Cartas al Director


Señor Director:


Un lector contestó el miércoles mi columna sobre la libertad señalando que el capitalismo “impone” igual que el socialismo. Esto no es efectivo. El mercado libre no impone nada pues su fundamento no es la coerción estatal como en el socialismo, sino los arreglos voluntarios de las personas.

El que haya personas que viven con poco dinero no es resultado del mercado, sino de una simple realidad: la pobreza es la situación natural de los seres humanos. La riqueza es la excepcional, pues esta debe ser creada por nuestro esfuerzo e ingenio.

En ese contexto, el lector debiera saber que en los países como mayor libertad económica el ingreso de los más pobres es en promedio diez veces superior al de los más pobres en los países con menor libertad económica. De igual modo el PIB per cápita es cerca de diez veces superior. ( Ver: Fraser Economic Freedom of the World Report, 2010). Así las cosas, el libre mercado no solo es moralmente superior, sino que además es el sistema que más enriquece a la población.



AXEL KAISER




Señor Director:


Después de aterrizar en el aeropuerto de Santiago hace algunos días, y ver la calle -en la zona de desembarco y salida de pasajeros- tapizada de letreros que no permiten estacionar, ni siquiera tampoco detenerse un instante para recoger a alguien, yo me pregunto si esas pistas son, acaso, sólo un circuito de carrera.

¿Dónde, se supone, debe subirse al auto la persona que se pretende ir a buscar? ¿Pasarán ahora los aviones a dejar a sus pasajeros a sus casas?


Ignacio Garay P.,


ABOGADO




Señor Director:


Hace algunos días vimos a la parlamentaria D.C. Ximena Rincón lanzando una propuesta para crear oficinas para las emergencias en las Municipalidades. Para qué, me pregunto yo, ya que eso existe. Si pretende sustituir a la Onemi, esto se prestaría para confusión y se malgastarían fondos. Es mejor que haya un solo ente que uniforme criterios y no estar discutiendo con el alcalde de turno. Ya cada región tiene una cabeza Onemi. Solo hay que profesionalizar a estos funcionarios y que ella ayude cuando haya que aprobar los fondos necesarios.



LUIS BRITO





Señor Director:


Me dirijo a usted para compartir una opinión acerca del mall en frente de la iglesia San Francisco en Castro, Chiloé.

Ayer cuando estaba viendo las noticias de Chile, quedé impresionado con una foto que mostraba un gran mall inserto en el casco histórico de la ciudad de Castro, justo al frente de la Iglesia San Francisco. Pensé que era una imagen Photoshopeada, trucada o una broma de mal gusto, pero pocos segundos después leyendo acerca del tema me percaté que la imagen era real y el edificio, aberrante desde cualquier punto de vista, estaba ahí, inserto en el casco histórico de la tercera ciudad más antigua de Chile.

Primero, cómo podemos pensar este tipo de iniciativas; segundo, cómo podemos aprobarlas y; tercero, qué facilidad tenemos para romper y destruir nuestro patrimonio. Ejemplos hay muchos en Chile.

Se piensa que el mall es símbolo de desarrollo, pero que equivocados estamos. He tenido la suerte de vivir en Montreal por dos años y ver como el patrimonio se cuida, se restaura y se respeta. Es un bien común muy valorado, que promueve el desarrollo sustentable de la ciudad, con políticas claras y leyes que apuntan a un bien común, sobre un beneficio de pocos, caso opuesto a lo que sucede en Castro o en Santiago, con el proyecto Costanera Center. El mall perfectamente se podría haber construido fuera del casco histórico, donde la altura permitida es de cuatro pisos de altura y no romper con el skyline. Si quieren construir un mall, perfecto, háganlo, pero lejos de lo que verdad importa, que es el valor histórico, cultural, y patrimonial de Castro.



Sergio de la Cuadra V.,


ARQUITECTO