La Universidad de Harvard se negó a aceptar un acuerdo con la administración Trump dos semanas después de que el gobierno estadounidense amenazara con suspender el financiamiento para la tradicional casa de estudios, prometiendo que no renunciará a su independencia ni a sus derechos constitucionales.
"Ni Harvard ni ninguna otra universidad privada puede permitirse ser intervenida por el gobierno federal", escribieron los abogados de la universidad —Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan y King & Spalding— en una carta dirigida el lunes a agencias estadounidenses, incluido el Departamento de Educación.
Como resultado, en la tarde de este lunes el gobierno congeló US$ 2.200 millones en subvenciones plurianuales para Harvard, según el Grupo de Trabajo Conjunto para combatir el antisemitismo. El mes pasado, la administración Trump anunció que estaba examinando hasta US$ 9 mil millones en subvenciones y contratos federales como parte de sus esfuerzos para combatir el antisemitismo en los campus universitarios estadounidenses.
Nuevas condiciones
Previamente, el presidente de Harvard, Alan Garber, había declarado a través de una publicación en el sitio web de la universidad que la administración exigió nuevas condiciones el viernes que superaban las solicitudes previas a cambio de mantener la financiación federal. Estas incluían la reforma de su gobernanza, la eliminación de los programas de diversidad, equidad e inclusión, cambios en las admisiones y la contratación, y la limitación del "poder" de ciertos estudiantes, profesores y administradores debido a sus opiniones ideológicas.
La universidad más antigua y rica de Estados Unidos, con una dotación de US$ 53 mil millones, se convirtió en blanco de críticas del gobierno, que buscaba cambios en las mejores universidades del país, afectadas por las protestas estudiantiles propalestinas tras el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023 y la respuesta del Estado judío en represalia en Gaza.