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Columnistas

A los británicos les irá mejor en esta pelea franco-inglesa

“Actualmente uno prefiere ser francés que británico a nivel económico”...

Por: Equipo DF

Publicado: Martes 20 de diciembre de 2011 a las 05:00 hrs.

“Actualmente uno prefiere ser francés que británico a nivel económico”. - François Baroin, ministro de Economía de Francia

“Debieran rebajar al Reino Unido, que tiene más déficit, la misma deuda, más inflación, menos crecimiento que nosotros y donde el crédito se está desplomando”. - Christian Noyer, presidente del Banco de Francia




Las declaraciones obviamente estuvieron coordinadas. Lo que me intriga es su desesperación. Los franceses ya no entienden el mundo. Creen que lo están haciendo mejor que los británicos. El sector privado francés está mejor, el país comprometido con la austeridad fiscal. ¿Así que por qué las calificadoras deberían rebajar a Francia y no al Reino Unido? No es justo. ¿O sí?


Hay una brecha obvia entre los relatos económicos. Los líderes de la eurozona creen que resolvieron la crisis mediante el compacto fiscal en la última cumbre europea. No habrá unión fiscal, ni eurobonos, ni rescate del BCE. El ajuste será a través de la austeridad. Permitir un máximo de déficit de 0,5% del PIB a largo plazo eliminará la mayor parte de la deuda pública. La UE quiere pagar todas sus deudas.

El Reino Unido también tiene un programa de austeridad fiscal pro cíclica bastante extremo. Pero hay dos diferencias: un tipo de cambio flexible y un banco central propio, con una política monetaria mucho más agresiva que el BCE.

La política de empobrecer al vecino tiene una larga tradición en Europa. Puede funcionar cuando sólo hay uno que la ejerce, o cuando el peso de los países que no lo hacen excede a aquellos que sí. En ese caso el ajuste ocurre con una mejora en la cuenta corriente. Dado el tamaño de la eurozona y las políticas en el resto del mundo, la posibilidad de un aumento de cuenta corriente de la eurozona es pequeño. La incapacidad para entender el efecto de una austeridad coordinada es la principal razón por la cual la UE evaluó mal la dinámica del ajuste en Grecia. Ahora cometen el mismo error a escala mucho mayor.

Calculo que Italia necesita un superávit público primario de casi 5% del PIB sólo para mantener el stock actual de deuda, con un crecimiento nominal de 2%, algo realista dada la necesidad de Italia de mejorar su competitividad. Con una tasa de interés de largo plazo de 6%, menor a la actual, disminuir el ratio deuda-PIB a 60% en 20 años necesitaría 1,5 puntos porcentuales adicionales en el saldo primario. Para que Italia logre sustentabilidad de deuda, necesita un saldo primario de más de 6%. Cualquier revés en la tasa de crecimiento requeriría una compensación mediante un saldo primario aún mayor.

El ajuste de Francia es menor. Tiene un mayor crecimiento nominal, una relación deuda-PIB inferior y tasas de interés menores a largo plazo.

En vista de una reducción fiscal general y un ambiente global débil, estas políticas agravarán casi con seguridad el declive. Italia enfrenta una grave recesión el año próximo y no veo ninguna razón por la cual deba terminar luego de un año, cuando la recesión griega ya lleva cuatro sin perspectivas de terminar. En un periodo de varios años de crecimiento nominal cero, el esfuerzo fiscal para cumplir las metas crece proporcionalmente.

Los paralelos con la Gran Depresión son obvios: el euro funciona como un patrón oro moderno; las políticas fiscales son procíclicas; el ajuste se atrasa mediante una dinámica deflacionaria del tipo Irving Fisher. ¿Sobrevivirá el euro a una depresión? Difícil decirlo. Si lo hace, bajo políticas sin cambios, no mediremos los costos del ajuste en euros sino en número de víctimas.

La verdadera diferencia entre Francia y el Reino Unido es que el segundo no está atrapado y es un país soberano. Esa es la sencilla razón por la cual la eurozona necesita eurobonos y un prestamista de última instancia. Así los errores políticos serán menos catastróficos.

Por eso Baroin está equivocado. Si uno pudiera eligir, no querría ser francés, alemán o italiano. Por eso una rebaja para Francia y el resto de la eurozona es lógica y merecida.

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