual sobre los efectos de la baja en la TMC, hace ver que cerca de 100.000 deudores podrían haber quedado excluidos del sistema formal debido a esto. Además, el mismo organismo dio a conocer que el número de deudores de créditos de consumo disminuyó en un 3,4%, mientras los montos aumentaron un 7,58%, lo que evidencia que los bancos se están enfocando más en los segmentos altos de la población.

En países desarrollados se ha logrado sobrepasar este problema usando información alternativa como el comportamiento de pago de las cuentas de servicios básicos, con lo que se obtiene más información de las personas y en especial de quienes no están bancarizados. En nuestro país la integración de este tipo de información se hace urgente, ya que es la mejor forma para llegar a más segmentos, sin aumentar el riesgo de las carteras.

Chile tiene un sistema bancario desarrollado que ha intentado satisfacer las demandas crediticias de los sectores más desfavorecidos, pero que requiere para esto de mejor información de las personas. Solo así se podrá hacer un correcto análisis e integrar al sistema formal de créditos a miles de chilenos que lo necesitan y lo merecen, pero que por la falta de información a la cual acceden los bancos terminan recurriendo a dudosos prestamistas informales.

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