Son variados los actores de la industria financiera que se encuentran en alerta por la nueva batería regulatoria de control de riesgo, entre otras exigencias de gobiernos corporativos impulsada por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).
Hasta el momento, la inquietud está principalmente en las administradoras generales de fondos (AGF), cuyos gremios advirtieron un aumento en los costos operativos en su línea de negocios, los que se podrían traspasar a los clientes en forma de comisiones.
Sin embargo, dentro del universo de actores que deben cumplir con la nueva normativa se encuentran las distintas bolsas transaccionales del país.
En conversación con DF, el gerente general de la Bolsa de Productos, Christopher Bosler, analizó los impactos de las regulaciones anunciadas durante 2024 y que pronto iniciarán sus primeros plazos de ejecución.
"La regulación es positiva, en general, si se quiere aumentar la seguridad, pero hay que tener mucho ojo con sobrerregular, porque los costos pueden ahogar a muchos actores", advirtió.
- ¿Cuáles son las implicancias?
- Hemos visto un aumento efectivamente del staff y los costos operativos y asesoría para intentar cubrir estas necesidades o requerimientos de riesgo operacional, continuidad operativa, que, sin duda, son importantes. El tema de preocupación es el sobrecosto, pero tenemos el rol de entregar seguridad y confiabilidad al mercado, así que estamos trabajando en todos estos ámbitos de manera muy intensa e ir cumpliendo con ellos de forma gradual y paulatina.
- ¿Quiénes se verían más afectados?
- Está la duda de qué pasará con las nuevas instituciones que se van a regular, por ejemplo, la industria fintech, que floreció tanto porque tiene capacidad de crecer rápido, buscar una solución tecnológica a los clientes, solucionar un dolor, pero cuando les coloquen la regulación encima, la pregunta es si los van a ahogar o no. Es lo que vivimos toda la infraestructura de mercado y las entidades reguladas.
Auge de los mutuos hipotecarios
Donde la regulación sí generó un impacto positivo en la plaza, según Bosler, es el auge de los mutuos hipotecarios endosables (MHE) en la Bolsa de Productos.
En 2023, la Superintendencia de Pensiones permitió que las AFP inviertan de mayor manera en estos instrumentos, ampliando el límite más allá de los activos alternativos. Según cifras de la Bolsa de Productos, de custodiarse US$ 2 millones de MHE en su primer año, actualmente se elevó a US$ 200 millones.
- ¿Cuáles son los principales actores en la industria de fondos que están ahora operando con mutuos hipotecarios endosables?
- Los fondos de inversión de deuda, la mayoría son los socios de la ACAFI que tienen agrupados al gremio, están especializados en activos alternativos, entre ellos, facturas, créditos hipotecarios, automotrices, etc. Y los inversionistas finales aportantes de esos fondos, las AFP.
- ¿Qué atractivo presenta este tipo de activos?
- Tiene un retorno de inversión atractivo. Si uno lo pudiera comparar del punto de vista de instrumentos más o menos similares, los MHE tienen un retorno de entre 150 y 200 puntos base anuales más que un bono bancario, por ejemplo. Y al final, los bonos bancarios se basan en las carteras de activos que tienen los bancos, de la cual gran parte son activos hipotecarios.
Facturas
- Pero lo que también ofrece un bono bancario es el respaldo y la estabilidad de una institución detrás. ¿Podrían darse casos donde la estructura de la industria de los mutuos hipotecarios endosables se asemeje a la de las facturas, también transadas en la Bolsa de Productos, y se generen los riesgos vistos en los últimos escándalos financieros?
- El mercado de los MHE es regulado por el por la Ley de Seguros, que formó la industria de las mutuarias, las que están reguladas por la CMF. Incluso, existe el registro de mutuarias, que son aquellos que pueden originar estos instrumentos. Está bien regulado, y no solo eso, sino que además implementamos un modelo de control de administración maestra, de due diligence y de estandarización de información desde las mutuarias hasta la bolsa, de forma tal de que los dueños de los MHE puedan ver la información completa del desarrollo del nivel de pago, y de la ubicación geográfica del comportamiento. Hay una revisión muy granular de los mutuos y un control completo del flujo de información. Es un mercado un poco más acotado que el de las facturas, que es más liberalizado.
- ¿Se han hecho esfuerzos similares por dar control de información e institucionalizar la factura?
- Hay muchos avances en esa materia que de hecho ya funcionaron hace tiempo. Estos temas que hemos visto de la factura si bien son ruidosos en términos de prensa, son muy chicos en términos del volumen del mercado en Chile, el que anualmente es de US$ 50 mil millones.
Estos casos eran menos de US$ 30 millones o US$ 50 millones en dos años, un porcentaje prácticamente insignificante, pero muy ruidoso. Dicho eso, no significa que uno puede mejorar los estándares de cierto de gobierno corporativo, transparencia. Ahí la Bolsa cumple un rol relevante porque verifica la factura en su existencia, los detalles, concilia, recauda y ahora el año pasado implementó un nuevo modelo de verificación o detección de anormalidades en facturas que le pone otro grado más de seguridad en este proceso. Además, ahora la industria del factoring, en cierta medida, está regulada por la Ley Fintech.