Mercedes-Benz Group está considerando retirar sus autos más económicos de Estados Unidos. La automotriz con sede en Alemania prevé que, de aplicarse los aranceles impulsados por la administración de Donald Trump, sus ventas sean económicamente inviables, según consignaron fuentes a Bloomberg.
El fabricante alemán estudia reducir las ventas de más modelos de gama baja, como el pequeño todoterreno GLA, como parte de planos de contingencia arancelaria más amplios, de acuerdo a lo que indicaron fuentes, que pidieron no ser identificadas debido a que las deliberaciones son de carácter privado. Se espera que los aranceles del 25% de Trump entren en vigor esta semana.
Mercedes no ha tomado una decisión definitiva y aún podría cambiar de opinión dependiendo de cómo se implementen los gravámenes.
El gigante alemán está entre los fabricantes que se enfrentan a una guerra comercial que se agrava y que amenaza con perjudicar sus ventas y perturbar las cadenas de suministro. Aston Martin Lagonda Global Holdings y Ferrari planean subir los precios de algunos de sus autos en EEUU, y Volkswagen está considerando ampliar la fabricación local.
El presidente de Stellantis, John Elkann, se reunió con Trump el lunes, y la empresa matriz de Chrysler forma parte de un grupo automotor que están haciendo un último esfuerzo para persuadir a su administración.
Reducir la exposición al mercado premium de gama baja permitiría a Mercedes eludir los aranceles sobre sus vehículos menos rentables. Para modelos como el GLA, cuyos precios van desde los US$ 43 mil en EEUU, los aranceles podrían convertir los márgenes, ya de por sí reducidos, en pérdidas si no se trasladan a los clientes. Retirar los autos del mercado también podría llevar a los conductores a optar por modelos más premium. EEUU sigue siendo un mercado clave para Mercedes debido a la fuerte demanda de los SUV más grandes y rentables.
Las medidas comerciales de Trump, destinadas a recuperar empleos en EEUU, han sembrado el caos en toda la industria. Dado que aún faltan detalles clave —principalmente, el Anexo 1, la lista oficial de piezas y componentes sujetos al arancel del 25%—, su capacidad de acción se ve gravemente limitada, afirmó Andrew Bergbaum, director general de AlixPartners, una consultora que asesora a varios fabricantes de automóviles globales.
“Es un gran dolor de cabeza”, señaló Bergbaum. “No saber qué se avecina dificulta enormemente tomar decisiones estratégicas”.