El conflicto de Aysén y las exigencias de la autoridad

El ministro de Energía, quien fuera encomendado por el gobierno para explorar vías de salida al conflicto que por semanas estremece a Aysén, ha fijado como condición para iniciar una negociación con los dirigentes sociales de la zona, que se depongan los bloqueos y ocupaciones ilegales de rutas, que están ocasionando enormes trastornos en la cadena de abastecimiento local. El secretario de Estado, con el aval de La Moneda, como quedó claro con las declaraciones que emitió en paralelo el ministro vocero, ha establecido que la única forma de desarrollar un diálogo fructífero es sin presiones y violencia, de modo que las partes a cada lado de la mesa de negociación sepan que no están en una posición de ventaja indebidamente conquistada.



Más allá de que en el pasado, en otros conflictos, estos hitos fijados por el gobierno han sufrido modificaciones y que en el terreno de las tácticas políticas exigencias de este tipo parecen elevar los niveles de fricción, es adecuado que la autoridad instale algunos mensajes. Pretender que la política se haga sin consideración de ciertos principios que rigen la convivencia ciudadana y que se mueva sólo en pos de obtener resultados a cualquier costo, sería insano en el largo plazo.