Opiniones versus datos
HERNÁN CHEYRE V. Centro de Investigación Empresa y Sociedad (CIES) UDD
Es bastante conocido el dicho que señala que al momento de evaluar políticas públicas cada persona puede tener su propia opinión, pero no sus propios datos, en el sentido de que son las cifras las que a fin de cuentas configuran la realidad objetiva.
Bajo este prisma, no cabe duda de que el Imacec de octubre (2,2%) fue una noticia positiva, de manera que todo parece indicar que el año 2025 va a cerrar con un crecimiento del PIB en torno a 2,5%, en línea con la proyección del ministerio de Hacienda.
“El balance económico de cierre del Gobierno de Boric no es positivo. El crecimiento anual promedio habrá alcanzado un 1,95%, solo superando, en el período post 1990, a la segunda administración de Bachelet (1,8%)”.
Asimismo, en lo que se refiere a la formación bruta de capital fijo, las cifras de cuentas nacionales del tercer trimestre mostraron una expansión importante (10%), explicada en lo fundamental por compras y renovación de maquinarias y equipos, de manera que es también muy probable que la proyección de inversión contenida en el último IPoM se cumpla (5,5%), pero a partir de una base de comparación bastante baja.
Es efectivo que durante los últimos trimestres se viene manifestando un cambio, y en el ámbito de las opiniones uno podría atribuirlo a las crecientes expectativas de que en marzo de 2026 va a asumir un Gobierno de signo distinto al actual, cuyos ejes van a estar centrados precisamente en remover obstáculos y en mejorar las condiciones de entorno para reimpulsar la economía, lo cual está en línea con lo que indican las encuestas de expectativas económicas que son de conocimiento público, pero respecto de lo cual no puede haber una certeza.
Sin perjuicio de que el año esté terminando de mejor forma respecto de lo que eran las estimaciones iniciales, al momento de realizar un balance de cierre sobre el Gobierno del Presidente Boric en materia económica los resultados no son positivos. El crecimiento anual promedio del PIB habrá alcanzado un 1,95%, solo superando en el período post 1990 a la segunda administración de la Presidenta Bachelet (1,8%), pero por debajo de lo alcanzado en el segundo Gobierno de Sebastián Piñera (2,45%). En lo relativo al potencial de crecimiento, que da cuenta de las perspectivas de mediano plazo, lo que muestran las cifras del comité de expertos y del propio Banco Central es un estancamiento que no supera el 2%.
La creación de nuevos empleos, corolario de lo anterior, ha sido insuficiente para recuperar la tasa de ocupación que había antes de la pandemia, estimándose que faltan más de 200 mil nuevos puestos de trabajo por recuperar.
Y en lo referido a las cuentas fiscales, más allá de la opinión del ministro Grau destacando los esfuerzos que ha realizado el Gobierno en la materia, lo que muestran los datos es que por tercer año consecutivo se va a incumplir la meta comprometida, con un déficit que probablemente va a superar el 2% del PIB, acercándonos así cada vez más al límite prudencial de deuda pública (45% del PIB) que definió el propio Gobierno.
Por todo lo anterior, y más allá del discurso oficial, hay razones objetivas para afirmar que el desempeño económico del Gobierno que termina es definitivamente insatisfactorio, no habiendo logrado cambiar la mediocre trayectoria de crecimiento de la economía.
Instagram
Facebook
LinkedIn
YouTube
TikTok