La empresa Conymet Duratray acaba de alcanzar un récord en minería, un cuarto de siglo sin accidentes en operaciones de mantención de equipos críticos dentro de Escondida BHP. El resultado se explica por un modelo que “Conymet Duratray” ha desarrollado durante décadas, con énfasis de seguridad, estandarización de procesos y disciplina organizacional. “Trabajar 25 años sin accidentes en Escondida BHP muestra que podemos operar alineados con los estándares más altos del mundo. La seguridad no puede ser un eslogan, es una obligación” señala su fundador Manuel Medel.
La compañía, fundada en Antofagasta hace más de medio siglo, fue pionera en el desarrollo de tolvas livianas de alto desempeño para camiones mineros. Ese primer salto tecnológico derivó en la creación de “Duratray International” en Australia en 2001, donde Medel y su equipo lanzaron la Suspended Dump Body (SDB), una tolva con piso de goma suspendido que reduce el impacto, disminuye peso, aumenta capacidad de carga y mejora la eficiencia del combustible. Esa innovación le abrió las puertas a faenas de clase mundial y le permitió expandirse a más de 30 países, desde Canadá, Sudáfrica Rusia, Perú y recientemente Estados Unidos.

La trayectoria de Medel está marcada por un componente personal y empresarial poco común, comenzó desarrollando soluciones desde Antofagasta en los años '90, apostó por innovación propia en un mercado dominado por multinacionales y luego llevó esas ideas a Australia, donde perfeccionó el modelo que daría origen a la tolva SDB. Ese recorrido, desde una pequeña empresa regional hasta llegar a liderar equipos en mercados altamente competitivos, es parte del sello que hoy define a la compañía. La experiencia en Australia, donde Medel residió por varios años, marcó su visión estratégica sobre el rol que Chile podría adoptar en el futuro.
Son empresas distintas
“El desarrollo tecnológico fue lo que permitió que Australia pasara de ser un productor minero a convertirse en un gran exportador de soluciones para la industria. Esa transición es lo que Chile tiene pendiente”, señala. En esa línea, Medel insiste en diferenciar dos actividades que suelen agruparse bajo el mismo concepto: la minería extractiva y la industria de tecnologías mineras. Para él, tratarlas como un solo bloque limita la capacidad del país. “Son industrias distintas. Una se basa en recursos naturales, permisos, operación y productividad. La otra depende de innovación, investigación aplicada, financiamiento de riesgo y mercados internacionales”, explica.
- ¿Cómo se traduce este reconocimiento en la estrategia futura de Conymet Duratray?
- Este hito reafirma lo que hemos construido durante años, competir globalmente desde Antofagasta con tecnología desarrollada por nosotros. La experiencia en mercados como Australia nos demostró que la innovación no es un complemento, es el núcleo. Si queremos seguir presentes en las principales faenas del mundo, tenemos que mantener esa disciplina y esa capacidad de anticipación
- Usted plantea que Chile debe tratar la minería y la tecnología minera como industrias distintas. ¿Por qué?
- Porque tienen dinámicas económicas diferentes. La minería necesita regulaciones, certezas e infraestructura para extraer minerales. La industria tecnológica requiere universidades conectadas, capital humano especializado, capital de riesgo y una estrategia país. Si Chile quiere una minería infinita (que siga existiendo más allá de que los yacimientos se agoten) tiene que construir una segunda industria, la de tecnologías mineras exportables. El verdadero sueño sería que algún día exportemos más conocimiento que cobre.

El logro en materia de seguridad de Medel fue reconocido con un premio otorgado al ingenieropor la ministra de Minería, Aurora Williams.
Nuevo ciclo político
Además del logro de seguridad y de la expansión tecnológica, Medel observa con atención el nuevo ciclo político. A su juicio, el sector minero enfrentará los próximos años con un doble desafío: mantener su competitividad y, al mismo tiempo, sentar las bases de una economía basada en innovación. “Lo esencial es tener reglas claras, acuerdos amplios y una visión estratégica de largo plazo. Si el próximo gobierno entiende que minería y tecnología requieren políticas distintas, Chile puede dar un salto estructural”, afirma.
Para el ingeniero, la creciente demanda por soluciones más eficientes y de menor impacto en minería abren una oportunidad que Chile no debería dejar pasar. “Tenemos la capacidad para convertirnos en un centro global de tecnologías mineras. No es un discurso, es una posibilidad real si se articula bien”.