Cartas al Director

Señor Director:


El slogan que el candidato Longueira usa al iniciar su campaña presidencial es desde ya una errada concesión a la izquierda: “Por un Chile más justo”. Esto es reconocer que Chile actualmente es “injusto” y que la culpa la tendría, aunque no se diga, el sistema económico imperante en los últimos 40 años, que de paso ha levantado el nivel de vida de su población como nunca antes.
El que exista “desigualdad”, inevitable en países en desarrollo, no significa que esto sea “injusto” como no lo puede ser algo inevitable; nadie llama “injusto” a un terremoto ni a un tsunami.
La desigualdad económca puede clasificarse como de dos tipos, una corregible con mayor eficiencia en la educación y con más y mejores fuentes de trabajo todo lo cual toma tiempo y otra que no es corregible y que corresponde a las diferencias inatas entre las personas.
Contribuir a corregir la primera fuente de desigualdad no es un tema de justicia sino de eficiencia y confundir ambas cosas es hacerle el juego a la izquierda. Pretender nivelar por la vía estatal el segundo tipo de desigualdad es derechamente injusto.

Juan Ariztía Matte



Señor Director:


Tras la negativa de Camilo Escalona de someterse a un proceso de primarias al margen de la ley para dirimir su cupo senatorial, el Partido Socialista -brazo político de la candidatura de Michelle Bachelet- debe responder ante la ciudadanía algo que a estas alturas resulta ineludible. ¿Existe real voluntad de democratizar los espacios para permitir que nuevos rostros tengan el derecho a competir? Al parecer, la respuesta sería negativa.

Fernando Ávalos P.


Señor Director:


El partido de la candidata Bachelet debe aclarar rápidamente las denuncias hechas el fin de semana por Camilo Escalona. Si un senador en ejercicio que lleva más de 30 años en política se siente amenazado de ser víctima de prácticas fraudulentas en su propio partido, qué queda para el resto de los socialistas que postulan a un cargo.

Augusto González M.


Señor Director:


Y salió humo blanco. Desde la izquierda decidieron que los Camilos y las Camilas llegaran blindados a la papeleta de noviembre.

Mauricio Gil S.


Señor Director:


En nuestro país el mercado del lujo inmobiliario ha tenido un crecimiento constante, con ventas promedio estos últimos años por sobre las 100 unidades anuales, y con valores que fluctúan entre las UF 18.000 y las UF 30.000, con un crecimiento anual cercano al 20%. Llegó la hora de asumir el desafío de expandir este mercado, cuyos proyectos hoy tienen que ver no sólo con el nivel de las terminaciones y el equipamiento, sino también con el carácter de exclusividad del producto. Son departamentos o casas perfectamente integradas arquitectónicamente, respetando el cuidado del entorno, los espacios públicos y privados. Incluso favorecen el concepto de flexibilidad para el cliente de poder hacer cambios a lo que está definido previamente.
Las nuevas tendencias apuntan a incorporar la seguridad como un elemento indispensable, integrando la automatización de las viviendas, a través de domótica básica y fácil de operar, que permita la sofisticación y flexibilidad posterior del cliente sin mayores intervenciones; y, por último, existe un fuerte enfoque hacia la eficiencia energética, manteniendo siempre las mejores especificaciones y materiales del mercado.
El mercado inmobiliario del lujo llegó para quedarse. El desafío para las inmobiliarias es satisfacer la necesidades del público que busca el lujo como una herramienta sofisticada para facilitar cada vez más su confort, y que permita la flexibilidad según sus necesidades, lejos de querer adquirir viviendas monumentales lujosas pero llenas de problemas por resolver.

Francisco Klein, Gerente de Proyectos Inmobiliaria Manquehue.