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José Miguel Sánchez, decano de la facultad de Economía y Administración de la UC: “Hoy día somos una facultad que pretende ser mucho más inclusiva”

El economista repasa su decanato luego de más de una década en el cargo, en un 2024 marcado por los 100 años de la organización. Gratuidad, los efectos de la pandemia, la ética en los negocios y la inteligencia artificial son parte de la agenda que lo ha ocupado.

Por: C. Vergara y R. Lucero | Publicado: Lunes 22 de abril de 2024 a las 04:00 hrs.
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Foto: Jonathan Duran
Foto: Jonathan Duran

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Un año especial vive José Miguel Sánchez como decano de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad Católica. El 13 de agosto termina su periodo -según los estatutos, podría repostular- y ello ocurrirá en medio de las actividades con las cuales la institución está conmemorando sus 100 años de historia.

Un siglo que los encuentra con el característico edificio que ocupan en el Campus San Joaquín renovado -solo falta una última etapa-, pero también claros de que los preceptos originales con que partieron en 1924 -como la formación de estudiantes y servir de inspiración y guía a las grandes discusiones nacionales- aún están en la primera línea.

“Quizás los énfasis han cambiado”, agrega Sánchez al tiempo que reconoce que el contexto ha mutado -y mucho- en muy poco tiempo. Pero “nuestro foco es la formación integral de personas”, suma el economista.

Un incesante devenir que, por ejemplo, ha llevado a que la carrera de ingeniería comercial se revise y renueve permanentemente.

“Tenemos un 10% de alumnos en gratuidad. No mucho. Porque es cierto que nosotros seguimos atrayendo un porcentaje muy alto de alumnos de colegios particulares”.

¿La ética en los negocios? “No nos enorgullece cuando vemos algún egresado nuestro metido en alguna de estas cosas. Al revés, nos da bastante vergüenza”.

“Esta carrera siempre ha tenido una altísima participación de mujeres como estudiantes (…) Sin embargo, después, a lo largo de la carrera, se van quedando”.

- Uno tiende a asociar a la UC a estudiantes con recursos. Muchas veces se escucha esta típica frase de que son liberales en lo económico, pero conservadores en lo valórico. ¿A estas alturas, lo percibe como un prejuicio o eso se ha ido superando?

- No me quiero hacer cargo de los prejuicios, pero nuestra facultad y nuestro cuerpo académico se ha renovado completamente y recibimos académicos de todos los países. Un cuarto de los profesores es de distintos países. Tenemos de Bulgaria, Holanda, Canadá, una profesora de Turquía.

Y, por supuesto, cada uno piensa lo que quiere. En términos de Universidad Católica nosotros no le exigimos que sean católicos ni a alumnos ni a profesores. Lo que sí les pedimos, porque somos una institución de iglesia, es respeto por las instituciones, por nuestros valores, que son valores además bastante universales. No hay que ser católico para estar de acuerdo con la preocupación por el bien común y la dignidad de la persona humana.

Y nosotros en economía y en administración, que son nuestras disciplinas básicas, lo único que pedimos es excelencia académica. Contratamos a nivel internacional a los mejores profesores y eso pasa por un proceso de excelencia académica internacional.

Desde que asumió su cargo en 2013, Sánchez relata que la planta de docentes se ha renovado en un 75%. Y, a la par, destaca que más de 40 egresados de la UC están en la academia de “las mejores universidades del mundo”, como Stanford, Columbia, Berkeley, entre otras. “Hemos estado en el número uno en Latinoamérica los últimos 14 años, entonces eso obviamente ya no es una cosa de un día, sino que es de un esfuerzo consistente y permanente”, señala sobre el último ranking QS.

Sobre el rol de su facultad en el debate público -el cual califica como “activo”-, dice que aporta a la sociedad desde la investigación. “Nosotros no somos un think tank, no somos un centro de pensamiento, somos básicamente una universidad y somos un centro académico. Nuestro foco principal está en la generación de conocimiento nuevo”, afirma.

Para lo que viene, reconoce que hay desafíos, pero asegura que “hoy día somos una facultad que pretende ser mucho más inclusiva”.

- ¿Qué ha significado para la facultad la gratuidad?

- Tenemos un 10% de alumnos en gratuidad. No mucho, porque es cierto que seguimos atrayendo un porcentaje muy alto de alumnos de colegios particulares. Es algo que hemos trabajado harto, tratar de tener mayor inclusión. Pensamos que una universidad más inclusiva, y una facultad más inclusiva, es mejor.

Tenemos programas de inclusión bien activos, que implica no solo invitar a estudiantes de colegios municipales y particular subvencionados talentosos que quieran estudiar con nosotros, sino que también se gradúen. Tenemos todo un programa de acompañamiento, de apoyo para cerrar brechas. Que, entre paréntesis, ha sido tan bueno que lo hemos extendido también a estudiantes que no son de esos colegios, pero que también vienen con mucha brecha, porque estos últimos años hemos recibido estudiantes que vienen con mucha diferencia educativa por la pandemia.

- ¿Cómo ha sido enfrentar ese desafío de una generación de alumnos marcada por la pandemia?

- Ha sido muy duro. Lo estamos viviendo hasta el día de hoy. Los dos años de pandemia fueron nefastos. Formativamente, ha sido muy duro para los estudiantes. Recién ahora estamos empezando a tener una cierta recuperación del trabajo, de la manera de aprender, de participación.

También se dio un fenómeno bien curioso, porque los alumnos y los profesores como que nos acostumbramos a esos dos años. Después, la gente volvió con algún entusiasmo, pero al principio y luego decayó. Los alumnos empezaron a venir menos a clase, porque encontraron que a lo mejor no era tan malo quedarse en la casa. Para ellos era como ver Netflix. Y nosotros decíamos “no, la universidad no es esto. No se acostumbren a esto, porque es algo que nos permitió salvar la situación no más”.

Diría que ahora, recién este año, uno está viendo las salas llenas de nuevo. Los estudiantes se dieron cuenta de que se estaban perdiendo una parte fundamental de su formación al no interactuar con alumnos, con profesores. Uno aprende de los compañeros, de las preguntas, de la interacción del pasillo.

- ¿Y los profesores como han enfrentado a este grupo de alumnos?

- A los profesores los preparamos para esto. Ellos se dan cuenta. Los estudiantes tienen hoy ciertas necesidades que antes quizás no nos preocupábamos tanto, no las veíamos tanto. Pero hoy sí tenemos que preocuparnos un poquito más de los aspectos no solo académicos, sino que también de salud mental que han sido bien importantes.

ChatGPT: “Sería mala idea prohibirlo”

- Hay temáticas nuevas como la inteligencia artificial o el cambio climático. ¿Cómo están implementando esto en las salas de clases?

- Se está incluyendo esto en todos los cursos. El ejemplo quizás más concreto, porque todos los estudiantes tienen acceso a todas estas plataformas de inteligencia artificial regenerativa, es el Chat GPT. Hoy está clarísimo que no solo no se puede, sino que sería una muy mala idea prohibirlo. Hay que ver cómo uno lo incorpora y en eso estamos.

Los profesores han ido progresivamente incorporándolo en tareas, en trabajos, y es impresionante lo que se puede hacer. No dejamos de sorprendernos todos los días de la cantidad de cosas que se pueden hacer con el ChaGPT, y que lo usen y lo usen bien. La ganancia en eficiencia, en productividad que uno puede lograr con el uso de esta herramienta es notable.

Sustentabilidad también para nosotros es un tema crucial tanto en economía como en administración. Hoy la sustentabilidad está en todos lados, entonces tenemos que preparar a nuestros estudiantes para que sea no algo ajeno, sino que parte integral de la toma de decisiones. No que no sea un anexo.

- Un tema que sigue siendo desafiante, a propósito de la formación, es la ética en los negocios.

- Esto ha sido un foco muy fuerte de mi decanatura. No nos enorgullece cuando vemos algún egresado nuestro metido en alguna de estas cosas. Al revés, nos da bastante vergüenza, porque obviamente no es lo que transmitimos ni queremos.

Entonces, lo que hicimos en la última reforma curricular fue introducir un curso obligatorio que es ética para ingenieros comerciales. Los cursos son dictados con dos profesores, un profesor del Instituto de Ética Aplicada de la universidad, y nosotros sumamos otro profesor, que es el que pone los ejemplos de la disciplina o de la profesión. Y es obligatorio para todos nuestros estudiantes. Además, les pedimos a nuestros profesores que se hagan cargo de las discusiones éticas en los cursos, o sea, que no rehúyan esto.

Nosotros pensamos que la ética también está en el core de la toma de decisiones. Porque tampoco queríamos que al poner un curso los alumnos dijeran “ya pasé el curso, ya se acabó la ética”.

- Hoy día vemos instituciones, como por ejemplo el Banco Central, que tienen iniciativas para motivar a la participación de mujeres en economía y finanzas. ¿Ustedes cómo asumen ese desafío?

- Esta carrera siempre, desde que yo era alumno, ha tenido una altísima participación de mujeres como estudiantes. O sea, a nivel de estudiantes no es tema, porque uno está acostumbrado desde el principio. Es más, la otra vez la directora de Ingeniería Comercial sacó las notas y las mujeres son mejores alumnas, les va mejor a las mujeres que a los hombres. Y, sin embargo, después, a lo largo de la carrera, se van quedando. Entonces, a las posiciones importantes o de gerencia y de directorio llegan menos, por distintas razones. Pero aquí tenemos tanto mujeres como hombres y estamos muy acostumbrados a que sea así.

Lo que sí, hemos estado trabajando fuerte para tener más mujeres entre los académicos, que no es fácil. De partida hay menos mujeres con doctorados que hombres. Entonces, salimos a buscar ya repartimos eligiendo de un pool de candidatos en el mundo porque son concursos mundiales donde ya hay menos mujeres con doctorados en economía o en administración o en finanzas hay menos y, además, muchas universidades en el mundo tienen cuotas. Entonces, además se las pelean.

“El crecimiento es el tema en el que debiéramos estar poniendo todo el foco”

El economista estima que las cifras de Imacec de los dos primeros meses del año han sido muy buenas. “Hay que celebrarlo”, dice.

- Desde la academia, ¿qué tema económico le preocupa en particular?
- Para mí hay un tema central, que es el crecimiento económico. Llevamos 10 años estancados en PIB per cápita. Y el problema es que vamos a seguir así. Los datos del Fondo Monetario Internacional muestran que este año vamos a crecer 2%, mientras que el mundo lo hará en 3,2%. Entonces, seguimos alejándonos del desarrollo y este es un problema grave, porque es muy difícil que podamos atender todas las demandas sociales -que son muy válidas- de mejor educación y mejor salud sin crecimiento. La mejor política social es el crecimiento.
- ¿Dónde cree que nos perdimos?
- El tema institucional, que es muy importante, ha sido muy complejo. Y en esto incluyo al sistema político. Hoy tenemos un sistema político que no ayuda en nada a lo que debiéramos hacer (…) Hoy es casi imposible llegar a acuerdos en cualquier cosa y eso nos está penando mucho.
El crecimiento económico es el tema en el que debiéramos estar poniendo todo el foco. Ha habido un cambio en el discurso del Gobierno en ese sentido, hoy hay mayor preocupación, al principio no había ninguna, pero esto viene desde mucho antes. La productividad en el país que no solo ha estado estancada, sino que ha estado cayendo y, además, la inversión bajó en 2023 y este año -según el Banco Central- retrocederá otro 2%.
Esto es muy grave, porque para crecer necesitamos invertir. Y para invertir necesitamos confianza en las instituciones y esa confianza sufrió un quiebre muy grande con octubre del 2019, que marcó un hito muy importante en términos de que muchos inversionistas -chilenos y extranjeros- se dieron cuenta de que en realidad este país no era la joya de la corona, que las instituciones podían sufrir quiebres.
- El crecimiento pareciera ser hoy un tema de nuevo importante para el Gobierno, pero mientras el ministro Marcel ha tratado de destacar las cifras de esta primera parte del año, el Presidente ha polemizado con los empresarios. ¿Eso también daña las expectativas de un mayor crecimiento?
- Ciertamente, no ayuda, además es inconducente. Las cifras de Imacec de los dos primeros meses del año han sido muy buenas. Hay gente que ha dicho que no es para tanto, pero creo que hay que celebrarlo. Entiendo que el ministro Marcel esté frustrado, un 4,5% en febrero es bueno. Pero el tema es seguir avanzando, todavía falta este impulso para volver a retomar la inversión. Sin inversión, no hay crecimiento; y ahí falta muchísimo por distintas razones: por el tema de confianza, por el recurrente tema de los permisos, donde el Gobierno ha dado pasos en la dirección correcta, pero todavía estamos lejos de lo que se necesita. También hay que recuperar la confianza en las instituciones, que juegan un rol fundamental y vuelvo al octubre del 2019, que marcó un quiebre y eso nos va a costar tiempo recuperarnos.

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