Con profundo pesar el mundo empresarial recibió ayer la noticia de la muerte de José Guilisasti Gana a los 57 años.
El máximo ejecutivo y uno de los accionistas de Viña Emiliana fue un reconocido innovador, amante de la naturaleza y cómo no, del buen vino. Además fue pionero en el desarrollo sustentable de la agricultura, aunque como siempre comentaba, por un tema de conciencia con el medioambiente y las personas, no por moda.
De buen humor y relajado. Así lo demostró en una entrevista a Capital a fines de 2011, donde -entre varias anécdotas- recordó cuando comenzaron a experimentar en la producción de vinos de clima frío junto a Pablo Morandé, pero nada menos que en la costa. "Con Morandé pensamos que lo mejor era Leyda... Nos tildaban de locos. Nos dijeron que no a Casablanca. ¡Sabís que más Morandé, estamos fritos, no nos pescan!, le dije. Así y todo hubo un trabajo de doce años, de dedicarse a buscar los mejores lugares para cada variedad, y en esa época éramos medio locos, medio pioneros, pero lo logramos. Entre Mulchén y Limarí armamos toda la viña", contaba.
José era hermano del ex timonel de la CPC, Rafael Guilisasti y del CEO de Concha y Toro, Eduardo Guilisasti. "Soy el más guardado" y uno de los que más estuvo "metido en la parte del campo", dijo en aquella entrevista, donde además reveló que era el más desordenado de la familia.
Comprometido
Fiel creyente de que los humanos no estamos solos en el planeta, consideraba que la importancia de la energía transmitida por la luna y el mar afectaba a los cuerpos, incluso la consideró en los procesos de vendimia de Emiliana.
Cercano y preocupado del bienestar de sus trabajadores, a los que consideraba parte de una familia a la que había que cuidar y respetar. José era un convencido de que el trato digno, justo y en condiciones armónicas era fundamental para desarrollar un proyecto exitoso.
El fair trade, los sueldos dignos y la educación eran parte de los compromisos que mantuvo con los trabajadores de la viña, y que marcaron un estilo particular en su administración.
Esta visión, sin duda alguna quedará plasmada como uno de sus más fuertes legados para quienes lo conocieron y seguramente en cada copa de vino recordarán la esencia de su espíritu noble y sencillo.
Trayectoria
José Guilisasti fue un reconocido empresario con una trayectoria de más de tres décadas. Su experiencia profesional comenzó a los 20 años, cuando aún estudiaba agronomía en la Universidad Católica, momento en que se hizo cargo de Agrícola Alto de Quitralman.
Es así como desde 1986, participó en el desarrollo de Viñedos Emiliana, empresa que migró de Concha y Toro con la misión de mirar hacia el futuro y a la creación de nuevas tendencias.
Desde 1987, estuvo siempre a la cabeza de los desafíos de este proyecto, donde formó parte de la gerencia agrícola y, posteriormente, en la gerencia general.
En 1998 el empresario realizó una de las innovaciones más importantes para la industria vitivinícola nacional, convirtiendo el 100% de las hectáreas de Emiliana a la agricultura orgánica y biodinámica. Uno de los mayores desafíos de su carrera, considerando la dificultad que implicaba ser pionero de una tendencia aún desconocida en el país.
A partir de ese momento, su sueño se centró en conseguir un lugar saludable y responsable, que permitiera que la elaboración de un producto de calidad fuera coherente con la sustentabilidad y el cuidado a los trabajadores. La meta principal, como declaró en múltiples ocasiones, fue contagiar esa visión a la industria en general.
A casi quince años de su primera cosecha orgánica, la viña –entre las principales exportadoras del rubro local- y sus vinos, son ampliamente reconocidos y premiados en los más exigentes mercados internacionales.
Gran parte de su carrera profesional transcurrió "en terreno", liderando el trabajo en los campos de Emiliana; entre ellos, Casablanca y Colchagua.
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