POR PATRICIO OJEDA GONZÁLEZ
El presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, fue uno de los primeros en recoger el guante que lanzó el presidente Sebastián Piñera el miércoles cuando, en tono enérgico, emplazó a las coaliciones políticas a tomar acuerdos para elaborar una estrategia clara en materia de cambios políticos. Pero en paralelo a esa disposición, llamó al mandatario “a no trasladar su responsabilidad a las coaliciones”.
En su particular estilo, Andrade valora la candidatura presidencial de Andrés Velasco pero se cuadra con Michelle Bachelet, analiza el “conservadurismo” de la UDI ante la firma del documento en que los liberales de RN se ponen a disposición de cambiar el binominal y analiza el gabinete, al que califica como lleno de presidenciables con agenda propia.
- ¿Cómo tomó el llamado del presidente Sebastián Piñera para formar acuerdos para las reformas políticas?
- Lo que no puede suceder es que el presidente traslade su responsabilidad a las coaliciones y los partidos. Lo que le estamos diciendo al presidente es que en la oposición está la vocación, la voluntad y la convicción de avanzar a una modificación sustantiva o a un cambio al sistema binominal y le hemos transmitido eso al presidente de todas las maneras posibles. Hemos agregado, además, la voluntad y convicción de otros actores que no son de la oposición, de senadores y diputados de RN, los independientes, es decir, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. Podemos configurar una mayoría que respalde una iniciativa de esa naturaleza y lo que le hemos dicho al presidente es que estamos en esa disposición, pero que tiene que ejercer su liderazgo, por algo lo eligieron presidente y tiene que hacerse cargo de ese mandato.
- Después de este llamado, ¿qué espera del presidente?
- Espero que primero asuma el dato de que hay una mayoría sustantiva que tiene la convicción de cambiar el sistema electoral vigente y sobre esa base nos convoque a un gran acuerdo en esa dirección. Nosotros estamos en la mejor disposición al acuerdo. Es claro que para modificar el sistema electoral se requiere una mayoría que la oposición por sí sola no tiene y, en consecuencia, necesitamos de parte del presidente una voluntad y una decisión inequívoca. Si él está en eso, nos vamos a encontrar con mucha facilidad.
- ¿Qué espera del proyecto?
- El presidente emplazó a los partidos y a las coaliciones para que expresaran una voluntad de llegar a un entendimiento y nosotros respondimos. Le decimos ‘aquí están los votos, aquí está la mayoría que usted necesita pero díganos qué va a hacer’. A su emplazamiento le hemos dado una respuesta satisfactoria, porque si nos emplazó creo que él quiere hacer este cambio.
Acuerdo con liberales de RN e independientes
- ¿Tras el acuerdo con liberales de RN y algunos independientes puede hablarse de una nueva mayoría en el Congreso?
- Trataría de no generar más expectativas que las razonables, tenemos un acuerdo en este ámbito. Por supuesto que nos encantaría seguir ampliando el nivel de entendimiento en otros temas, pero no tengo la respuesta al respecto. Estas cosas se construyen en la medida que son posibles, yo creo que son posibles, pero no generaría una expectativa exagerada. En el tema del lucro también logramos que algunos parlamentarios oficialistas votaran a favor del proyecto, en la Cámara de Diputados hemos tenido votaciones con los independientes y los PRI, y en más de alguna ocasión con algún voto de algún diputado de RN. Han sido más bien circunstancias, pero creo que sería exagerar la expectativa decir que se está configurando una nueva mayoría en forma liberal.
- ¿Los liberales de derecha abren más el naipe político?
- Lo que ha pasado en Chile no tiene que ver con esto, sino que en Chile la ciudadanía nos ha instalado la agenda. Aquí lo que estamos haciendo es responder a un clamor ciudadano, en muchos planos. En la última encuesta CERC un 60% de los chilenos está por cambiar el sistema electoral, y sólo un 20% por mantenerlo, o sea hay una abrumadora mayoría para hacer estos cambios. Creo que en muchas otras materias ha sido la ciudadanía la que ha puesto la agenda y a mi me parece bien, porque las coaliciones políticas y el gobierno tienen que tener una cierta correspondencia con los clamores ciudadanos. Creo que nadie se tiene que sentir amenazado con esto, la política no puede permanecer impertérrita ante esta situación.
- Pese a esta abrumadora mayoría a la que usted hace referencia, el senador UDI Jovino Novoa dijo que los legisladores de RN que se abrieron a debatir el binominal están casi fuera de la Alianza, ¿qué le parece eso?
- Son las típicas impresiones del conservadurismo, a la UDI este sistema le queda sumamente cómodo le ha permitido una bancada importante en la Cámara. En consecuencia, por razones estrictamente personales no va haber ninguna disposición, ni siquiera a discutir las cosas. El conservadurismo siempre será la razón de ser para los que quieren que las cosas sigan iguales.
- ¿Cómo analiza el clima interno de la Coalición por el Cambio?
- En mi opinión esa coalición nunca ha existido. Fue un sendero luminoso que duró 24 horas, volvimos al viejo sistema de RN y la UDI. En estricto rigor el cambio nunca ha existido. Desde el comienzo del gobierno vimos permanentemente disputas, rupturas y controversias bien complejas a veces, incluso bien duras. Es porque efectivamente hay diferencias objetivas en este plano que se asoman con mayor nitidez cuando se es gobierno.
- ¿Cómo evalúa el ingreso de los ministros más políticos al gobierno? ¿No ha contrarrestado ese desorden?
- Lo que pasa ahí es otro fenómeno. La mayoría de ellos son a su vez candidatos presidenciales. Eso genera una situación muy inconfortable para cualquier gobierno. Cuando en el propio gobierno está la pugna por quién es el liderazgo de reemplazo, el fenómeno que se produce es que los ministros -hablamos de por lo menos seis- tienen su propia agenda. Tienen la necesidad de desligarse y mostrar y transformarse en actores por sí solos. Esto más que mejorar la situación del gobierno percibe de mayor nitidez en su perspectiva de candidatos presidenciales. O sea, la pugna entre Allamand, Golborne, la ministra del Sernam (Carolina Schmidt), la ministra del Trabajo (Evelyn Mathhei), el propio ministro del Interior (Rodrigo Hinzpeter) es de toda notoriedad. No es que peleen entre ellos, sino que cada uno trata de perfilarse por sobre el otro.
- Entonces, ¿cómo ve el panorama para los dos últimos años de gobierno?
- Lo veo complejo. Si a esto le agrega lo que se está señalando de la crisis que impactará en Chile no tendremos una situación adecuada. Hay que agregar otro factor que no es menor, que es el desprestigio de las instituciones. Cuando tenemos un país donde la gestión del gobierno tiene esas dificultades y esas controversias, con situaciones que ante la ciudadanía están en bastante precariedad, ad portas de las secuelas de la crisis internacional, y se le agrega una situación social que va desarrollarse este año, es un año complejo, por eso los liderazgos juegan un rol fundamental. Y el primero es el rol del presidente.
- ¿Siente que la imagen del presidente es débil?
- Al margen de la subjetividad que uno pueda tener al respecto, si uno se deja guiar por las encuestas, no por una, si no por todas, claramente el deterioro de la imagen presidencial desde todo punto de vista es evidente. Si dos tercios de los chilenos reprochan la gestión presidencial, no le creen, tienen serias dudas de confiabilidad, entonces tenemos un problema institucional complejo. Es un problema político que debería preocuparnos a todos.
- ¿Está capturado el presidente por la UDI?
- Dijimos días atrás que tanto en reforma tributaria como en tema a la reforma electoral sentíamos que el presidente era rehen de la UDI. Yo creo que ahora hemos dado con la formalidad de estas medidas para que el presidente muestre que eso no es así.
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