Desarrollo de centrales termoeléctricas

La instalación de centrales termoeléctricas en el norte del país, entre las regiones de Atacama y Valparaíso, necesarias para abastecer de energía a los numerosos proyectos mineros que se realizan en esa zona, ha sufrido una serie de trabas que finalmente ha impedido su concreación.

Los proyectos han enfrentado protestas de organizaciones ciudadanas, comunidades locales, grupos ambientalistas, ONGs, incluso, el gobierno, que ha intervenido para relocalizar las centrales, tal como sucedió en 2011 con Barrancones.

El resultado de esta situación es que son más de US$ 5.000 millones que se hubieran invertido en proyectos que no verán la luz por las razones antes mencionadas, en un contexto en el que la demanda eléctrica es creciente y, por ende, las necesidades de generación, son de primera necesidad en todo el país.

Basta mencionar que se estima que el peak de demanda proyectada para el período 2014-2017 será de 1.200 MW.

Más allá de la justificación ambiental o de cualquier otro tipo de consideración que pudiera tener la postergación de estas inversiones, la señal de que no habrá soluciones de fondo y en el corto plazo para el problema de estrechez de generación en país en general y en el norte en específico, es negativa y abre muchas interrogantes.

Más aún considerando que las estimaciones de las empresas generadoras advierten que los plazos que se manejan son muy extensos: desde que se presenta el proyecto de central , su etapa judicial y finalmente la construcción de las instalaciones, pueden pasar más de cinco años antes de que comience a operar.