El Gobierno del presidente Donald Trump dijo que aprobaría un canje de tierras necesario para que Rio Tinto y BHP construyan una de las minas de cobre más grandes del mundo, a pesar de las preocupaciones de pueblos nativos de que destruiría un sitio de valor religioso.
Es probable que la medida aumente la tensión entre los grupos indígenas que defienden la necesidad de preservar las tierras históricas y los Gobiernos occidentales, deseosos de impulsar la producción de minerales esenciales y contrarrestar el dominio del sector por parte de China.
El Servicio Forestal de Estados Unidos, que forma parte del Departamento de Agricultura, dijo que volverá a publicar en un plazo de 60 días un informe medioambiental necesario para que ocurra el intercambio de tierras del proyecto Resolution Copper.
El Congreso y el entonces presidente Barack Obama aprobaron la mina en 2014 después de que se añadió en el último minuto a un proyecto de ley de financiación militar de aprobación obligatoria con la condición de que se publicara un informe medioambiental.
La mina subterránea -que el presidente Donald Trump aprobó en su primer mandato antes de que su sucesor Joe Biden le diera marcha atrás- abastecería más de una cuarta parte de la demanda estadounidense por cobre y sería una pieza clave del plan de Trump para impulsar la minería estadounidense.
El cobre se usa en la construcción, el transporte, la electrónica y muchas otras industrias. Estados Unidos importa aproximadamente la mitad del cobre que necesita cada año.
Sin embargo, la construcción de la mina provocaría un cráter que se tragaría el yacimiento de Oak Flat, donde los apaches San Carlos de Arizona rinden culto. Esto ha suscitado una fuerte oposición por parte de las 22 tribus indígenas del estado, excepto una, así como del Congreso Nacional de Indios Americanos.
BHP, que posee el 45% del proyecto, dijo que "Resolution se ha comprometido a mantener un diálogo abierto con la comunidad local y las tribus nativas americanas para hacer avanzar el proyecto de forma responsable".
Rio Tinto tiene el 55% de la propiedad y dijo que planea mantener todo el cobre de Resolution dentro de Estados Unidos en caso de que se apruebe la mina. La empresa controla una de las dos fundiciones de cobre de Estados Unidos.