Por Patricia Arancibia Clavel
Secretario general de la UDI, Víctor Pérez Varela (57) tiene una gran experiencia política. Abogado, alcalde y diputado por cuatro períodos consecutivos es hoy, desde el Senado, un hombre clave a la hora de articular acuerdos y proyectar un segundo gobierno de la Alianza. Directo y claro, no tiene pelos en la lengua a la hora de diagnosticar las falencias políticas que observa en el oficialismo. Desde el Congreso en Valparaíso, responde nuestras inquietudes, convencido que el 21 de Mayo debe marcar un cambio sustantivo en la forma de gobernar.
- ¿Qué expectativas tienes en torno al discurso del Presidente para el 21 de Mayo?
- Espero que implique un punto de inflexión, en que el gobierno verdaderamente asuma que el trabajo en unidad, coordinado con los partidos y con sus dirigentes políticos, sea lo que distinga esta segunda etapa del gobierno. Durante el primer año, el tema de la instalación y del terremoto, exigía un gobierno muy presente, cubriendo todos los frentes. Esta segunda etapa, requiere una mayor coordinación y preeminencia de una visión política sobre las cosas.
- ¿Esperas anuncios importantes?
- Más que anuncios es una cuenta de lo que se ha hecho y de cómo se trabajará hacia adelante. Lo más relevante sería que el Presidente establezca un discurso o un relato -como dice Longueira-, para integrar, motivar a la Coalición. Este es un gobierno que hace anuncios todos los días y me parece que no ha sido el camino adecuado. La Concertación ha logrado los dos últimos meses meter algunas ideas fuerzas, como el de la letra chica y frente a eso el gobierno ha hecho alrededor de 40 ó 50 anuncios sin que la gente de la Coalición, nuestro electorado y la ciudadanía tenga claro cuál es el discurso del gobierno. Debe haber una modificación sustancial a ello.
- ¿Crees que el gobierno puede exhibir logros o como ha planteado la oposición, se ha avanzado muy poco?
- El gobierno puede demostrar muchos logros. Soy senador de la región del Biobío, la más devastada por el terremoto y creo que lo que se ha hecho ahí es bastante impresionante en una serie de aspectos como educación, conectividad, obras de regadío, infraestructura, y también un avance menor, pero también muy patente en materia habitacional. A nivel país, lo que se ha hecho en materia económica es innegable. El país claramente cambió. Se puso de pie, cambió el rumbo mediocre que llevaba, ha logrado crecer al 6%, generar más de 400 mil empleos, bajar la lista de espera del Auge, mejorar los índices del Simce, el ingreso ético familiar, bodas de oro, el 7%, pre y post natal, políticas para los estadios, para mejorar la competitividad y suma y sigue; es decir, el gobierno tiene mucho que mostrar y por eso es muy incoherente que no lo haya logrado hacer, incluso entre sus partidarios.
- ¿Cuál es el motivo de fondo?
- No hemos mirado el país en su conjunto y con un criterio más bien político. Creo que hay un estilo de gobernar que, a mi juicio, no ha rendido sus frutos y necesariamente hay que modificarlo. Las famosas bilaterales han sido parte del problema y no de la solución. De ahí que reitere que lo importante para el gobierno y la Coalición es que inicie una etapa donde se enfrenten políticamente los desafíos que nos pone la Concertación, la ciudadanía y el futuro. Debe trabajarse en equipo y con mirada global de país. La gente no ha logrado retener la cantidad de anuncios, porque se hacen uno detrás de otro. Lo importante es que el gobierno se centre en alguna cosa, que hablemos el mismo idioma y para eso necesitamos un ritmo distinto, con sentido político.
- ¿Qué te parece el rol que ha asumido la oposición en torno a la agenda social?
- La Concertación y la oposición tienen una dificultad: han perdido claramente el apoyo ciudadano. Todas las encuestas reflejan que tienen un profundo rechazo y creen que haciendo una oposición obstruccionista, una oposición dura podrán remontar. Ellos no interpretan a la ciudadanía que observa que no fueron capaces de hacer lo que ofrecieron durante 20 años. Ofrecieron la eliminación del 7% y no lo hicieron; hablaron mucho sobre el pre y postnatal y no avanzaron nada; hablaron mucho sobre el ingreso ético familiar y no trabajaron ni un minuto en ello. Lo que ve la ciudadanía es que aspectos que son fundamentales en materia social, los está concretando este gobierno y no entiende que la Concertación actúe con esta actitud destructiva, cuando debiera estar colaborando para mejorar dichos proyectos. La Concertación no tiene liderazgos nuevos y sólo tiene como tabla de salvación la popularidad de la ex presidenta Bachelet.
- ¿Compartes las críticas realizadas por miembros de tu sector como Novoa, Cáceres y Büchi en torno a que este gobierno no está marcando realmente diferencias sustantivas en relación a los gobiernos concertacionistas?
- En la UDI hay una profunda unidad, sobre que tenemos que tener un cambio radical en la manera en que se están haciendo las cosas en el gobierno. Porque de seguir así, vamos a ser sólo un paréntesis. En todas las instancias políticas de debate interno se observa la necesidad de que aquí exista una modificación sustancial de la manera en que se están haciendo las cosas. El éxito del gobierno de Sebastián Piñera va a ser el éxito de la Coalición y de la UDI, pero para que eso sea realidad, nuestras ideas y propuestas deben estar presentes.
- Muchos los ven como el quinto gobierno de la Concertación, especialmente por la preocupación en el área social...
- Los temas sociales vienen siendo planteados por la UDI desde hace muchísimo tiempo. De hecho en nuestro congreso doctrinario en Talca, a mediados del año 2009, lo que está haciendo el gobierno en esta materia estuvo claramente presente. No tenemos que hacer algo distinto sino que comunicar y trabajar políticamente para que la gente se sienta parte de una obra que va a redundar en que el país salga de su subdesarrollo.
- El problema está en el sello. ¿Es distinto acaso al de la centro-izquierda?
- Es absolutamente distinto. Aquí ha habido políticas hacia el emprendimiento, hacia la pequeña y mediana empresa, para facilitar su constitución etc., pero lo que pasa es que la gente no logra retener lo que se está haciendo porque el gobierno anuncia todos los días una cosa distinta y eso es un elemento que tenemos que modificar como estructura de la manera de gobernar.
Luna de miel
- Pareciera que después del caso Van Rysselberghe, el oficialismo vive una especie de luna de miel. ¿Logrará mantenerse en el tiempo o las municipales pueden romper esa unidad?
- Todo lo contrario, llevamos tiempo trabajando con RN en las municipales y hemos establecido criterios de acuerdo que dentro de muy poco vamos a anunciar. Estamos también en un trabajo para institucionalizar a la Alianza. Se llegó al claro convencimiento de que aquí nadie puede actuar por sí solo. El gobierno no puede hacerlo sin mirar a los partidos, y éstos sin mirar a la coalición y al gobierno.
- ¿No es un convencimiento un poco tardío?
- La urgencia del terremoto, la instalación, cooperaron a que el gobierno no tomara mucho en consideración a los partidos o tuviera con ellos solo una relación formal. Eso ha cambiado para bien. Por ejemplo, en estos días se ha dado un paso que a lo mejor era impensado en 2010: que la negociación del gobierno con la Concertación de un proyecto de ley fundamental como es el postnatal, la estén haciendo Longueira, Chadwick y Chahuán. Eso que no era posible durante el año pasado, lo es hoy día lo que significa que el gobierno entiende que sus diputados y senadores forman parte del equipo.
- Fuiste “el fiscalizador de hierro” de la Concertación junto con Lili Pérez. Cómo evalúas ese estilo ahora que estás en el gobierno?
- Ha habido un cambio fundamental, sustantivo. Cuando yo cumplía mi rol, tenía en frente un gobierno que ocultaba la información e impedía las investigaciones. El mejor ejemplo es que el presidente Lagos mandaba rigurosamente a sus ministros políticos -Insulza, Vidal- a la Cámara para alinear a los diputados de la Concertación, que eran mayoría, para impedir que se investigara en el caso MOP-GATE. Además, son públicas las presiones que recibió la ministra Chevesich que se encontraba investigando estos hechos. Este es en cambio un gobierno que frente a cualquier denuncia hace completamente lo contrario: pone a disposición de los órganos pertinentes, inmediatamente, toda la información. Pasó en el caso de la ministra Matte y en la denuncia falsa que hizo Navarro en la VIII región, con la población Aurora de Chile. Indudablemente la oposición tiene que fiscalizar y eso es sano, pero fiscalizar un gobierno que oculta información es muy distinto al que transparenta inmediatamente cada denuncia que se hace.
- Harán valer su opción para que un candidato UDI sea el futuro candidato a la Presidencia?
- Indudablemente nuestra aspiración es que una persona de la UDI encabece el segundo gobierno de la Coalición, pero eso hay que ganárselo, obtenerlo y estamos trabajando para ello. Nos sentimos muy orgullosos del gran trabajo que ha realizado Joaquín Lavín y también muy cómodos con Golborne, que si bien no es militante nuestro, interpreta mucho a nuestras bases.
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