Cartas al Director

Señor Director:


El proyecto que prohibe el aporte fiscal a colegios con fines de “lucro” por ese solo hecho, es de una ceguera casi demencial y establece un precedente fatal.

En primer lugar, al impedir seguir ampliando la base de colegios privados con financiamiento compartido, que son muy superiores a los fiscales por sus resultados, paraliza la principal esperanza de mejoramiento de la educación y encierra a los niños en el fatal círculo de los colegios fiscales con profesores inamovibles, no- evaluables, respaldados por el Colegios de Profesores y el Partido Comunista.

Es evidente que sin aporte de talentos y capitales nuevos a la educación, ésta seguirá estancada como todas las cosas en que el Estado se atribuye el monopolio y que sin la posibilidad de incentivos económicos esos aportes no existirán. No puede ser más efectiva la manera la manera de ahuyentar cualquier avance, mostrándose allí la mano de sus autores.

De las variadas excusas con que algunos justifican su apoyo a este pésimo proyecto, ninguna más absurda que “no se puede lucrar con fondos públicos”... paremos entonces la construcción de casas con subsidio, de caminos públicos, de aportes de salud, bonificaciones forestales etc..y que el Estado lo haga todo para no perturbar tan genial descubrimiento de última hora. Llama la atención la pasividad con que las organizaciones empresariales permiten denigrar el concepto de “lucro”. ¿Acaso creen que el punto sólo afecta a la educación? Hace 40 años cuando la moda fue contra el campo su reacción inicial fue la misma: no nos afecta, somos eficientes. Dos años después aprendieron la lección.



Juan Ariztía Matte




Señor Director:


No sé qué se saca con recibir a los estudiantes y articuladores de todo este movimiento en La Moneda. Está claro que la idea no es una educación de calidad, ni tampoco una educación gratis porque, para lograr lo primero se debería partir por el tema tabú de la evaluación de los profesores y la gratuidad. Cualquier persona con dos dedos de frente, entiende que es imposible. El tema es desestabilizar, lo que van a lograr si no existen principios claros e ideas firmes.



Patricia Rogers S.





Señor Director: 


En referencia a la nota publicada el miércoles “Fedetur: HidroAysén no afectará turismo” es necesario hacer la siguiente aclaración. Dentro del debate suscitado en el Congreso de la Asociación Chilena de Empresas de Turismo, señalé que Fedetur ha expresado en diversas instancias su preocupación por el impacto ambiental que pueda tener la construcción de la red de transmisión que será necesaria para distribuir la energía desde Aysén al resto del país, instalación que requerirá un cableado de más de 2 mil kilómetros, con sus respectivas torres.

Por lo mismo, nuestra Federación solicitó a HidroAysén que, previo a su presentación a la autoridad competente, se consulte al empresariado turístico el trazado propuesto a fin de evitar amenazas al desarrollo turístico.

En paralelo, hemos planteado al gobierno la necesidad de contar con un plan de ordenamiento territorial para todo Chile, que proteja la actividad turística a largo plazo, frente a éste y otros proyectos energéticos, mineros o industriales. Es importante señalar que la mayoría de los empresarios miembros de Fedetur considera que las represas propiamente tales del proyecto HidroAysén no constituirían un riesgo para la actividad turística, habiendo no obstante algunos socios que opinaron en contrario.



Eugenio Yunis, 


Vicepresidente Ejecutivo FEDETUR




Señor Director:


En la notable columna de Jeffrey Sachs y la opinión de Pablo Beytía, se ha sugerido que el vínculo entre riqueza y felicidad es casi inexistente para países con PIB per cápita superior a los US$ 10 mil. Los grandes sabios (que no son economistas) suelen explicar que la felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.



Ariel Meller


Académico U. San Sebastián