El fabricante de baterías Duracell, del multimillonario inversor Warren Buffett, fue acusado por el productor químico BASF de robar secretos comerciales relacionados con la tecnología de baterías de iones de litio.
El mayor fabricante de productos químicos del mundo alegó en una demanda contra Duracell, propiedad de Berkshire Hathaway, de Warren Buffett, que la empresa se apropió indebidamente de la tecnología mientras ambas compañías mantuvieron un acuerdo de cooperación.
Las baterías de litio se utilizan en vehículos eléctricos, productos electrónicos de consumo y dispositivos de almacenamiento de energía. Duracell es uno de los mayores fabricantes de baterías de EEUU.
"Apropiación indebida de los secretos comerciales"
“La apropiación indebida de los secretos comerciales de BASF por parte de Duracell y su incumplimiento del acuerdo de colaboración han causado y seguirán causando a BASF daños y perjuicios irreparables”, declaró la empresa química en la demanda presentada ante un tribunal federal de Delaware. BASF solicita una indemnización por daños y perjuicios y una orden para que Duracell destruya todos los documentos obtenidos como parte del acuerdo.
La demanda se presenta en un momento en que la empresa alemana impulsa la producción de materiales utilizados en baterías de iones de litio a partir de metales reciclados en una planta con sede en Michigan para reducir las emisiones de dióxido de carbono. El director ejecutivo, Markus Kamieth, ha estado reposicionando a BASF para contrarrestar los altos precios de la energía y la disminución de la demanda, especialmente en China. Kamieth está convirtiendo la división de materiales para baterías en un negocio independiente, y la empresa declaró el año pasado que estaba "explorando oportunidades de colaboración" en esa línea de negocio.
BASF ha lanzado un esfuerzo de reducción de costos en su planta de Ludwigshafen, la planta química más grande de Europa, donde en febrero ya había comenzado a cerrar algunas unidades de producción más pequeñas, y está en camino de reducir los costos anuales en 2.100 millones de euros (US$ 2.320 millones) para fines de 2026.
En su demanda, BASF afirmó haber “invertido importantes recursos y esfuerzos en la creación y perfeccionamiento de un proceso patentado y secreto comercial para producir material de cátodo de alto rendimiento”, que, según afirma, es un “componente crucial de la batería”.