Cartas al Director

Señor Director:


Sin bien se ha avanzado en la protección de los animales, no deja de llamar la atención el grado de desconocimiento de gran parte de la personas y más aún de los operadores del sistema procesal penal. Hace pocas semanas pude ver en televisión las declaraciones de un oficial de Carabineros que frente a un disparo a un perro callejero por parte de un sujeto no identificado sostuvo que se trataba de un delito de daños, único ilícito por el cual se podía castigar. De esta infundada e inexplicable declaración solo cabe concluir que el desconocimiento es total, por lo que creo necesario precisar y aclarar algunos puntos respecto de este delito.

Basta que el autor realice actos u omisiones que conlleven maltrato o crueldad, sin que se exija que se produzca o no la muerte del animal, donde el bien jurídico protegido es el resguardo de valores éticos de la sociedad. Se tipificó como delito todos los actos de maltrato o crueldad en contra de los animales, es decir, se les dotó de un estatuto privilegiado respecto de las demás cosas muebles por su cercanía con la vida familiar de las personas. Es decir, se les elevó a una categoría especial, pues se les reconoció su condición de ser aptos de protección jurídica única por sobre las demás cosas muebles, independiente de si los animales tienen o no propietarios. Este delito consiste no solo en realizar actos de crueldad, sino que además no realizar la actividad ordenada, es decir, omisión de acciones destinadas a proteger al animal, como no alimentarlo, no darle cobijo del frio, no llevarlo al veterinario cuando esté enfermo, obligaciones que pesan sobre el dueño. Es más, el dueño que lo abandona en la calle también comete delito, pues en su posición de garante debe velar por la salud física y psíquica del animal.

A lo anterior se suma que además se hacen necesarias políticas públicas para evitar la proliferación de animales callejeros, en concreto campañas de tenencia responsable y esterilización. Es dable evitar situaciones como la ocurrida el Quilpué en la que resultó una persona contagiada de rabia creyéndose en un principio que se trababa de una mordida de perro, el cual incluso fue capturado y mostrado en televisión, a lo que le siguió la matanza indiscriminada llevada a cabo por las autoridades y vecinos, descubriéndose en definitiva que se trató de la mordida de un murciélago contagiado y no de un perro.




Matías Parra


Abogado estudio Montt y Montt Asociados




Señor Director:


El actual Ministerio de Defensa debería convertirse en Ministerio de Defensa y Emergencia, y la Onemi pasar a ser una subsecretaría en esa estructura. Así aprovechamos la Red Civil y a las FF.AA. en nuestras habituales emergencias y catástrofes naturales.




Fernando León del Pedregal


Ingeniero Civil Industrial




Señor Director:


Sería deseable que la presidenta Bachelet, los ministros de Estado y los diputados y senadores, de hecho todos los que más apasionadamente promueven las reformas tributarias y educacionales para equilibrar las desigualdades socio/económicas de los chilenos, prediquen las presumidas virtudes de estas reformas no sólo con adornados discursos y ambiguos proyectos de ley, sino también con evidentes ejemplos de sus vidas. Eso seria una prueba visual al país de que el mensaje que ellos predican puede realmente equilibrar las desigualdades de los chilenos.

¿Cómo se justifica que los que más desenfrenadamente increpan las desigualdades existentes en Chile ( y de que las hay, las hay, es cierto) gocen de ingresos mensuales brutos de 
$ 8.200.000 mientras el ingreso medio mensual del total de los trabajadores en Chile no supera $ 550.000?
¿Cómo justifican estos predicadores del fin al lucro en la educación si ellos mismos envían a sus hijos a colegios y universidades que lucran?



HUGO ZAMORANO