Tras fuerte alza de tasas, bancos centrales de América Latina no muestran señales de marcha atrás
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los bancos es la reducción de la inflación subyacente, un indicador clave para los responsables monetarios que excluye algunos precios volátiles de los alimentos y la energía y que ha tardado más de lo esperado en desacelerarse en América Latina y en otros lugares.
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Los bancos centrales latinoamericanos han frustrado las esperanzas de reducir las elevadísimas tasas de interés de referencia, en medio de una inflación persistentemente alta, previsiones de un mayor endurecimiento monetario por parte de la Reserva Federal y riesgos políticos en algunos casos.
Los bancos centrales de la región han estado a menudo a la vanguardia de la batalla mundial para sofocar la inflación, con alzas de tasas que en algunos países han superado los 1.000 puntos básicos.
El Banco Central de Brasil, la mayor economía de la región, mantuvo su tasa de interés referencial Selic en el 13,75% el mes pasado, pero dijo que estaba considerando la posibilidad de mantener el tipo más alto en seis años durante más tiempo de lo que esperaban los mercados debido a los riesgos fiscales bajo el nuevo presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El año pasado, la encuesta semanal del Banco Central brasileño entre economistas privados preveía recortes en junio de 2023, pero un sondeo reciente retrasó la previsión hasta noviembre.
Las políticas del banco se han enfrentado a críticas cada vez más virulentas por parte de Lula, que ha dicho que arriesgan desencadenar una contracción del crédito y perjudicar el crecimiento económico.
En la vecina Argentina, el banco central puso freno en octubre a un ciclo de alzas de tasas de 10 meses, dejando sin cambios desde entonces su tipo de referencia del 75%, una cifra impresionante, ante los indicios de que la inflación anual del país, de casi el 100%, se estaba enfriando.
Pero las esperanzas de un posible recorte en las tasas en Argentina se han disipado a medida que los precios se calientan de nuevo, dijeron recientemente fuentes a Reuters, añadiendo que no "parecía apropiado hacer cambios monetarios" en un futuro próximo.
En Chile, el Banco Central mantuvo su tasa de interés en enero y subrayó esta semana que no tenía prisa por revertir el proceso, ya que la inflación se mantenía por encima de su objetivo.
El sondeo realizado por el Banco Central entre operadores prevé ahora que los recortes no llegarán hasta mayo, lo que probablemente convierta a Chile en el primer país en avanzar en esa dirección.
Largo mantenimiento
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los bancos es la reducción de la inflación subyacente, un indicador clave para los responsables monetarios que excluye algunos precios volátiles de los alimentos y la energía y que ha tardado más de lo esperado en desacelerarse en América Latina y en otros lugares.
"Hemos visto que la inflación de los bienes ha alcanzado su punto máximo en la mayoría de los países, pero la inflación de los servicios está resultando mucho más obstinada", dijo Kimberly Sperrfechter, analista de Capital Economics, explicando que también se prevé que las tasas se mantengan "bastante altas" a lo largo de 2024.
"Los bancos centrales de la región han hecho algunos comentarios restrictivos, oponiéndose a la idea de recortar las tasas", añadió.
Entre ellos se encuentra el subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath, quien dijo a Reuters que las tasas se mantendrían estables durante un período prolongado una vez que finalice el actual ciclo de alzas del organismo.
Alejandro Saldaña Brito, economista jefe del Banco Ve Por Más, también advirtió que la inflación aún no está totalmente bajo control y pronosticó que la mayoría de los países no recortarán las tasas hasta fines de 2023.
"Los primeros datos a nivel mundial para 2023 no han sido tan favorables como se esperaba. Eso da a los bancos centrales el mensaje de que aún no es el momento de pensar en una política monetaria más relajada", dijo. "Si quieren evitar una espiral inflacionario, tienen que mantener una política monetaria restrictiva durante un periodo prolongado".
Esa visión se combina con las expectativas de que la Fed necesitará aumentar las tasas de interés y mantenerlas más altas de lo proyectado inicialmente, mientras que también se espera que el Banco Central Europeo decida más alzas.
Las tasas estadounidenses sirven de referencia para los costos de endeudamiento en todo el mundo, y los mercados emergentes también corren el riesgo de sufrir salidas de capital a medida que la Fed suba sus tipos.
En Colombia, la inflación podría haberse acelerado de nuevo en febrero, impulsada por la educación, los alquileres y el transporte. Esto probablemente empujará al Banco Central a subir de nuevo su tasa de interés de referencia, actualmente en el 12,75%, dijo Camilo Pérez, economista jefe del Banco de Bogotá.
"Por ahora seguimos esperando un aumento de 50 puntos básicos en la reunión de marzo", afirmó Pérez, añadiendo que probablemente sería la última alza antes de un período de espera.
Los disturbios políticos en Perú también pueden haber retrasado los recortes, ya que el banco central del país ha advertido de que las protestas han perturbado la cadena de suministro y han afectado a los precios al consumidor.
Aunque el Banco Central de Reserva de Perú mantuvo inesperadamente su principal tasa de interés en el 7,75% el mes pasado, advirtió que la "pausa no significa necesariamente el final del ciclo de alzas de tasas"