Ajuste en la estimación de crecimiento de China

Una luz amarilla se encendió en el mundo económico, luego que el gobierno de China anunciara una reducción en la meta del crecimiento desde 8% a 7,5% para este año.

La aprensión es lógica: una decisión de este tipo obviamente representa menos demanda de un actor que se ha ido transformando en protagonista principal de la actividad productiva internacional. Y, en el caso de Chile, en el principal comprador de cobre.

¿Pero qué pasará? Si bien los análisis se dividen, parecieran primar aquellos que ven en este cambio un ajuste que se condice razonablemente con la compleja coyuntura y que, en cualquier caso, no implica crecer menos. Aún más, se advierte que la meta anterior fue superada cómodamente en el pasado, incluso después de la crisis financiera del 2008-09. En 2011, en particular, el PIB de China se expandió 9,2%.

Otro argumento que podría terminar de contrarrestar los temores de algunos inversionistas, es la intención de las autoridades de ir hacia un desarrollo que definieron de mayor nivel y mejor calidad en un largo período de tiempo. Su objetivo es tener más espacio para resolver los problemas que impliquen ciertos desequilibrios, o leído de otra forma, que permitan eludir crisis.