Datos no opiniones

¿Qué podemos esperar para el futuro del cobre?

Imaginarnos que por los próximos años  el precio se mantenga sobre US$ 4 la libra (en términos reales) no es desaventurado sino que un optimismo cauteloso.

Por: Daniela Desormeaux | Publicado: Sábado 6 de abril de 2024 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-
Daniela Desormeaux, conomista, directora de Estudios Vantaz Group.
Daniela Desormeaux, conomista, directora de Estudios Vantaz Group.

Compartir

El desarrollo de la industria del cobre ha marcado gran parte del pasado de Chile, pero también es muy importante para nuestro futuro. Por eso, preguntarnos cada tanto tiempo por las perspectivas de este mineral es imperioso.

Actualmente, podemos identificar ciertos factores tanto de oferta como de demanda que nos entregan herramientas de análisis para entender los fundamentos de mercado y las proyecciones del mismo.

Desde la perspectiva de demanda, los consumos tradicionales de cobre en las diferentes aplicaciones tienden a tener tasas de crecimiento (o decrecimiento) de acuerdo con la evolución de la economía mundial, en particular de la economía china. La última proyección del Fondo Monetario Internacional apunta a que el mundo crecería un 3,1% durante este año (versus un 3,5% el año pasado).

Este menor crecimiento se explica principalmente por menores tasas de expansión de las economías de Estados Unidos y China, en particular esta última crecería un 0,6% menos que en 2023.

La desaceleración de la economía china obedece a distintos factores macroeconómicos transitorios, pero también factores más permanentes, que tienen que ver con el cambio del modelo de una economía basada en sectores productivos a sectores basados en servicios. Esto impacta de manera más directa a commodities como el hierro, cuyo fundamento principal (el acero) es altamente vulnerable a los ciclos de la economía.

Pero, afortunadamente, el caso del cobre es diferente. Su rol en la transición energética hace que los fundamentos sean más potentes, situación que incluso podría asimilarse a lo que fue el súper ciclo de los commodities en los 2000.

Por ello, imaginarnos que por los próximos años  el precio se mantenga sobre US$ 4 la libra (en términos reales) no es desaventurado sino que un optimismo cauteloso.

La electromovilidad es clave para alcanzar una economía “cero carbón”, y los avances en los últimos años han sido significativos. Y para el cobre el impacto es importante: un auto eléctrico puede tener entre 3,5 y 4,5 veces más cobre que un auto a combustión interna. En 2021 se vendieron 6,7 millones de autos eléctricos a nivel mundial, cifra que casi se duplicó el año pasado, alcanzando con ello una tasa de 13% de participación en el mercado mundial. Para 2040 se estima que las ventas representarían un 40% de participación de mercado.

Otro factor crítico para el avance de la electromovilidad en el mundo tiene que ver con la tecnología de baterías. La batería es el “corazón” de un auto eléctrico, y cerca del 50% del cobre que se utiliza en este tipo de autos está contenido en ésta.

El uso del cobre en la generación de energías renovables no convencionales también representa una oportunidad con gran potencial. Se estima que 1 giga de generación con energías renovables (fotovoltaica por ejemplo) requiere de cinco veces más cobre que el mismo giga generado con combustibles fósiles.

Desde el punto de vista de la oferta, hemos visto cómo los aumentos en capacidad productiva en Chile se han rezagado y no son muchos los proyectos que están en carpeta, en particular aquellos proyectos que parten de cero, llamados también “greenfield”. Pero, África está creciendo debido al desarrollo de yacimientos más nuevos y con leyes elevadas.

La industria se ve enfrentada a numerosos desafíos, que tienen que ver con la reducción de la propia huella de carbono, la circularidad de sus procesos, el uso de agua, los desafíos asociados a la baja en productividad y el consecuente aumento de costos, y todos los temas relacionados con el aporte a los territorios y comunidades.

Con todo, podemos esperar para el mercado del cobre un futuro favorable, no exento de desafíos y dificultades, pero con fundamentos potentes en demanda y con un rol clave de la industria en una nueva economía de bajas emisiones y con un fuerte sentido de responsabilidad social.  En definitiva, pese a la desaceleración de China, el futuro del cobre tiene buen pronóstico.

Lo más leído