Por estos días el exministro Sergio Bitar integra el comité estratégico de la campaña de Alejandro Guillier y con DF intenta despejar las dudas sobre el desempeño del periodista. Con una mirada optimista –parafraseando a Winston Churchill afirma que “soy optimista, porque es más útil”- tiene la convicción de que, pese a la dureza que ha comenzado a percibirse desde la candidatura de la Democracia Cristiana, después del 19 de noviembre las fuerzas de centroizquierda encontrarán la forma de confluir.
Al exsenador PPD también le preocupa“un fenómeno de dispersión e indiferencia que nos puede llevar al más alto peligro, que es una baja votación que compromete el futuro de Chile. Y también está la dispersión y los riesgos de dificultad de gobernar”.
- ¿Quién es responsable de la dispersión?
- En las fuerzas de centroizquierda, las dos candidaturas provocaron un fenómeno de dispersión. Y la gran tarea de quienes quieren que el país tenga un proyecto progresista es la convergencia progresista. Ese es el concepto clave.
- Piñera ha generado la sensación de que esta elección es la más trascendente de los últimos años, ¿comparte eso?
- Sebastián Piñera tiene un rasgo de megalomanía alto y cree que todo es lo más grande con él. No es la elección más importante, ni él tampoco es el quinto Presidente de la Concertación, como lo presenta con una foto en su último programa económico. Eso me parece de un caradurismo fuera de lo que es la seriedad histórica, cuando su sector lo único que hizo fue oponerse a todo lo que hizo la Concertación y ahora quieren vestirse con ella. Tampoco es la segunda transición, como dice en su mensaje en que roba el título al libro de Alejandro Foxley.
- ¿Es la campaña del terror?
- Hay mucho de eso. En general, vemos una línea de contrarreforma, contra la tendencia moderna de que el crecimiento va con igualdad e inclusión y no separados.
- ¿Cómo se resuelve el problema de la izquierda? Porque a la derecha la ordena la sensación de triunfo.
- En el caso de la derecha, sus fuerzas no tienen mucha cohesión, vemos una dispersión de posiciones desde posturas extremas de sectores de la UDI hasta otras más razonables como Evópoli. Eso lo cohesiona Piñera y esconde las diferencias, lo cual es complicado pensando en cómo se gobierna. Lo más importante es que se dé gobernabilidad; que si bien hay altibajos y disputas, haya capacidad de tener una visión compartida y un camino común.
- ¿Existe aún esa capacidad en la centroizquierda?
- Sería poco serio que dijera que aquí hay una alta cohesión, estamos frente a un problema importante de redefinición de un proyecto, que se basa en lo que se ha avanzado en la Concertación y lo que se logró con la NM. Pero especialmente en este último período que plantea correcciones a lo que se hizo, en términos de hacerlo más viable, más eficiente, una gestión de gobierno más coordinada que la que hemos visto, pero se funda en ello y se proyecta con temas nuevos. Me pregunto si los tiempos son cortos para lograr esta tarea, pero tampoco me confundo, hay que jugársela para lograrlo; hacer el máximo esfuerzo, especialmente entre los sectores con más responsabilidad política de la centroizquierda, para sacar esto adelante.
- Dice que hay que seguir sobre lo que hizo la Concertación, pero hay sectores que reniegan de eso, como el PC y el Frente Amplio, ¿es posible llegar a acuerdo así?
- La Concertación y la Nueva Mayoría son parte de un mismo proceso histórico, el grueso de la NM es la Concertación. Cambian las circunstancias, por primera vez tuvimos mayoría en ambas cámaras; logramos avanzar en cosas que antes no habíamos podido y eso está bien. Pensar que hay una ruptura entre la Concertación y la NM es un error político que alienta a algunos grupos que creen que la historia comienza cuando llegan ellos.
- ¿El Frente Amplio?
- Todas las posiciones de izquierda que se tienden a radicalizar, incluso en nuestros mismos partidos. No me cabe duda que hay errores, qué obra humana no los tiene, la Concertación también los tuvo, incluso al final se moderó más de la cuenta y perdió ímpetu. Pero eso no quita el eje conceptual de una mayoría de centroizquierda que prosigue un proceso de desarrollo.
- ¿Entonces no es tan difícil un acuerdo para el balotaje?
- No es tan difícil. Hay que tomar la temperatura de la situación política en tiempos más largos, no a cuatro semanas de la elección. Tenemos una derecha que funda su posibilidad de ganar en dos cosas: la abstención, que la favorece porque la que más se abstiene es la gente distante de la centroizquierda; y en la percepción de necesidad de cambiar, porque este gobierno no ha tenido tanta popularidad.
- ¿Hay menos ideas y más crítica desde la derecha?
- El gran apoyo que necesita la centroizquierda para ganar en segunda vuelta es que la gente vote.
- ¿Porque la abstención puede ser la gran aliada de la derecha?
- Es hoy la gran aliada de la derecha. Me preocupa cierta arrogancia de vuelta en sectores de la derecha, como si la tuvieran ganada, como que son los iluminados y saben lo que quiere el país. Ahí hay una fuente de ingobernabilidad importante.
- Entre los adherentes de Guillier hay preocupación por el voto de Lagos, que es el voto concertacionista. ¿Tiene fundamento?
- No me cabe duda alguna que el presidente Lagos sabe cuáles son sus responsabilidades históricas. Creo que se expresará nítidamente a favor de quien gane la primera vuelta para que todos converjan allí.
- En el laguismo replican que ‘ahora lo buscan, quieren sus votos, les interesa su imagen, pero lo denigraron cuando quiso ser candidato’.
- Cierto, pero ese es un argumento de llorones. En política no hay que llorar y el que no tiene la piel dura que se dedique a otra cosa.
- ¿Cree que el laguismo siente la responsabilidad de votar?
- Son las personas con las que he hecho mi vida política y sé que tras la indiferencia o la sensación de que no se dieron las cosas, viene un periodo de reflexión y uno tiene que preguntarse qué es lo mejor para Chile, qué da más gobernabilidad, quién escucha mejor a la gente, qué tiene mayor solidez para construir un país inclusivo. Y eso sin duda es una fuerza de centroizquierda y eso es Guillier.
- ¿Cree que Bachelet ha ejercido el liderazgo que se espera de ella para ordenar a la NM?
- Ella cuenta con el respaldo de la coalición, pero efectivamente no ha tenido el grado de liderazgo que tuvieron, para ser más preciso, Aylwin, Lagos y también Frei. Ahora, uno no puede atribuirle todo esto a la Presidenta; o sea, estamos frente a partidos que se han debilitado.
- Ella tampoco ha mostrado querer hacerlo.
- Ha habido una tendencia en ella, como también en Guillier, que pueden tener un rasgo similar, de hacer un gobierno más ciudadano, como se ha llamado; apelar más directamente a la gente, porque se ve la disociación con los partidos.
- ¿Esa similitud puede ser un déficit de Guillier?
- Es un tema más de fondo, en la medida que se desacopla la política de la gente, empieza a surgir la necesidad de liderazgos puente entre los movimientos sociales, el sentir de la gente, y los partidos. Y vemos en ambos, tanto en Bachelet como en las expresiones de Guillier, un intento de hacer eso.
- ¿Guillier está consciente?
- Está absolutamente consciente. Estamos conscientes de la dificultad, pero también de que este es un mucho mejor camino y le da más solidez a la gobernabilidad, que el camino elitista de la derecha.
- ¿Cuánto puede afectar a la imagen de Guillier la polémica por las firmas de San Ramón? La DC ha sido dura con el tema.
- No lo afecta, porque en realidad es una crítica o descuidada o mal intencionada. En el evento de ARCHI vi, en algunos casos, que se excedió el límite de lo aceptable en las relaciones políticas, me refiero a las posiciones de Marco Enríquez de mucha agresividad hacia Guillier y también a algunas observaciones de Carolina Goic, imputándole vínculos con el narcotráfico que resulta absolutamente inaceptable, porque lo conocen y saben quién es.
- ¿Se sale del marco de la necesidad de mostrar diferencias?
- Esas críticas hay que cuidarlas. No hay que desesperarse en una campaña y pretender que por agredir mal al otro uno gana votos.
- ¿Así sigue siendo posible un acuerdo para el balotaje con la DC?
- Me parece que subyace en la conciencia de toda persona consistente que va a haber una convergencia después de la segunda vuelta. Qué sea suficiente, que logremos vencer la abstención es otro cuento.
En "Estrategia Chile 2030" exministro invita a reflexionar sobre institucionalidad
El libro "Estrategia 2030: Aporte de ideas para una reflexión nacional", elaborado por Sergio Bitar, con la colaboración de Paola Aceituno y Paula Solar, da cuenta de la mirada de largo plazo con la que el exministro invita no sólo al mundo político, sino a toda la ciudadanía a trabajar en los desafíos que enfrenta Chile de cara al desarrollo, para lo que "deberá dar un paso importante en su organización institucional para estudiar el futuro y trazar estrategias".
El viernes 13 de octubre, en la Sala del Senado del Congreso en Santiago, se lanzó el libro que contiene 20 propuestas, de distintos autores, en diferentes áreas, que se deberán enfrentar para mejorar la institucionalidad chilena.
En la reflexión final que versa sobre "¿Cómo fortalecer la capacidad de gobernar", Bitar plantea que "una de las principales conclusiones que fluye de cada una de las presentaciones es el rezago institucional" y advierte sobre el hecho de que "las atribuciones y funciones de orientación, coordinación y ejecución no se condicen con la magnitud de los desafíos que avisoramos al levantar la mirada".
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