El economista jefe de Pacífico Research, Igal Magendzo, admite que la candidata del oficialismo, Jeannette Jara, tiene “bajas” probabilidades de ganar la elección presidencial del 14 de diciembre.
Y, por lo mismo, considera “natural” que el republicano José Antonio Kast -que corre con ventaja- “trate de prometer lo menos posible y ser lo más ambiguo posible para después tener todos los márgenes al momento de gobernar”.
- ¿Ve un compromiso real en las candidaturas por elevar el crecimiento económico del país?
No se ve nada concreto. El candidato Kast se inclina generalmente hacia favorecer el crecimiento versus otras prioridades, pero tampoco con tanta fuerza, sino que ha puesto énfasis en temas también más sociales, como la seguridad y no tanto en el crecimiento, y la candidata Jara tampoco. Si bien ha manifestado que es importante, las medidas de las que habla en general son medidas que apuntan más a redistribución y a mejorar los salarios.
“Quiroz tiene interrogantes, pero puede resultar ser el mejor ministro de Hacienda que hemos tenido nunca”.
- Entre las medidas que propone Kast para impulsar la economía está bajar el impuesto corporativo. ¿Por ahí va el camino?
- Si el país quiere crecer más, no puede hacerlo sobre la base de bajar un impuesto u otro, sino que eso tiene que ser parte de un programa más amplio. Se ve como una medida un poco aislada y que no estamos seguros tampoco de cuánto impacto pueda tener. Podría ser significativo si viniese en conjunto con otras medidas proinversión.
Y, lo otro, es que nada sustituye el hecho de que el país tiene que crecer, porque hay buenas oportunidades. Eso es lo que más genera crecimiento, más que pagar un poco menos de impuesto corporativo.
- ¿Y está el espacio fiscal para bajarlo al nivel OCDE de 23%?
- No, eso tiene que venir acompañado de recortes de gasto o de contención del gasto. Ahora, la comparación con la OCDE, de impuesto por impuesto, no es correcta. Hay que comparar la estructura tributaria completa.
Si vamos a llevar todo al promedio de la OCDE, vamos a terminar recaudando mucho más, no menos, porque van a subir los impuestos en general. Entonces, esa comparación impuesto por impuesto es un poco mañosa y no es conducente de tomar buenas decisiones en términos de políticas tributarias.
- ¿Qué le parece lo que han propuesto ambos candidatos hasta ahora sobre política fiscal?
- No es mucho. Una candidatura propone recortar impuestos y recortar gastos de maneras y magnitudes que realmente no quedan muy claras. Entonces, es como más bien una declaración de intenciones. Y la otra candidatura aún menos tiene un detalle de cómo va a continuar con la consolidación fiscal.
Habiendo dicho eso, no es tampoco una urgencia en Chile. Es algo que no hay necesidad desde un punto de vista de las cuentas fiscales, no hay necesidad de cortar gastos. Basta con que el gasto crezca menos en términos reales de lo que ha venido haciéndolo y, con eso, se puede consolidar que la deuda pública no siga aumentando.
Estos recortes de gasto no son necesarios. Incluso, no son deseables desde un punto de vista macroeconómico. Provocarle un ajuste a la economía de US$ 6.000 millones no se ve ni necesidad ni que sea el momento de hacer una cosa así. Eso uno lo va a hacer si es que la economía está muy pujante, muy sobrecalentada, la inflación está al alza.
Y eso sin entrar en el ámbito político de lo que implica hacer estos recortes, que tampoco es menor.
En este momento, la economía está muy en equilibrio, no necesita un ajuste fiscal.
- ¿Qué impacto se podría ver a nivel macroeconómico?
- Es 1,7% del PIB de ajuste en un año y medio. Es un frenazo a la economía. Si llegan a hacer ese ajuste, sin duda que eso va a hacer que la economía crezca menos, que haya menos inflación, el Banco Central va a bajar las tasas, todo eso va a ocurrir; pero no es el momento de hacerlo y no con esa velocidad.
Ese tirón lo podemos hacer, pero cuando estemos creciendo al 5%.
- En el caso de Jara, ¿falta un mayor compromiso fiscal?
- En las promesas que ha tenido, muchas apuntan a seguir incrementando el costo de la mano de obra laboral, y eso ya vimos que tiene un efecto en el empleo. O sea, no es algo ideológico que uno piense, es algo concreto que lo vimos, que tiene un efecto en empleo y en inflación. Y si tiene un efecto en inflación, también significa tasas de interés algo más altas y eso tiene un efecto en el endeudamiento de la gente, etc.
También hay harto de pensamiento mágico, en ambos, de pensar que como se hacen políticas buenas, todo va a andar bien, y el resto de la economía va a acompañar.
- De llegar Kast a La Moneda, Jorge Quiroz parece estar en la pole position para asumir en Hacienda…
- Quiroz como ministro de Hacienda es una gran incógnita, porque nunca ha tenido un puesto en términos de finanzas públicas, en términos políticos. Un ministro no es un técnico, es un político con conocimientos técnicos. No le conocemos carrera política a Quiroz, sus prioridades no las conocemos. Sabemos que es muy contrario a la regulación en general, lo cual una vez que uno está en un ministerio, me imagino, es como dicen ‘otra cosa es con guitarra’.
Otro nombre que ha sonado es José Luis Daza, un tipo que viene más desde el sector financiero.
En Chile, hay una tremenda oportunidad en el sector financiero. Esto que se ha hablado de exportar servicios financieros. Tenemos capacidad técnica, la infraestructura. Hemos demostrado una estabilidad económica y política que ningún otro país de Latinoamérica. Estamos en la misma zona horaria que Nueva York, que Miami. Tenemos todas las todas las ventajas y las capacidades para poder exportar servicios financieros de distinta índole. Falta un ministro de Hacienda y un regulador que se lo tome como un proyecto y ojalá eso ocurra en el próximo gobierno.
- En ese sentido, ¿Daza sería un nombre mejor?
- Sin conocer a las personas, sin haber trabajado con ellos, poder juzgar así no me parece responsable de mi parte. Sí me parece que Daza despeja un poco más de dudas. Por lo menos, el sector financiero lo conoce un poco más y ha ganado experiencia política ahora en Argentina. Quiroz tiene más interrogantes, pero puede resultar ser el mejor ministro de Hacienda que hemos tenido nunca. Yo no tengo cómo saberlo.