La división al interior de la Democracia Cristiana suma y suma capítulos. Y una de sus protagonistas, como en ocasiones previas, volvió a ser Mariana Aylwin, una de las militantes de la colectividad cuya expulsión está siendo analizada por el Tribunal Supremo luego de ir contra la definición partidaria de apoyar la candidatura del senador Alejandro Guillier.
Esta vez dos hechos confluyeron: primero, las críticas de la presidenta interina de la colectividad, Myriam Verdugo, quien la acusó de utilizar su calidad de hija del expresidente de la República, Patricio Aylwin, para sus cuestionamientos, ya que para algunos falangistas sería impensable su expulsión; y, segundo, los términos de la defensa de la exdiputada ante el TS, donde refrenda sus posturas.
"Por cierto nunca he votado por un candidato que no sea del partido o el que el partido haya acordado en una instancia legítima", expuso en sus seis carillas de argumentación.
En este contexto, algunos DC salieron en defensa de Aylwin y otros se alinearon con Verdugo.
El diputado Matías Walker, quien renunció a la presidencia de la DC una semana después de la primera vuelta presidencial, intentó ser ecuánime al advertir que "acá no corresponde descalificar a nadie". A su juicio, "Mariana Aylwin tiene todo el derecho de dar sus opiniones y la presidenta del partido, Myriam Verdugo, lo propio". E invitó a sus compañeros de partido a "cultivar la fraternidad".
Más adelante, el parlamentario destacó los "méritos personales" de Mariana Aylwin. Es, dijo, "mucho más que ser la hija de Patricio Aylwin".
Lo que sí, el diputado Walker defendió la decisión adoptada en su momento por el Consejo Nacional de la DC –mientras él encabezaba aún el partido- de llamar a votar por Guillier en la segunda vuelta, asegurando que fue "una decisión legítima" y que, además, se adoptó en el marco de un acuerdo que previamente había aprobado la Junta Nacional de la colectividad en cuanto a "situar nuestro domicilio político en el marco de la centroizquierda y lo lógico, lo natural, era a poyar a un candidato de la Nueva Mayoría". Y recalcó que lo que se hizo "era lo consistente, desde el punto de vista político".
Por su parte, el diputado Gabriel Silber, uno de los representantes de la disidencia, asumió derechamente la postura de respaldo a la actual timonel, señalando que "de manera penosa, Mariana Aylwin, abusa constantemente de ser la hija de... a costa de lo cual hace declaraciones o toma decisiones o acciones al margen de la institucionalidad partidaria. Y eso es lo que desnuda Myriam Verdugo".
Por su parte, el senador y extimonel de la colectividad, Ignacio Walker, instó a sus camaradas a que "acostumbrémonos a procesar nuestras diferencias de manera política más que de manera disciplinaria. El foco tiene que estar en el Partido Demócrata Cristiano más que en el Tribunal Supremo".
Zaldívar: "Debemos iniciar una travesía por el desierto"
"El Tribunal Supremo es una institución dentro del partido, que tiene su vigencia, que está designado legítimamente y podrá tomar las decisiones que estime prudente, yo las voy a respetar. No estoy de acuerdo con muchas de las cosas que dice la gente hoy día, no estoy de acuerdo con lo que ha planteado Mariana Aylwin, pero respeto su posición, a pesar de que sea absolutamente distinta a la que uno pueda tener".
De esta forma el presidente del Senado histórico DC, Andrés Zaldívar, aclaró lo que se entendió como un velado apoyo a Mariana Aylwin, en el marco de una carta que envió a la militancia del partido con sus reflexiones a raíz de la debacle electoral sufrida por la tienda y donde señalaba que "nadie puede ser sancionado o descalificado por emitir un juicio político discrepante, por mucha autoridad que represente quien ostenta una posición distinta".
Así al explicar el sentido de su carta, el senador sostiene que la DC "siempre se ha distinguido por ser un partido que tiene diversidad, no es un partido monolítico o que se rija por una normativa autoritaria. Es un partido en el que siempre hemos tenido posiciones que son divergentes, pero en que hemos logrado siempre construir un proyecto común y a eso es a lo que estoy invitando".
De hecho en su carta, Zaldívar propone que "ante la crisis en que hoy estamos inmersos, deberíamos iniciar un proceso de deliberación que culmine convocando al 6° Congreso ideológico y programático del partido. Así, desde un debate fundado en la madurez y la amistad cívica, podremos proyectar nuestro futuro, no para destruir lo que tenemos, sino para volver a construir desde cimientos sólidos una propuesta para nuestro país".
Para realizar dicho análisis, que permitan valorar el pasado histórico de la DC, ver sus diferencias en la relación con el Partido Comunista y otras fuerzas políticas de la actualidad, además de reformular su proyecto de futuro adecuándose a los cambios, que les permitan ser "una expresión de la sociedad chilena sin exclusiones, unida por un solo norte: construir 'Una Patria Justa y Digna para todos', a la que nos convocaba nuestro camarada Patricio Aylwin", asegura Zaldívar y que "nadie debe marginarse del partido o tratar de buscar respuesta en los tribunales de disciplina".
Así concluye que "debemos darnos todo el tiempo necesario para asumir esta tarea. Nada ni nadie nos obliga a decidir este trascendental desafío en los próximos días. Debemos iniciar una travesía por el desierto, donde primero que todo debemos ordenar y aclarar nuestras ideas, volver a encontrarnos y ser capaces de replantear nuestro proyecto político".
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