Con la inscripción oficial de las candidaturas presidenciales, parlamentarias y de consejeros Regionales (Cores) se abre un nuevo escenario para la abanderada de la Democracia Cristiana, Carolina Goic, en cuanto a que deberá generar una fuerza que aglutine a todo el falangismo tras su candidatura, superando algunos aspectos en el diseño de su cruzada. De lo contrario, los aspirantes al Congreso se abocarán a sus propias campañas, dejando caer por la fuerza de los hechos la protagonizada por la senadora y buscarán la forma de arrimarse a la de Alejandro Guillier, generando un acuerdo programático de cara a la segunda vuelta, pues es a quien perciben como el más competitivo frente a Sebastián Piñera.
Hasta ahora, la fuerte disidencia a la candidatura y los intentos por bajar a la abanderada falangista con el fin de alcanzar un acuerdo parlamentario con el guillierismo fueron soterrados. Sin embargo, con la inscripción en la mano el escenario podría cambiar bruscamente.
Ello, porque a los constantes lamentos acerca de lo poco que la opción presidencial representa al partido y la falta de coordinación entre el comando y la institucionalidad –que se vio reflejada en algo tan simple como que los parlamentarios desconocían el nombre del pacto hasta un par de horas antes de la inscripción (ver recuadro)-, se suman las duras críticas internas al slogan de la candidatura de Goic, “Patria Resiliente” con el que los aspirantes al Parlamento tendrán que salir a buscar a los cada vez más esquivos votantes.
Aunque no es muy viable modificar ahora este elemento, sí lo es -creen algunos críticos a la forma como se está llevando la campaña- algunos aspectos del diseño del comando, para darle un carácter más inclusivo e integrar a la parte de la DC que hasta hoy ha sido mera espectadora.
Los elementos que se deberían perfeccionar en el corto plazo son aquellos en los que un significativo sector de la disidencia estima que existe un profundo déficit, como la falta de la diversidad interna que caracteriza al falangismo, de lo que se deriva la necesidad de cambiar el “modelo de conducción” de la campaña; ya que internamente la figura de Jorge Burgos es resistida y, por último, “definir cuál es la identidad de la Democracia Cristiana”. Un debate que algunos quieren dejar para después de las elecciones con los resultados en la mano.
El fantasma del descuelgue
El octogenario ex senador Mariano Ruiz-Esquide, una de las figuras más destacadas de la corriente “chascona” de la DC, comparte la necesidad de que se produzcan estos cambios para que la candidatura de Goic “despegue”. Lo que no habría ocurrido hasta ahora, a su juicio, porque “por distintas razones, la candidatura presidencial no ha sido representativa de la incorporación de todos los sectores internos del partido”, algo que ha conversado con la senadora, asegura, pero en lo que no ha sido escuchado aún.
Si eso cambiara y se hicieran ajustes relevantes en la campaña, el exdirigente se atreve a aventurar que “nuestras expectativas crecen tremendamente”. Ello, porque, en su opinión, “las otras candidaturas no están tan bien, están menos bien de lo que ellos esperaban”; por lo que insisten en que “si logramos rehacer buena parte del diseño de cómo debe llevarse esta campaña, entonces, nos puede ir bien”.
Pero también está la posibilidad cierta del temido fantasma del descuelgue. De hecho, algunos representantes de la disidencia DC ya se han reunido con Guillier, aunque ellos no han dado a conocer el contenido de las conversaciones, quienes las han conocido comentan que un sector del partido ya estaría trabajando en una propuesta programática para apoyar a Guillier de cara a la segunda vuelta. Pese a que en el entorno de la abanderada se han mostrado reacios a generar un acuerdo en esa línea.
Los acercamientos, que se han realizado “muy en privado” con el periodista, también buscarían generar un escenario que permita la continuidad de la Nueva Mayoría aún cuando ni Goic ni Guillier logren mantener el gobierno, ya que de pasar a la oposición se requerirá una mayoría parlamentaria.
Pacto con IC y MAS se llamará "Convergencia Democrática"
A pesar de las críticas de los sectores más conservadores de la DC y de las dudas explicitadas por la propia candidata presidencial falangista, finalmente ayer en la tarde -a sólo horas de la inscripción- el pacto del falangismo con la Izquierda Ciudadana (IC) y el Movimiento Amplio Social (MAS) vio la luz: Convergencia Democrática.
El polémico acuerdo es el que le permitió a la DC incluir candidatos independientes en la lista del partido. De lo contrario, tras decidir llegar hasta la primera vuelta, la tienda tendría que haber corrido una carrera parlamentaria en la más absoluta soledad, aunque unos insisten en que se debieron asociar con Ciudadanos. Mientras que el pacto en el que se sigue expresando el eje histórico DC-PS es en el de Cores, donde las colectividades optaron por compartir una lista.
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