Un piso de protección social
En Chile no se dio a conocer, pero la Declaración de la última reunión del G20 en Cannes (es decir los líderes el 85% del PIB del mundo) tiene un cuarto párrafo muy significativo...
En Chile no se dio a conocer, pero la Declaración de la última reunión del G20 en Cannes (es decir los líderes el 85% del PIB del mundo) tiene un cuarto párrafo muy significativo. No sólo reconoce un aporte conceptual de un organismo de la ONU, sino que lo hace con nombre y apellido, algo totalmente inusual en tales documentos. Dicen:
“Reconocemos la importancia de invertir en los pisos de protección social en cada uno de nuestros países, determinados a nivel nacional en áreas tales como el acceso a la atención médica, seguridad de ingresos para las personas mayores y personas con discapacidad, prestaciones por hijos y la seguridad de ingresos para los desempleados y asistencia para los trabajadores pobres. Se fomentará la capacidad de recuperación del crecimiento, la justicia y la cohesión social. En este sentido, acogemos el Informe del Grupo Asesor sobre un Piso de Protección Social, presidido por la Sra. Michelle Bachelet”.
Es decir, es una declaración detrás de la cual están Obama, Sarkozy, Hu Jintao, Angela Merkel, por nombrar algunos de los líderes reunidos en Cannes el 3 y 4 de noviembre. Más allá de chauvinismos o de adhesiones políticas, es un reconocimiento sobre el cual debiéramos detenernos a pensar.
Las convulsiones sociales, la falta de empleo, las trizaduras en la cohesión social, son cuestiones que están conmoviendo a Europa y otros países desarrollados. Pero son también temas sobre los cuales los países emergentes ponen sus ojos, especialmente cuando constatan que no es la referencia del ingreso per cápita lo que valida el desarrollo de un país, sino la distribución de la riqueza.
Cada país tomará los caminos que estime pertinentes y que sus consensos políticos impulsen, pero ninguno podrá dejar de asumir un piso social mínimo. China, actor poderoso de nuestro tiempo, sabe que entre sus grandes desafíos del futuro está el sistema de salud y el desarrollo de un adecuado sistemas de pensiones para su población cada vez con mayores cuotas de adultos mayores. Y es un ejemplo. Otros, como Brasil, tienen el desafío de dar trabajo a los jóvenes y seguir adelante con sus programas de eliminación de la pobreza. Y en su escala, Europa -¿o ya tenemos que hablar de dos Europas?- deberá entrar de lleno a nuevas políticas sociales en la realidad post crisis.
La conclusión es contundente: en el siglo XXI la protección social y el empleo son los verdaderos campos de batalla donde se jugará la paz de las naciones.
Cuando en noviembre de 2009 el G20 se reunió en Pittsburg, Estados Unidos, el director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Juan Somavía -incorporado desde esa fecha en estos debates-, señaló que frente a la crisis los denominados ‘estabilizadores automáticos’, incluyendo la asistencia social y los beneficios de seguridad social, eran tan importantes como los efectos de las medidas de estímulo. Los gobiernos que ya tenían sistemas de seguridad social pudieron enfrentar mucho mejor los peligros de la nueva situación. El impacto de la crisis en los hogares fue atenuado y la caída de la demanda agregada mitigada.
La decisión de trabajar por un Piso de Protección Social fue adoptada por los directores de Naciones Unidas en abril de 2009. Allí se decidió que la OIT, en conjunto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) liderara el tema. El Piso de Protección Social fue integrado posteriormente al Pacto Mundial para el Empleo, adoptado por la Conferencia Internacional del Trabajo en 2009. El Pacto ofrece un conjunto de medidas políticas concertadas a nivel internacional, con el fin de promover el empleo en el futuro crecimiento económico.
Detrás de todo esto, hay un tema de ideas. ¿Por dónde va el mundo tras esta crisis? ¿Cuáles son las propuestas que, junto a los emprendimientos y la innovación, deberá asumir un país, como Chile, para ir al futuro por el camino correcto?
Este lunes, en la sede de la OIT, el Informe será oficialmente presentado para toda América Latina. Será interesante constatar cuanto aire fresco traen sus páginas a nuestras perspectivas de futuro.