Finalmente y tras varios intentos fallidos, Agustinas Servicios Financieros -ligada a la aseguradora Continental- se adjudicó los activos de la distribuidora Rabié y se puso fin a un proceso de quiebra que duró prácticamente dos años y que fue liderado por el síndico Herman Chadwick.
La ratificación de la oferta fue efectuada por la Junta de Acreedores, celebrada esta semana, entre los que destacan los principales acreedores como BCI y Compañía Seguros Continental, así como una serie de proveedores como CMPC y Unilever.
A través de un proceso de licitación y llamado público, el 30 de julio pasado, y en presencia del notario Patricio Raby, se certificó la recepción de las ofertas. Hasta esa instancia sólo concurrieron Comercial La Caserita y Agustinas Servicios Financieros Limitada, cuya oferta alcanzó un total integrado de $ 17.560 millones (unos US$ 25 millones), permitiendo que se adjudicara los activos por ratificación de la junta de acreedores. La distribuidora no contaba con mayores bienes y su principal activo era su cartera de clientes y su sistema y estructura de distribución.
Esta operación permitirá al síndico pagar los créditos laborales pendientes y las obligaciones de la continuidad de giro. Con todo, el proceso de quiebra continúa su curso normal, debiendo traspasar los activos.
Inicio de la historia
Rabie solicitó su propia quiebra el 14 de agosto de 2013, a raíz de una serie de obligaciones pendientes por encontrarse en una situación de insolvencia e incumplimientos de pago con sus proveedores, leyes sociales y entidades financieras y bancarias, alcanzando un pasivo verificado a la fecha de $ 57.496 millones.
Con anterioridad, los controladores de la distribuidora habían hecho varios intentos de sacar a flote la firma, entre los que destacan el proceso de búsqueda de un socio estratégico, la posibilidad de la venta e incluso un aumento de capital por US$ 150 millones. Todas opciones que finalmente no prosperaron.
A solicitud de los acreedores, el 22º Juzgado Civil de Santiago designó al síndico Herman Chadwick Larraín en 2013, para que se hiciera cargo de la administración de la empresa, incautara los bienes y los liquidara para pagar a los acreedores.
Dada la naturaleza de las actividades de Rabié, el síndico decidió que la mejor forma de vender los activos era darle una continuidad de giro, lo que finalmente permitió que la empresa fuera adjudicada a Agustinas Servicios Financieros.
Esta sociedad había hecho una oferta con anterioridad. El pasado 22 de junio, los acreedores ya habían votado otras ofertas de Agustinas Servicios Financieros y La Caserita. Ambas fueron desestimadas en ese momento, porque se consideró que los ofrecimientos eran muy bajos.
En el caso de lo ofertado por Agustinas Servicios Financieros, se consideró en esa oportunidad que con lo ofrecido no se podría pagar a los valistas. Y en el caso de La Caserita se desestimó por no estar al nivel de lo que esperaban los acreedores.
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