Editorial

Derrotar la inflación “pegajosa”

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El FMI ha advertido que la inflación global es más “pegajosa” de lo esperado, lo cual hace más complejo retornar al cauce normal. Eso es particularmente complejo en América latina, advierte el organismo multilateral, ya que la inflación promediará este año cerca de 13.3%, mientras que en Asia será de sólo 3.4%.

Esta inflación “pegajosa” o también denominada “sticky prices”, se refiere a la tendencia que tienen algunos precios a mantenerse constantes o ajustarse lentamente, a pesar de que el costo de producción sí ha tenido una baja considerable. En el caso de Chile, la inflación sin volátiles se mantiene en torno a 11% desde mediados de 2022, siendo 10,3% la variación observada en abril pasado. Al respecto, el Banco Central ha señalado que la evolución de dicho índice es crucial para determinar el corredor de la Tasa de Política Monetaria y que una baja prematura pondría en riesgo todo lo avanzado hasta el momento.

Mantener el curso y resistir las presiones para apresurar la baja de la TPM es el camino para dejar atrás este shock inflacionario.

Si bien en los productos básicos se han comenzado a observar considerables bajas de precios, en particular cereales y aceites, en el caso de bienes elaborados dicha moderación es mucho más modesta. Un ejemplo es el pan, que llegó a elevar su precio en 32,8% en agosto pasado y que en abril exhibió un incremento anualizado de 14,4%. Esta moderación no responde a caídas en el precio, sino a incrementos cada vez más moderados, a diferencia de lo que ha ocurrido con el precio de la harina durante los últimos meses.

La explicación para esta aparente discrepancia es que el producto elaborado no sólo es la suma de los insumos básicos, sino también debe incorporar el costo de la mano de obra, y a través de dicha variable se introduce, vía reajuste, la inflación general observada en los períodos anteriores.

Así, la observación del FMI y la advertencia del instituto emisor chileno se hacen cargo de esta inflación “pegajosa” que muestra una mayor dificultad para transitar al rango meta establecido, lo que debería ocurrir en el segundo trimestre del próximo año. De esta manera, mantener el curso y resistir las presiones para apresurar la baja de la TPM es el camino, para así dejar atrás este shock inflacionario que tanto perjuicio ha generado en la ciudadanía.

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