Finalmente, la reforma que preparaba el Gobierno al impuesto a la renta no va. El ministro de Hacienda, Mario Marcel, anunció la decisión tomada junto con el Presidente de la República, Gabriel Boric, en el marco de una reunión del grupo de alto nivel que asesorará al Ejecutivo en la respuesta a la guerra arancelaria.
“Hemos decidido postergarlo indefinidamente”, dijo este lunes el secretario de Estado.
Lo anterior lo justificó en que “no habiendo apoyo de una parte importante del Congreso y, al mismo tiempo, habiendo otra serie de iniciativas que sí requieren prioridad. Tenemos que ser pragmáticos y concentrarnos en aquello en que necesitamos avanzar con más rapidez”.
El ministro de Hacienda precisó que “sí va a ingresarse el proyecto de reforma al impuesto a la renta de empresas de menor tamaño” en las próximas semanas, porque “este es un proyecto que se ha trabajado con detalle en las empresas del sector y donde además está contenido una serie de medidas de beneficio de sectores medios”.
Luego, durante la tarde del lunes la cartera publicó un documento en la que profundizó en la propuesta que no alcanzó a ver la luz ni enviarse al Congreso: “Impulso al crecimiento con equidad: propuesta de reforma al régimen general de impuesto a la renta en Chile”, se titula el texto de 52 páginas.
Ahí, se oficializa la idea de reducir desde 27% a un 24% la tasa de Primera Categoría que grava las utilidades empresariales, lo que implica una reducción en la recolección del impuesto a la renta corporativa en el equivalente a un 0,32% del Producto Interno Bruto (PIB).
¿Cómo se compensa aquello? Con una tasa a la primera distribución de utilidades, en el marco de un régimen dual de tributación a los ingresos del capital. El referido sistema dual implica la desintegración del esquema tributario, separando el pago de empresas de las de sus socios. Hoy, el esquema es semi integrado para las grandes corporaciones, ya que sus socios pueden descontar en su tributación personal hasta un 65% de lo que soportó su compañía en Primera Categoría.
El documento también entrega evidencia comparada respecto a cómo quedaría Chile en el concierto de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), con una tasa corporativa de 24% y un sistema dual desintegrado.
Por ejemplo, se expone que 31 de los 37 integrantes del citado organismo tienen un sistema dual de tributación, donde las diferencias son las tasas de impuestos personales que se aplican sobre los dividendos recibidos, ya que existen países con esquemas de tasa plana, tasas marginales crecientes y otros que utilizan las mismas tasas impositivas con las que gravan las rentas del trabajo.
Así, Chile se uniría a Austria, Bélgica, Costa Rica, Colombia, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Islandia, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovenia, España, Suecia, Suiza, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos al migrar a un régimen dual con variantes.
Tasa corporativa más baja
El documento de Hacienda calcula que el promedio de la tasa de impuesto corporativo para los países con sistema integrados o semi integrado es de aproximadamente 27,92%, mientras que, para los países con sistema dual o variantes, la tasa media es menor, alrededor del 23%.
Continúa el reporte agregando que los países que adoptan sistemas duales o variantes presentan mayor variabilidad en sus tasas de impuesto corporativo. Por ejemplo, estos países suelen establecer tasas corporativas más bajas, como Estados Unidos (21%) y Reino Unido (19%). En contraste, también detecta ejemplos de países con sistemas integrados y un alto impuesto corporativo, como Australia (30%) y México (30%). Por otro lado, Nueva Zelanda y Chile mantienen una de las tasas más bajas de este grupo, de 28% y 27%, respectivamente.
Ahorro en cumplimiento
Adicionalmente, Hacienda argumenta que al reemplazar el régimen semi integrado por uno dual, se simplificaría "significativamente" el sistema, reduciendo el costo de cumplimiento tributario para el contribuyente.
"En los sistemas integrados o semi integrados las empresas deben mantener registros detallados de los créditos asociados al impuesto corporativo y calcular correctamente los créditos fiscales al momento de la distribución de dividendos. Según datos del Banco Mundial, las empresas de países con sistema integrado o semi integrado deben dedicar 16% más de horas al año al cumplimiento tributario respecto de empresas en países con sistema dual", explica el documento.
Impacto redistributivo
El documento de Hacienda profundiza en el debate sobre la integración del sistema tributario. O sea, que el 100% de lo que tributa una empresa pueda ser descontado en los impuestos personales que paga su dueño.
"El régimen integrado de tributación a la renta, instaurado en Chile en la década del 80, ha sido objeto de un intenso debate que se prolonga ya por cuatro décadas, contribuyendo a la incertidumbre tributaria", parte señalando el texto.
Así, continúa señalando que, por un lado, se le defiende en virtud de evitar la doble tributación de las rentas del capital, con un impacto positivo sobre el ahorro y la inversión. Pero por otro, agrega, se le critica por su baja recaudación y las múltiples oportunidades de elusión y evasión que ofrece, dice Teatinos 120.
"Más allá de las diferencias, se observan tres hechos objetivos que se desprenden de esta estructura tributaria: (a) el sistema aplicado en Chile es claramente una excepción en el contexto internacional; (b) ha producido una recaudación notoriamente menor que en otros países, y (c) contribuye a generar un sistema tributario con baja capacidad redistributiva. Este diagnóstico ha motivado varios intentos de reforma con el objetivo de elevar la recaudación y aumentar la progresividad del sistema tributario", agrega el análisis.
El ministerio también calcula cómo se modificaría la distribución de las cargas tributarias entre personas y empresas con la nueva propuesta.
Así, ejemplifica que hoy el 98,5% de las rentas del capital que se generan en la economía están concentradas en el 1% de personas de más altos ingresos. Para el 90% de los contribuyentes de menores ingresos, las rentas del capital representan menos del 1% de su ingreso total, mientras que para los contribuyentes entre el percentil 91 y 99 la proporción de este tipo de rentas va entre 1% y 5%. En el otro extremo, en promedio, para las personas pertenecientes al 1% de mayores ingresos, más del 85% de sus ingresos totales provienen de rentas del capital.
Hoy, las empresas soportan el 97,76% del total de impuestos pagados asociados a las rentas del capital, mientras que las personas sólo el 2,24%. Hacienda estima que con la propuesta la participación de la tributación sobre rentas del capital de dueños de empresa pasaría de 2,24% a 15,04%, mientras que la participación del impuesto corporativo en la tributación total de rentas al capital se reduciría de 97,76% a 84,96%.